jueves, 13 de febrero de 2020

¿Mediación en el conflicto catalán?


¿Mediación en el conflicto catalán?

Tras aquel 1 de octubre que todos recordamos, surgió en Cataluña un clamor popular, auspiciado por la corriente independentista con la palabra “parlem”. Momento en el cual la ciudadanía se hizo eco de la necesidad de diálogo en el conflicto del movimiento en dicha región. Meses después el concepto que surgió en el devenir del conflicto, recordemos tras la sentencia del process incluso de nuevas elecciones que se produjeron, fue la del “relator”. En el se aglutinaría la necesidad del tan reclamado diálogo, muchas veces sin entender bien que esa figura está reservada y cuando menos desconocida, a un rol de “persona que en un congreso o asamblea hace relación de los asuntos tratados, así como de las deliberaciones y acuerdos correspondientes”, es decir hace simplemente de “notario” o escribano de lo allí tratado, sin papel de negociador o proponente de soluciones alternativas al conflicto. Esta definición es la que hace el Diccionario de la Lengua española de la RAE.
Y ahora tras estos días de encuentro entre el gobierno central y el catalán, el concepto que se propone es el de la necesidad de un mediador y una mediación. Es más, quieren delimitar esta figura a que sea “un mediador internacional”. Me gustaría desde esta Tribuna dejar claro este último concepto y sus límites de actuación, porque evidentemente todo el mundo opina y más en el mundo político y creo que algo tendremos que decir los mediadores profesionales.
La alcaldesa de Barcelona, considera que “el actual contexto político no hace necesaria la presencia de un mediador en la mesa de diálogo sobre Cataluña, como ha vuelto a proponer el presidente de la Generalitat, Quim Torra”, y tras ello vuelve a confundir las figuras de relator y mediador..
Quiero dejar claro que un mediador es alguien que, legitimado por ambas partes, conduce un proceso de negociación entre partes en conflicto, pero con un rol muy determinado: intentar que sean las partes las que se hagan dueñas del acuerdo alcanzado; profesionales especializados que facilitan el diálogo entre las personas que concurrieron al proceso de mediación. Es una figura neutral e imparcial que facilitan el diálogo entre las partes del conflicto para que encuentren una solución.

Pero no olvidemos que nuestro trabajo no es otro que servir de puente en las cenizas de un conflicto, detectando cual es la posición de las mismas y sobre todo sus intereses y necesidades. Solo así podríamos encontrar el diálogo entre las mismas en una situación de igualdad y equilibrio que muchas veces, el abuso de poder, las posiciones extremas y el no dar tu brazo a torcer, impiden crear un espacio neutro donde garantizar que lo que se pacte, sea, justo, equitativo, estable y duradero.

La pregunta es ¿esto sería posible en el conflicto abierto en Cataluña?. Quien diga que si, pienso que debe valorar la pertinencia de la apertura de un proceso que podría ser ineficaz si ambas partes se dan cuenta que tiene que ceder, conceder y conseguir. Y quien diga que no pienso que debe valorar la eternización de un conflicto que surgirá y resurgirá cada vez que vuelva a surgir “el fuego independentista”.

De igual forma aprendí en mi ejercicio profesional como mediador durante estos últimos años, desde que en la Expo del 92 en Sevilla ejercí de negociador de varios pabellones ante los conflictos surgidos en esa “ciudad eventual”, que “los trapos sucios se lavan en casa”, eso me hace pensar que si bien al día de hoy la mediación profesional sería muy difícil hasta que las partes no sean conscientes que deben trabajar sus posturas para que pudiera surgir ese diálogo (cuidado con el concepto de comisión de un delito ante el secesionismo), no hace falta mirar hacia fuera, dentro, en España tenemos mediadores más que reconocidos internacionalmente, de muchas regiones españolas y con un valor de equidad contrastado, que bien podrían valorar la idoneidad o no de este proceso, siempre que las partes los legitimaran.

No dejemos que las palabras nos confundan, no dejemos que el concepto mediación no quede claro y se utilice desde el desconocimiento. La mediación no es más que un intento de trabajar con el otro y no contra el otro, que busca una vía pacífica, sin violencia y equitativa para afrontar el conflicto, en un entorno de aceptación, de aprendizaje y de respeto mutuo, sin el cual nunca sería posible.

Por esa misma razón termino aclarando algo que me gustaría que el lector fuera consciente, para que su contestación a la pregunta… ¿mediación en el conflicto catalán? Fuera en un sentido positivo o negativo, tuviera conciencia. No se puede gestionar  y sobre todo, resolver  un conflicto a través de la mediación:

-        Cuando hay que denunciar lo que está sucediendo en el mismo.
-        Cuando no hay voluntad de una de las partes
-        Cuando hay violación a los Derechos Humanos
-        Cuando se ha violado la ley.  

-        Cuando queremos que de ahí surja una relación de respeto y este no concurra o cuando hay demasiado desequilibrio de poder.

Todo lo demás es simple literatura política


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