Hablar de un “Sexto Sentido” es referirnos conceptualmente a lo que tiene que ver con nuestra intuición.
Muchas personas dicen tener un sexto sentido y en cuantas ocasiones hemos dicho frases como: Yo sabía que esto iba a pasar, algo me decía que me estaba mintiendo mi cliente, yo intuía que esa persona no era lo que parecía, etc. No hicimos caso al sexto sentido. Lo cierto es que en términos objetivos: TODOS tenemos un sexto sentido. Es decir, todos contamos con un poder grandioso guiado por nuestra intuición.
Nuestro cuerpo tiene años de edad, pero nuestra mente tiene cientos de miles de años de evolución en sus genes. Es mucha la información que yace dentro de nuestro ADN, debido a que generación tras generación, se transfieren los aprendizajes y resultados del carácter formado a través del tiempo.
Así como recibimos información evolutiva importante por parte de nuestros ancestros, seremos nosotros mismos quienes nos encargaremos de transmitir dicha información (refinada con nuestras propias vivencias) a nuestros hijos, nietos, bisnietos… etc.
Y porque no…. La utilizaremos con nuestros clientes en una mediación o negociación. De alguna manera u otra, contamos con elementos que nos permiten tomar decisiones de una manera mucho más trascendental y correcta objetivamente, gracias a nuestra propia naturaleza humana.
Nuestra condición humana nos hace creer que no sabemos más allá de lo que hemos aprendido en algunos años, pero las evidencias científicas demuestran que en nuestro interior yace un poder mucho más grande del que realmente creemos. Confiar en nuestra intuición nos permite acceder al poder ilimitado que como seres humanos tenemos, es una gran ventaja que realmente muy pocas personas conocen y aplican día a día. Mientras más domines tu intuición, más fácil te será saber si vas por el camino correcto, sea cual sea tu destino y tu objetivo final; Es la intuición la que te dirá, si debes ceder, proceder o retroceder.
Ahora bien ¿Cómo Podríamos Hacer Uso Correcto de Nuestra Intuición? ¿Cómo Desarrollar de manera estructurada nuestro Sexto Sentido? ¿Cómo aprovechar todo el poder? Y sobre todo … ¿Cómo hacerlo en la mediación o negociación ante un conflicto?
Lo primero que debemos entender, es que como sentido, la intuición se puede desarrollar y cultivar cuando negociamos o mediamos a través del tiempo con ciertos pasos que mencionaremos a continuación.
Por supuesto que existen maneras alternativas, sin embargo las pautas siguientes son simplemente un derrotero que te brindará una idea de lo que debes llevar a cabo para desencadenar el potencial que llevas dentro de ti y que has estado manteniendo todo este tiempo en las sombras.
1. Empieza poco a poco: Cuando te encuentres en situaciones profesionalmente en las que no sepas qué decidir (usualmente, dilemas o bifurcaciones), cierra tus ojos, respira e intenta sentir desde tu interior cuál es la opción más adecuada. Trata de dejarte llevar por lo que diga tu corazón, por tus impulsos, respetando tus conocimientos…. En definitiva atrévete.
2. Confía en ti mismo: Hablar de intuición y sexto sentido, es hablar de autoconfianza y seguridad en sí mismo. En situaciones desafiantes, permítete confiar en que harás las cosas bien, deja las dudas de lado y plantéate seriamente el dejarte guiar por ti mismo. Serás tu mejor orientador y mejoraras la relación con tus clientes.
3. Prueba tu habilidad: En eventualidades completamente aisladas (y si es posible, aleatorias) verifica qué tan hábil eres con la intuición. Un ejemplo muy claro de esto, es cuando decides caminar (o conducir) por una parte desconocida de la ciudad, tratando de encontrar la ruta basado sólo en tus sentidos de orientación y deduciendo las calles a tomar.
4. Combina tu intuición con técnica: El Poker, el dominó, el ajedrez por ejemplo, son juego en los que puedes aplicar tu intuición, sin embargo, combinado de una buena técnica tus resultados podrán dispararse a nuevos niveles, sólo con el hecho de contar cierto dominio consciente del problema.
En la vida real, confía en tus decisiones, pero deja también que el razonamiento le de una base sólida y estricta a tus decisiones. De esta manera lograrás llegar a un nuevo nivel evolutivo en el ejercicio de tu profesión… seas mediador, abogado, psicólogo, criminólogo o cualquier otro profesional y por supuesto, obtendrás mejores resultados. Cuando debas tomar una decisión, confía en lo que yace dentro de tu interior. Cuando sientas el llamado de tu sexto sentido, atiende y escucha pacientemente, date cuenta de que quizás este “sentido” tenga más razón que los demás.
Ayúdanos a conseguir este sexto sentido, ¿qué podrías aportar a las ideas que comento?
110 comentarios:
LA INTUICION ES MAS IMPORTANTE QUE LOS CONOCIMIENTO.PORQUE NOS MARCA EL CAMINO A SEGUIR EN LA MISMA
Gracias Maestro, Los conocimientos adquiridos, las experiencias en mediaciones realizadas, nos dan ese sexto sentido que llamamos intuición y si la aplicamos, cómo una de las hipótesis de trabajo en nuestra agenda en cada mediación en particular, cuanto nos aporta la intuición. Gracias Javier, siempre haciéndonos recordar de todas las herramientas que tenemos como mediadores. Las Hadas de la Mediación. Saludos Maestro.
Sí que es importante la intuición, cuanto la he usado en mi profesión, como abogada!. Ahora tendré que aprender a usar ese sexto sentido como mediadora. Muchas gracias Javier
Muchas gracias Liliana, Mary y Esperanza por vuestros comentarios que siem pre ayudan a interpretar los post. Un abrazo
Muchas gracias Javier, por compartir esta nueva perla de la mediación!!!
Observación Atenta: La intuición se alimenta de esa información que el cerebro recoge de manera no consciente. Por ejemplo, al prestar atención a detalles por lo que todos solemos pasar por alto como el lenguaje corporal de los demás, es posible captar indicios que no siempre registramos conscientemente.
Entrenamiento en Empatía: La intuición a menudo surge de una conexión emocional con otras personas. Cultivar esa empatía puede ser importante para entender intuitivamente cómo otra persona se siente o cuál es su postura en un conflicto.
Ver los Escenarios: Al enfrentarnos ante situaciones complicadas, es útil realizar ejercicios de visualización. Por ejemplo, si vamos a una mediación, visualizar distintos caminos y decisiones ayuda a prepararse emocional y mentalmente para lo que podría surgir.
Creo que es más o menos lo que ya se ha comentado, pero creo que la intuición podría usarse como si fuese una especie de brújula en los casos complicados. Este brújula no siempre es precisa, indica más bien una dirección vagamente, pero se entiende el camino al que se refiere. Veo esto claro, por ejemplo, cuando conocemos a alguien nuevo. Normalmente, tenemos ese sexto sentido o intuición de si esa persona es de cierta manera u otra, y en ese momento podemos elegir creérnoslo o desechar ese pensamiento, solo el tiempo dirá si estábamos en lo cierto con nuestra decisión o no. Esto pienso que también se puede aplicar en la mediación al poder intuir como se van a comportar los clientes o usuarios con nosotros, por ejemplo viendo si no van a cumplir algún acuerdo o si hay cosas en la que nos mienten o nos ocultan.
Como ya sea ha comentado, la intuición es una gran herramienta para el ejercicio de las diferentes profesiones, así como para el día a día.
En el ámbito de la mediación, pienso que esta nos puede ser útil para cuestiones tales como la identificación de emisiones no expresadas e intereses subyacentes, detección de señales de resistencia, o manipulación y predicción de reacciones.
Por último, aparte de las técnicas ya citadas, también se pueden llevar a cabo para la mejora e identificación de este" sexto sentido":
-La meditación regular que nos permitirá calmar nuestra mente y acercarnos a nuestra percepción más profunda. Al tener la mente despejada y alejada de distractores, podemos llegar con más facilidad a nuestra intuición.
-Escucha de nuestro propio cuerpo. Hay veces que nuestro cuerpo es capaz de percibir señales, que nuestra mente no lo hace. Las intuiciones suelen manifestarse por medio de sensaciones físicas.
En mi opinión, esta poderosa característica innata al ser humano es de gran relevancia y, por ello, considero que el ponerla en práctica nos será de verdadera utilidad ante situaciones mundanas o como para la propia profesión de mediación.
Por ende, en relación a lo comentado, esta puede guiarnos en la toma de decisiones tanto personales como profesionales, ya que, nos puede encaminar hacia nuestros deseos y correctas necesidad a atajar.
Asimismo, el fomentar la intuición nos facilita la comprensión de nuestras relaciones interpersonales de los distintos ámbitos. A causa de ello, te permite comprender mejor a los demás y actuar, por tanto, de una forma más adecuada a las emociones de dicha persona.
Todo ello se puede poner en marcha mediante el fomento de la calma mental, ya que, esta ayuda a escuchar mejor nuestra voz interior y a filtrar la mente de actuaciones no tan adecuadas.
A su vez, todo esto ayuda a que se produzca una conexión interna, originándose por tanto, un realzamiento de nuestros sentidos y, facilitando así la rápida percepción de energías, emociones y sentimientos tanto propios como externos y, que, sin un buen entrenamiento de la intuición no seríamos conscientes.
1. Visualizar y practicar escenarios
Esto podría ayudar a desarrollar nuestro "terreno" intuitivo. Es positivo dar rienda suelta a nuestra imaginación para ver cómo reaccionarías en diversas situaciones. Podría servir para anticipar distintas respuestas y observar cómo te sientes en cada uno de esos escenarios. Esto, además de trabajar el instinto, lo afina para que sepamos reconocer patrones en situaciones futuras.
2. Ejercitar la Autoconciencia Profunda
Sería de gran ayuda para desarrollar la intuición, pues se activa a través de las emociones que experimentamos. La reflexión diaria, por ejemplo en la escritura consciente sobre las experiencias cotidianas, son útiles para reconocer aquellos patrones emocionales y de la conducta que tenemos. Hacer un autorregistro de las sensaciones y pensamientos que vamos teniendo, podría revelar cómo es nuestra intuición y si la escuchamos.
3. Meditación y mindfulness
Tiene el objetivo de calmar la mente y lograr un decremento en el ruido mental. Esto es fundamental para escuchar nuestra intuición, que normalmente se manifiesta cuando mantenemos la calma interior. Cuando haya conflicto a resolver, una mente en calma puede detectar cosas intuitivamente con más con objetividad y claridad.
4. Crear un Diario Intuitivo
Puede servir para registrar momentos nuestra intuición fue correcta o no. Si escribimos las decisiones acertadas y también aquellas en las que hemos fallado, se refina la habilidad que tenemos para saber en qué momento nuestra intuición puede ser de fiar y cuándo podría estar perjudicada por los sesgos o emociones que todos los humanos tenemos. Para las próximas mediaciones, sería crucial para reconocer más concretamente esa “voz interior”.
Si practicamos a menudo estos ejercicios, podemos lograr una mejoría en nuestro sexto sentido, y sirve tanto para lo personal, como para lo profesional. Además, se cultiva una mayor confianza en sí mismo para tomar decisiones con más tranquilidad y seguridad.
Para mejorar mi intuición o sexto sentido usaría las siguientes claves:
1. Escucha activa y empática: Observando los gestos, miradas y pausas que realizan las personas durante su discurso, nosotros como mediadores podemos con esto captar lo que realmente la persona quiere expresar. Para ello podemos usar técnicas como la paráfrasis para apoyarnos y confirmar que el mensaje ha sido captado. Por otro lado, realizar comentarios empáticos podría favorecer la comprensión de las emociones e intereses.
2. Autoobservación y autoconocimiento: Otra clave interesante para mejorar nuestra intuición puede ser dedicar un tiempo cada día o algunas veces a la semana para reflexionar sobre nuestras propias emociones y reacciones. Esto serviría para finalmente ser capaces de diferenciar entre la intuición y las emociones y con ello ser más precisos.
3. Conocimiento sobre patrones de comportamiento humano: Informarse y formarse en temas de comunicación no verbal o psicología puede ser clave para anticipar las reacciones que las personas podrían tener. Normalmente estos patrones de conducta se repiten, lo cual se relaciona directamente con la intuición.
4. Feedback de amigos u otros profesionales: Compartir nuestras suposiciones o intuiciones con otros, como experiencias, y escuchar la opinión o perspectiva de otros profesionales sobre ello puede ser importante para adoptar sus recomendaciones o enfoques en la práctica. A su vez, esta clave y las anteriores hacen que nuestra propia confianza mejore y seamos más conscientes de nuestras habilidades.
La intuición o sexto sentido es importante a la hora de tomar decisiones ya que te permite captar señales sutiles y anticiparte a factores que a veces no se ven de forma tan clara. Cuando hay duda sobre un asunto, la intuición ayuda a evaluar la situación y tomar decisiones confiando en ese sentir.
Para conectar con este sexto sentido creo que es fundamental, además de ir desarrollándolo poco a poco y confiar en ti mismo, el conocernos a fondo y entendernos. Si nos conocemos y entendemos nuestras emociones y valores podemos confiar en nuestra intuición y saber si esta intuición es buena o por el contrario esta afectada por prejuicios. También tenemos que escucharnos a nosotros mismos, como son nuestras emociones, reacciones físicas y sensaciones corporales. Además, para mejorar nuestra intuición hay que observar y escuchar a los otros y ver como es su lenguaje no verbal. Otras formas de mejorar nuestra intuición es estar en un entorno que la favorezca. Estar en entornos creativos que liberen la mente y la abra a nuevas ideas fomenta la intuición. Por último, hay que ser pacientes ya que desarrollar ese sexto sentido lleva tiempo y no siempre acertaras en tu intuición. Con cada acierto y error vas aprendiendo y mejorando tu intuición.
1. Aprende de tus experiencias pasadas
Reflexiona sobre decisiones anteriores, hay momentos en los que hemos sentido cuando algo va bien o mal y es como un sexto sentido que lo llaman, ahí cuando nos damos cuenta o nos podemos imaginar lo que va a ocurrir después, aprendamos de estas decisiones pasadas.
2. Escucha más allá de las palabras
Observa los gestos y tono de voz de la otra persona que muchas veces, el lenguaje corporal revela mucho más que las palabras. Esto ayudará a afirmar nuestras sospechas o intuición sobre algo.
3. Haz una pausa para respirar
Tómate un momento para respirar profundamente antes de tomar una decisión importante. Esto te ayuda a aclarar la mente y a escuchar esa “voz interna” con menos ruido.
4. Confía en tu primera impresión
A veces, la primera impresión tiene información valiosa o es la que vale. Debes observar cómo te sientes al inicio de una situación y dale un lugar a esa sensación inicial, las vibras de las primeras impresiones o lo que nos llega a transmitir.
5. Combina intuición y hechos
Apóyate en la información que tienes, pero deja espacio a lo que sientas. Esta mezcla entre datos y emociones te dará una base más sólida para decidir.
6. Visualizar lo que pueda pasar en el futuro
Visualizar lo que va a pasar próximamente nos ayuda a anticipar resultados y prepararnos mentalmente para lo que pueda venir, esa intuición de que algo está por llegar.
La intuición es una herramienta que se entrena y se consolida con la experiencia de las personas, todos la tenemos, y es algo que a veces acierta y otras veces falla, pero como dice un buen refrán si tienes una intuición o sospecha de algo... "cuando el río suena, agua lleva", por eso lo primordial es la seguridad de sí mismo y la confianza en ti y en que estas en lo correcto y por el camino adecuado.
"Lo cierto es que en términos objetivos: TODOS tenemos un sexto sentido."
No te imaginas Javier lo a menudo que dudo yo tener de eso. A los hechos me remito.
Bromas aparte, el sexto sentido, la intuición y las corazonadas son un tema muy popular. Como comentas, todo el mundo puede relacionarse con ello hasta cierto punto. Sin embargo, yo tengo una postura un tanto conservadora al respecto. Como bien comentas, este sexto sentido es una herencia de nuestros ancestros, una serie de aprendizajes y adaptaciones al medio, ("atajos mentales") tan determinantes para la supervivencia de la especie, que el no tenerlos se traducía en unas posibilidades de supervivencia tan reducidas, que los que la portaban perecieron. Sin embargo, no olvidemos que esta adaptación era propia de un entorno radicalmente diferente al nuestro, y de una sociedad de cazadores-recolectores, no de una sociedad del S.XXI.
Esto se traduce, y ha significado, que gran parte de estos atajos mentales pueden ser y son desadaptativos en ocasiones. ¿Qué son los sesgos sino "intuiciones" que no se basan en la evidencia?. Un buen ejemplo es el sesgo de primacía, el dejarte llevar por la primera impresión, cuando está harto testado que no necesariamente correlaciona con la realidad. Su contrapunto, el sesgo de recencia, es dejarse llevar por la última interacción. ¿Ahora cuál es mejor? Otro es el la abstracción selectiva, el dejarse llevar únicamente por un detalle y juzgar toda la situación sólo en función a éste. Y son muchos más, como la inferencia arbitraria, la sobregeneralización, o el pensamiento absolutista. Estos sesgos están de sobra estudiados, y a menudo son causas de patrones de pensamiento desadaptativos, de decisiones impulsivas, e incluso de trastornos mentales. Con esto en mente, ¿hasta qué punto podemos basar una decisión profesional en ellos? Y de así hacerlo, ¿Cómo la justificamos? ¿Diríamos "no, es que el sujeto me ha dado malas vibras al entrar y por eso lo mejor es que él haga X"?. Para predecir el futuro existen las leyes naturales, los principios, y las cosas demostrables, y es a eso a lo que hemos de agarrarnos como profesionales, a cosas demostradas, y que nos permitan justificar nuestras acciones.
Esto no pretende quitarle el mérito al sexto sentido. Sería ingenuo no reconocer las ocasiones en las que sí que predice el futuro, y en las que fiarte de éste realmente ayuda. De hecho, personalmente es algo que uso bastante en mi deporte, la esgrima. No son pocas las veces en las que, por alguna razón, tengo la sensación de que mi oponente está a punto de hacer cierta técnica, y por ello he sido capaz de anticiparme y replicarle. Pero sería ingenuo también ignorar las no pocas veces en las que eso falla y me llevo un buen espadazo en la cabeza como recompensa.
En conclusión, aunque el sexto sentido pueda ser útil, yo tengo grandes dudas de su validez y su confiabilidad, y cuestiono seriamente el punto hasta el que deber ser incluido en un procedimiento formal como puede ser la mediación.
Desde mi punto de vista, el sexto sentido es un aspecto fundamental al que prestar atención tanto en lo bueno como en lo malo. Me explico, siento que poder confiar en aquello que, sin saber a ciencia cierta estamos intuyendo que puede ser parte del problema nos puede ser de gran utilidad para llegar hasta las raíces del mismo. Pero por otro lado, estamos apostando por algo que ni el cliente ha dicho, ni sabemos si verdaderamente es cierto, por tanto podríamos estar "metiendo la pata" de una manera muy poco elegante o profesional.
Aun así, me gustaría hacer mención al paso 2 expuesto en el blog, el cual habla de la confianza en sí mismo. Realmente pienso que es un aspecto fundamental dentro de cualquier oficio, si nosotros no somos capaces de confiar en el buen desempeño que podemos lograr hacer... ¿Quién lo hará?
Con el pensamiento expuesto, más claves que considero importantes para desarrollar este tan apreciado, complicado y singular sentido son:
- Practicar la escucha activa y observar el lenguaje corporal: En reuniones o conversaciones, prestar atención a escuchar y observar más allá de las palabras. La comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, postura...) puede revelar emociones o pensamientos que las palabras no dicen. Esto puede ayudar a percibir matices y mejorar la comprensión de las intenciones o sentimientos de los demás.
- Reflexionar y cuestionar las propias percepciones: Tras una reunión o un día de trabajo, piensa en las percepciones que has tenido y cuáles con los aspectos que te llevaron a intuir dichas cosas. ¿Qué has captado? ¿Cómo te sentiste? Con trabajo, este ejercicio nos permitirá diferenciar entre emociones propias y percepciones intuitivas sobre el entorno.
- Desarrollar el autoconocimiento: Conocer los patrones, sesgos y respuestas emocionales que tenemos cada uno es fundamental. Mientras más nos conozcamos a uno mismo, mejor podremos separar las emociones personales de las percepciones intuitivas.
- Buscar retroalimentación de compañeros: Comentar las impresiones con amigos de confianza dentro del mismo contexto laboral, buscando sus opiniones acerca de las percepciones que se han hecho. Esto mejorará la precisión del sexto sentido y también ayudará a confirmar si las intuiciones que se hicieron fueron acertadas o si por el contrario se podrían ajustar para que fuesen más precisas.
- Aprendizaje constante: Cada caso profesional debe verse como una oportunidad de aprendizaje. La exposición continua a diferentes situaciones y personas enriquece las percepciones y permite que el sexto sentido se desarrolle a partir de experiencias pasadas.
Estás con las claves que siento que podrían ser de gran utilidad para agudizar ese sexto sentido. Me ha encantado poder reflexionar acerca de este tema, ya que, desde el punto de vista de la psicología siento que está en el límite entre las creencias personales, las experiencias pasadas y la formación del profesional.
Mª Jesús Zabala y Tobar.
Para desarrollar esta capacidad en el contexto de la mediación o negociación yo añadiría:
1. Confianza en la intuición: La autoconfianza es la base para fortalecer el sexto sentido. Confía en ti mismo al tomar decisiones y permítete guiar por esa intuición, dándole espacio en tu proceso de pensamiento. La intuición puede darte una perspectiva alternativa cuando parece que hay puntos ciegos en el conflicto.
2. Desarrollar la autorreflexión continua: Al final de cada sesión de mediación, tómate unos minutos para reflexionar sobre tus decisiones intuitivas. Pregúntate qué señales internas te guiaron, si fueron acertadas o si podrías mejorar en algún aspecto. Este hábito te ayuda a fortalecer la intuición y a hacer consciente el proceso, creando una “memoria” de intuición que te guiará en el futuro.
3. Escuchar las emociones internas como guías: Las emociones pueden ser un reflejo de nuestra intuición. En lugar de ignorarlas o reprimirlas, intenta identificarlas y comprenderlas. Estas sensaciones pueden ofrecer pistas sobre la dirección que debería tomar el proceso.
4. Visualización previa de la sesión: Antes de cada mediación, dedica unos minutos a imaginar posibles escenarios y a visualizar las respuestas o reacciones de los mediados. Este ejercicio de visualización te permite anticipar dinámicas y fortalecer tu instinto, ya que simula diferentes opciones en un contexto controlado.
Para desarrollar nuestro "sexto sentido" en la mediación, podemos empezar con prácticas que fortalezcan nuestra autoconfianza y conexión interna. Además de los pasos sugeridos, recomiendo la autoobservación consciente durante las negociaciones, es decir, prestar atención a nuestras reacciones emocionales y físicas ante las palabras o gestos de la otra persona puede ayudar a identificar patrones intuitivos. Este tipo de práctica nos enseña a leer más allá de lo verbal y a captar detalles que muchas veces pasamos por alto. También es útil complementar nuestra intuición con el conocimiento técnico y estratégico, como en juegos de estrategia, para afinar el equilibrio entre intuición y análisis racional en decisiones importantes.
Creo que no puedo añadir mucho más que lo dicho en la aportación del blog, pero creo que algo que fortalece y entrena nuestra intuición es el ejercicio imaginativo de los posibles escenarios antes de cualquier mediación.
Por ejemplo ¿Cómo responderías ante signos de frustración o acuerdo, y qué emociones o respuestas quieres transmitir? o ¿Qué harías si uno de ellos muestra signos de incomodidad o evasión?
Anticipar y reflexionar sobre estos pequeños detalles, y después comprobar lo imaginado después de cada caso, entrena tu mente para captar sutiles señales no verbales y verbales que suelen pasar desapercibidas pero que son importantes, haciendo que en la situación real tu intuición sea más exacta y acertada.
Un ejercicio que se podría practicar para aumentar la intuición es el mindfulness; ya que, si estamos en mayor sintonía con nosotros mismos y con el aquí y ahora podremos dotar de mayor seguridad, precisión y claridad a nuestra intuición.
Dedicar momentos para reflexionar sobre decisiones pasadas también permite entender cuándo y cómo ha intervenido tu intuición, fortaleciendo la confianza en ella. Además, fomentar un estado de observación en las negociaciones y mediaciones, percibiendo el lenguaje corporal y los matices de comunicación, puede mejorar nuestra intuición aplicada en contextos profesionales, ayudándonos a tomar decisiones más acertadas y conectadas con nuestro propósito interior.
Desde mi punto de vista, para desarrollar el sexto sentido creo que el mediador debe ser consciente de que quiere lograrlo y debe prepararse para desarrollarlo. Por ejemplo, la meditación es un buen recurso que puede ayudar a reducir el ruido que tenemos fuera y nos permite centrarnos en otros detalles que usualmente solemos dejar fuera porque no nos paramos a mirar. No juzgar a las partes en conflicto es primordial, porque si los juzgamos no nos estaremos centrando en lo verdaderamente importante que es ofrecerles nuestra ayuda. Finalmente creo que una buena herramienta sería tener un diario donde apuntar nuestras impresiones e intuiciones y verlo de manera más visual nos ayudaría a seguir trabajando.
Muchos definen la intuición como una habilidad que poseemos para conocer, entender o percibir algún aspecto de la realidad de forma clara sin usar nuestra parte racional. De hecho, en clase hemos hablado acerca de la intuición femenina, que es ese "sexto sentido" que poseemos las mujeres, los hombres también tienen esto integrado en su ADN, aunque en algunos casos no está tan desarrollado.
Además de las pautas que se nombran para fomentar la intuición, también hay estudios científicos que confirman que meditar es de gran ayuda, no solo para conectar con esa intuición y fortalecerla, sino también para reflexionar y estar relajados, lo cual es muy necesario. Del mismo modo, es importante mencionar que la intuición utiliza el funcionamiento del hemisferio derecho del cerebro, este hemisferio corresponde con la creatividad, la agudeza visual y la emoción, por tanto, si realizamos actividades como leer poesía, escuchar música, pintar...estaremos estimulando esta capacidad.
Como bien se comenta en esta entrada del blog, la intuición nos puede servir de gran ayuda a nivel profesional, y a nivel personal. Debemos intentar seguir estas pautas para poder estar conectados con ella y aprovechar esa habilidad.
La intuición es una herramienta bastante valiosa en la ejecución de una mediación, ya que ésta nos puede ayudar a percibir detalles o señales emocionales que podrían pasar desapercibido. Confiando en este sentido, podríamos tener la capacidad de entender mejor cuándo una postura está siendo sincera o si hay algún tipo de conflicto oculto, lo que nos permitiría adaptar nuestras estrategias de forma más precisa. La calma y el autoconocimiento son claves para distinguir entre intuiciones o suposiciones. Cuando fortalecemos esta capacidad, facilitamos la resolución de conflictos, además de promover un entendimiento más profundo y una interacción más auténtica entre las partes del conflicto, promoviendo unos acuerdos para la resolución del problema y la creación de relaciones más sólidas entre los participantes.
Para mí, el sexto sentido es aquella intuición que permite tanto al mediador como personas que no se dedican a la mediación a captar emociones y cosas que no se dicen abiertamente. Es una especie de radar que ayuda a entender lo que realmente preocupa a las personas y cuándo es el mejor momento para intervenir. Una forma de desarrollar este sexto sentido es practicar una observación profunda de los demás.
Desde mi punto de vista, la intuición o el sexto sentido como se refiere el texto, es aprendido en base a las experiencias que vivimos día a día. Es cierto que hay personas que suelen ser más sensibles a situaciones y que pueden suponer algo y que esto termine sucediendo, sin embargo, pienso que son nuestros aprendizajes y reflexiones sobre contextos similares lo que nos aporta respuestas cerceras sobre ello. Ya sea bajo un suceso propio u otro en el que alguna persona cercana a nuestro entorno, pero siempre interiorizado anteriormente.
El “sexto sentido” o intuición, es una capacidad inherente a todos los seres humanos, un tipo de conocimiento profundo y casi instintivo que nos ha sabio transmitido a través de generaciones. Esta habilidad puede guiarnos en la toma de decisiones, especialmente en situaciones de mediación. Aunque la intuición puede ser un recurso poderoso para orientarnos, actuar solo en base a ella no siempre es prudente. Es fundamental combinarla con un análisis objetivo y pruebas verificables. Esto permite que nuestras decisiones no solo tengan una base instintiva, sino también una estructura sólida fundamentada en hechos.
Desarrollar la intuición implica, por tanto, no solo confiar en lo que sentimos internamente, sino también aplicar el razonamiento lógico y respaldar nuestras teorías con evidencia objetiva. Al logrará este equilibrio entre intuición y razón, podemos tomar decisiones más complejas y efectivas.
Paula Ulgar Fernández
En mi opinión, la intuición es una gran aliada en la toma de decisiones complicadas. Además, pienso que actividades como el póker o el ajedrez pueden potenciar ese sentimiento de intuición y son excelentes prácticas, ya que requieren habilidad y técnica, pero también intuición. Llevar esto al ámbito laboral puede hacerse combinando análisis lógico (basado en datos) con el “instinto”. De manera en que cuando nos encontremos situaciones con dos opciones igualmente válidas, podremos dejarnos llevar por la opción que mejor se conciba intuitivamente.
Algunas de las diferentes ventajas que puede tener la intuición en un proceso de mediación son las siguientes:
En primer lugar, gracias a la intuición podemos percibir las emociones o las actitudes de las personas, lo que puede ayudar a que el mediador identifique de manera más sencilla a que están dispuestas las partes y a que no, los posibles caminos que puede proponer para llegar a una solución, o si va a ser más difícil o no conseguir el acuerdo.
Asimismo, el mediador puede captar con antelación las reacciones que pueden tener las partes ante las propuestas, lo que permite la adaptación de las proposiciones o respuestas del mediador para que el conflicto no aumente o no se genere una tensión o incomodidad en las partes. Es decir, si intuye que un comentario o propuesta va a causar tensión, puede no realizarlo.
Por otro lado, la intuición del mediador puede ser de gran utilidad para saber qué estrategias llevar a cabo. Por ejemplo, si presenció anteriormente casos con características similares, puede intuir que las estrategias que usó en el pasado podrían ser útiles para el caso actual.
Con respecto a la empatía, considero que la intuición tiene un papel muy relevante, pues gracias a la misma, el mediador puede comprender las características emocionales de los demás, así como reaccionar de manera natural, lo que fortalece la empatía.
Por otra parte, el mediador puede percibir gracias a su intuición que los intereses o necesidades que las partes tienen no son los que expresan textualmente, es decir, pueden estar discutiendo por un tema que en realidad no es la clave del conflicto, y gracias a la intuición el mediador puede buscar una solución efectiva al verdadero problema.
Por último, considero que es también muy importante para poder llegar a una solución específica, pues normalmente, son muchas y variadas las soluciones que pueden ser posibles en un conflicto, sin embargo, gracias a la intuición, el mediador puede intuir cuál será la más acertada.
Carmen Soto González:
El sexto sentido o intuición es una herramienta que todos poseemos, pero que pocas veces exploramos a fondo.
Para desarrollar nuestro sexto sentido o intuición, es esencial empezar con el autoconocimiento, aprendiendo a identificar y escuchar nuestras emociones y patrones internos de pensamiento. Este proceso nos ayuda a distinguir esas señales internas que suelen pasar desapercibidas. La observación consciente es otro paso importante, pues nos permite percibir detalles del entorno como gestos, tonos de voz o cambios en la actitud que, aunque sutiles, enriquecen nuestra comprensión de una situación.
Además, los ejercicios de visualización y simulación son muy útiles para anticipar escenarios antes de entrar en una negociación o mediación, ya que ayudan a que nuestra intuición “practique” y esté mejor preparada para responder de manera acertada.
También, es importante entender que el sexto sentido no es infalible, sino una guía. Aprender a usarlo implica estar dispuestos a errar y a ajustar nuestras percepciones. Mientras más lo ejercitemos, más lo afinaremos y, con el tiempo, se convertirá en una herramienta natural y confiable que nos permitirá tomar decisiones más acertadas en todos los aspectos de nuestra vida profesional y personal.
La intuición es ese "sexto sentido" que a menudo sentimos en diversas ocasiones, y que en la mediación juega un papel esencial. Esta sensación no proviene del razonamiento lógico sino de una percepción interna, en la mayoría de ocasiones subconsciente.
En primer lugar, durante la mediación pueden existir personas que no expresen totalmente sus intereses o emociones. Por ello, la intuición permitiría captar esos sentimientos, matices, tonos de voz… no expresados de manera explícita que sirven de “guía” para interpretar al cliente y establecer la estrategia de actuación más adecuada.
Asimismo, si algo no está funcionando de la manera correcta en el proceso o el cliente cambia su estado de ánimo de repente y se siente por ejemplo, incómodo, la intuición nos permitiría percibirlo y adaptar nuestra estrategia para asegurar el buen desarrollo del proceso de mediación.
Por otro lado, cuando nos guiamos por la intuición, ajustamos nuestro lenguaje corporal, tono de voz o manera de expresarnos, para así crear un espacio seguro y agradable para las partes involucradas, haciendo que el cliente se sienta cómodo.
No obstante, tenemos que ser conscientes de que la intuición no es del todo infalible y que en ocasiones puede estar sesgada, por lo que para hacer un uso efectivo de esta es clave reconocerla y confiar en ella, desarrollando autoconocimiento y empatía. La observación atenta del lenguaje corporal y el balance con el razonamiento lógico ayudan a tomar decisiones más precisas. Finalmente, aplicar la intuición en el momento adecuado nos ayuda a identificar tensiones y tomar decisiones de manera más humana y eficaz.
Por tanto, la intuición es algo que se debe entrenar y considerar que no es una respuesta infalible y basada en el razonamiento lógico y evidencia, por lo que en ocasiones puede fallar.
Es muy interesante cómo describes la importancia de equilibrar intuición y razonamiento en la toma de decisiones. Ese “sexto sentido” al que te refieres es una capacidad fundamental, especialmente en profesiones como la psicología, la criminología o la mediación, donde las decisiones tienen un impacto directo en las personas.
Aquí te comparto algunas ideas (aunque poco más queda que decir) para desarrollar esa intuición informada:
1. Reflexión y Autoconocimiento: la práctica de la autorreflexión y técnicas como el mindfulness pueden ayudarte a identificar esos pensamientos o reacciones internas que influyen en tus decisiones sin que seas del todo consciente.
2. Confianza en la Experiencia: A medida que ganas experiencia en tu profesión, empiezas a notar patrones y desarrollar una "memoria de situaciones" que te permite reaccionar mejor en contextos similares. Tomarte un momento para revisar mentalmente experiencias pasadas en lugar de decidir de inmediato puede aportar claridad y hacer que tus decisiones sean más acertadas.
3. Capacitación y Formación Continua: Amplía tu conocimiento en áreas complementarias a tu campo para tener una perspectiva más holística. Por ejemplo, un psicólogo podría beneficiarse de formarse en mediación para comprender cómo gestionar conflictos, mientras que un criminólogo podría estudiar más sobre la mente humana en situaciones extremas. Estas disciplinas se entrelazan, y el aprendizaje continuo facilita que tu intuición se base en una red amplia de conocimiento.
Este sexto sentido, entonces, no es más que la integración de tu conocimiento formal, tu experiencia y tu capacidad para ver más allá de lo obvio. Con el tiempo, desarrollas la confianza y el discernimiento para encontrar un equilibrio que, como dices, te lleve a un nuevo nivel evolutivo en tu profesión.
La intuición es una herramienta clave que poseemos los seres humanos que nos permite sobrellevar el día a día. Para mejorar la intuición, usaría las siguientes claves:
- Confiar en nuestras corazonadas. Va a ser muy difícil desarrollar la intuición si no prestamos atención a las señales que nos da nuestro cuerpo. Si considero que algo me da mala espina, es porque lo más probable es que no sea seguro.
- Confiar en uno mismo. Cuando confiamos en nuestras habilidades y en nuestra capacidad para tomar decisiones acertadas nos volvemos más receptivos a las señales que nos envía la intuición.
- Salir de nuestra rutina. Haciendo algo diferente a lo que estamos acostumbrados nos permitirá obtener diversas perspectivas que potenciarán nuestra intuición, cosa que no pasaría si hacemos las mismas actividades día tras día.
- Observar. Las personas más intuitivas son las más observadoras. Observar permitirá encontrar similitudes entre objetos y personas de nuestro entorno que en un primer momento parecían no tener relación entre sí.
Además de los pasos ya mencionados, me gustaría aportar algunas prácticas que pueden ayudarnos a fortalecer ese “sexto sentido” en situaciones de mediación o negociación. Primero, explorar posibles escenarios es clave: tomarnos un momento para imaginar diversos resultados antes de actuar nos permite visualizar el camino y prepararnos para responder de la mejor manera cuando llegue el momento decisivo. También es útil aprender a leer la energía de las personas a través del lenguaje corporal, ya que el comportamiento no verbal, como las expresiones faciales, los gestos y la postura, revela mucho sobre los sentimientos e intenciones de alguien. Identificar y entender estas señales nos proporciona una ventaja intuitiva para saber cómo proceder.
Mantener activo nuestro lado creativo también juega un papel importante, pues nos permite ver las cosas desde distintas perspectivas y encontrar soluciones originales. Esta flexibilidad mental es clave para desarrollar una intuición más adaptable. Finalmente, escuchar y observar con atención plena potencia nuestra intuición y nos ayuda a captar aspectos que no siempre son explícitos.
La intuición en mediación es fundamental para captar lo que no siempre se expresa en palabras. Para fortalecer este “sexto sentido”, hay que considerar una serie de claves para trabajar en la escucha activa como por ejemplo, atendiendo a gestos, silencios y tonos, teniendo tal empatía que nos permita conectar con las personas sin juzgar.
Por último, el autoconocimiento que tengamos nos refuerza nuestra confianza en esa “voz interna” que tanto aporta en mediación.
El "sexto sentido" o intuición es una herramienta muy útil que como bien se indica todos tenemos. No es solo una reacción rápida; se basa en nuestras experiencias y aprendizajes.
Hay formas de mejorarla y potenciarla, por ejemplo reflexionar sobre nuestras decisiones intuitivas y aprender de ellas fortalece esta habilidad. Otra opción es observar patrones en las personas y situaciones, ciertos comportamientos, palabras o actitudes tienden a predecir ciertos resultados. Al reconocer estos patrones, nuestra intuición se afina, y capta con mayor facilidad detalles invisibles, permitiéndonos anticipar cómo puede desarrollarse una situación.
Fomentar este "sexto sentido" nos permite actuar con mayor confianza y eficacia en lo personal y profesional.
Yo creo que la intuición y ese "sexto sentido" se basa en la experiencia vivida. ¿Cuántas veces habré escuchado a mis padres decirme "Cuando tu vas, yo ya he ido y venido un millón de veces"? Y es totalmente cierto. Considero que la intuición es una habilidad que se desarrolla a base de vivencias positivas, pero sobre todo negativas. Son éstas las que te permiten predecir el posible desenlace de una situación, ya sea con algún cliente u otro contexto.
De igual manera, este "sexto sentido" se puede aprovechar aún más fijándonos en los pequeños detalles, y con esto me refiero a la comunicación no verbal.
Si estás en una mediación y ves que una de las partes está verbalmente participando en la sesión o afirma comprometerse con el acuerdo y sin embargo, está todo el rato mirando la hora en su reloj, tiene la mirada perdida, tiene los brazos cruzados o no te mira cuando le hablas, es probable que esa persona no tenga ningún tipo de interés en lo que está sucediendo en la sesión y, puede ocurrir que si eres nuev@ dentro del mundo de la mediación, te dejes llevar más por lo que dice, que por lo que no hace, sin embargo, con los años y la experiencia, si te encuentras en una situación similar, es probable que en la primera sesión ya seas capaz de anticipar el desenlace solo observando los pequeños detalles.
Se podría decir que la intuición es la habilidad para captar y percibir señales no verbales con el fin de ayudarnos a guiar nuestra conducta, y así tomar las decisiones adecuadas en situaciones de conflicto. No obstante, dicha intuición o sexto sentido puede ser practicado para lograr un mejor desarrollo de nuestra capacidad de respuesta en el ámbito de la mediación. Por ello, a continuación se expondrán diversas técnicas que podemos aplicar, además de las mencionadas en el blog, para favorecer y potenciar nuestra intuición.
Antes de la consulta de mediación, cuando ya conoces un poco más a fondo el problema, plantea posibles situaciones y soluciones que pueden darse en la sesión. Imagina diferentes escenarios y tu forma de responder a ellos exitosamente, ayudándote a ganar confianza y seguridad contigo mismo.
Durante la sesión, lo más fundamental es la observación de los gestos, interacciones, tono de voz y expresión facial de las personas en conflicto. Esto no solo puede usarse en la mediación sino que puede ser practicado en otras situaciones cotidianas, tratando de comprender la comunicación no verbal.
Una vez acabada la sesión, reflexiona sobre las decisiones tomadas y su éxito o fracaso. Esto te permite conocer si las estrategias seleccionadas fueron acertadas además de adquirir experiencia y mejorar tus decisiones. Asimismo, interactuar con otros profesionales hace que puedas aprender de sus experiencias y viceversa, creando un medio de colaboración para mejorar tus habilidades, aprender nuevas herramientas y saber en qué casos podrías utilizarlas. A ser posible, cuéntale tu caso y pídele feedback constructivo o retroalimentación, también puedes preguntarle qué hubiera hecho él en tu situación.
Todo ello, tanto lo positivo como lo negativo, puedes apuntarlo en un diario para recurrir a él siempre que lo necesites y no perder detalle de tu proceso de aprendizaje. Si aún así sientes que todo lo mencionado no es suficiente, puedes buscar a un profesional con gran experiencia que te guíe en tus inicios y en tu proceso de aprendizaje, proporcionándote consejos para mejorar tus técnicas. Recuerda que siempre podrás aprender un poco más acerca de otras disciplinas como la psicología, enfocada en el comportamiento humano que pueden complementar tus conocimientos.
En conclusión, la intuición es un proceso continuo que requiere de una constante práctica y aprendizaje. Resulta de una herramienta muy valiosa para aumentar el éxito de las intervenciones, pudiendo resolver conflictos de manera más efectiva.
Personalmente creo que la intuición es como un "superpoder" que a veces se tiene en mayor o menor medida. Tratar de darle una explicación científica o desglosarlo por pasos puede causar a veces que se pierda la magia que lo caracteriza. Sin embargo, a la hora de tomar decisiones también es apta una metodología más "lógica". Cada uno debe conocerse a sí mismo y orientar su mediación en función a sus puntos fuertes, dado que no se puede obligar a ser intuitivo si no tiene esa habilidad desarrollada, ni se puede obligar a alguien a ser más metódico si no tiene los conocimientos para ello. Una persona puede utilizar una lista de pros y contras para tomar una decisión o "hacer caso a su corazón", lo importante es que el mediador no tome la decisión por el usuario/cliente, sino que sea él mismo el que tome la decisión más adecuada para su circunstancia.
El “sexto sentido” puede ser una herramienta clave para ejercer de manera eficaz trabajos como la mediación, siempre y cuando se mantenga la profesionalidad y el pensamiento crítico hacia nosotros mismos. Resaltaría los siguientes puntos para poder seguir fortaleciendo este sexto sentido y hacerlo de la manera más profesional posible:
1- Desarrolla el autoconocimiento, asegúrate de que tu historia personal no interfiere en tu manera de comprender el conflicto. Algunas veces nuestras heridas pueden hacernos más sensibles a ciertos comportamientos y esto lo podemos confundir con la intuición. Para trabajos como la mediación recomendaría realizar un proceso terapéutico que te asegure ejercer la mediación de la manera más “limpia” de sesgos posibles.
2. Fórmate, ese sexto sentido no puede estar basado únicamente en la experiencia, asegúrate que tu intuición tenga una base de conocimientos profesionales que pueda respaldar tus comportamientos.
3. supervisa tu trabajo, es importante confiar en nuestras habilidades y en nuestro sexto sentido pero una personas externa que supervise nuestro trabajo nos ayudará a que no se lleven a cabo decisiones basadas en la intuición que puedan llegar a ser poco éticas.
Un saludo!
Mi opinión es que no puede haber intuición sin conocimiento previo o contexto previo de la experiencia. Se debe de tener una estructura mental previa que dirija la mediación y esa estructura mental es la experiencia. Sin experiencia, la intuición nos puede fallar muy fácilmente y podemos perder muchas batallas intentándolo. El intuir puede traernos una variedad de opciones de las cuales elegir para poder resolver, mediar, conflictos. Es una herramienta de gran poder que atribuye al bienestar de la mediación.
La intuición es algo muy martirizado en la sociedad actual, ya que no nos dejan ser auténticos. Es como la creatividad. Por eso es tan complicado implementarla en nuestra vida.
Mi recomendación para esto es leer sobre la intuición y conocer casos reales de personas que la han usado y les ha ido bien; así entrenamos a nuestro cerebro para ver que la intuición no es algo tan extraño ni ajeno a nosotros mismos. También recomiendo la práctica de la meditación y la atención plena. Siento que la intuición no es algo mental. Al contrario, si intentamos controlarla con la mente, se pierde. Por eso, la práctica de acciones no mentales, como la meditación, puede ayudar a desarrollarla y a dejar la mente a un lado.
Por último, recomiendo aceptar los resultados que se obtienen en la vida, pues esto nos hará dejar de pensar continuamente que una opción es mejor que otra. Así, nos permitiremos confiar en nosotros mismos y actuar desde la intuición, dejando que la respuesta venga de dentro, sin expectativas.
Antonio Contreras Fernández
Con el fin de poder aplicar ese “sexto sentido” a nuestra práctica diaria profesional, habría que tener claro que la intuición no consiste únicamente en atender a determinadas señales para anticiparse a los acontecimientos, para poder dominarlo es fundamental la previa adquisición de la mayor cantidad de información posible (no solo en una mediación, también es aplicable a cualquier contexto), así como un adecuado desarrollo en habilidades perceptivas que la experiencia nos debería otorgar. Como ya hemos sabido gracias al texto anterior, la autoconfianza es necesaria para poner en práctica esta competencia, sin embargo, desde mi punto de vista al principio puede resultar difícil distinguir entre una correcta intuición y un simple impulso, aun así, existen otros elementos que ayudan a incrementar dicha confianza, por ejemplo, cuanto mayor sea el entrenamiento de un profesional en empatía y en lenguaje no verbal, más fácil le resultará descubrir ciertos detalles muy específicos que con simple lógica serían muy difíciles de intuir (por ejemplo, entender emocionalmente a un cliente, comprender las razones de su tono de voz, postura, respiración, etc.).
En definitiva, el “sexto sentido” de la intuición puede ser entrenado gracias a observaciones y experiencias previas y, por tanto, esos son los principales factores que influirán en la toma de decisiones. Aun así, no sería correcto acudir siempre a dicha intuición, no podemos dejarnos llevar en todas las conversaciones y olvidar el análisis llevado a cabo por la razón, lo ideal sería que se complementasen para garantizar la máxima seguridad posible.
La intuición o el "sexto sentido" es una herramienta fundamental en la mediación y en la negociación ya que dota nuestros actos de autenticidad y valentía. La evolución que ha sufrido nuestra mente durante miles de años, acompañada de los conocimientos y experiencias pasada, ha generado en nosotros sabiduría, que puede ser una herramienta valiosa en situaciones donde el análisis no es suficiente. Cuando pensamos que algo no esta bien, estamos utilizando esta sabiduría. Por otro lado, la intuición aparece en forma de síntomas físicos o emocionales. Prestarle atención a estos síntomas nos puede ayudar a no tomar una decisión desacertada. La intuición en la mediación por parte de las partes involucradas permite captar emociones y tensiones implícitas. En cuanto al mediador, ayuda a intuir el mejor momento para intervenir, ceder o analizar nuevas opciones, haciendo la conversación más efectiva. Durante un conflicto, considerar nuestra propia capacidad puede evitar un estancamiento para llegar a un acuerdo satisfactorio.
Desde mi punto de vista, el "Sexto sentido" o la intuición es una capacidad interna que las personas poseemos, que se puede desarrollar si se trabaja de forma adecuada. Uno de los factores que considero más relevantes respecto a este tema es la experiencia, que para mí significa un refuerzo muy grande en lo que respecta a esas "sensaciones" o "presentimientos" que todos hemos tenido alguna vez en la vida. Desde esta perspectiva, cuanto más aprendamos y cuantas más experiencias diferentes vivamos (llegando incluso a hacer una reflexión sobre las propias vivencias pasadas), mayores recursos tendremos para fomentar esta capacidad.
Además, creo que resulta muy útil el hecho de "tener los ojos bien abiertos", poniendo el foco plenamente en la atención, especialmente en el ámbito de la mediación, prestando mucha atención sobre todo a las señales físicas que nuestro propio cuerpo nos envía y las que nos envían los demás, para así adelantarse a posibles futuros problemas. Gracias a estos indicios, podemos sacar conclusiones acerca de si nosotros mismos, como profesionales, estamos haciendo nuestro trabajo correctamente y si las personas que tenemos delante se sienten cómodas con la mediación, o si hay algún aspecto que no nos están diciendo directamente pero que se puede llegar a inferir sabiendo el contexto que lo rodea.
Sin lugar a dudas, es un concepto muy interesante, que, si bien es cierto que puede llegar a ser un poco controversial, porque no siempre puede resultar beneficioso, por el hecho de que se puedan interpretar aspectos que nos lleven a tener sesgos, puede ser una herramienta muy poderosa en este ámbito de trabajo.
Considero que el sexto sentido es una herramienta valiosa, siempre que se use con cautela y autocrítica. Confiar en nuestras intuiciones puede ser una vía para llegar a la raíz de un problema.
Algunos enfoques útiles para desarrollar este sentido incluyen prestar atención al lenguaje no verbal y escuchar activamente, ya que los gestos y posturas revelan emociones más allá de las palabras; también es importante reflexionar al final de cada jornada sobre nuestras percepciones y qué nos llevó a intuir lo que intuimos, ya que con este ejercicio es más fácil separar nuestras emociones personales de lo que sentimos sobre el entorno. Además, el autoconocimiento es esencial, pues cuanto más nos conocemos, mejor podremos manejar nuestra intuición de forma objetiva. Para afinarla, es útil pedir retroalimentación a personas de confianza que validen o cuestionen nuestras impresiones y ver cada caso como una oportunidad de aprendizaje que enriquezca nuestras percepciones y haga evolucionar este sentido en función de experiencias previas.
Creo que estas pautas pueden ser especialmente útiles para agudizar y utilizar el sexto sentido de manera profesional en la práctica diaria.
Para conseguir o conservar esa intuición o sexto sentido que se comenta, lo ideal sería hacer por ejemplo actividades que la puedan fomentar. Hacer un mapa mental después de algunas sesiones nos ayudará a analizar bien las percepciones y ver conexiones que quizás durante la sesión no has notado. También realizar una "conexión silenciosa" nos ayudará, mediante la observación de las partes, a tener una primera impresión de estas personas y a su vez mejorará tu capacidad de conocer el campo emocional en el que trabaja esa persona sin la necesidad de usar el lenguaje verbal.
Una clave importante para desarrollar el sexto sentido podría ser escucharse a uno mismo y guiarse por las emociones y sensaciones que surjan, así se podrían descubrir pistas esenciales. Por otro lado, también podríamos leer entre líneas, es decir, poner atención a gestos, tonos, detalles no verbales. Asimismo, debe de haber un gran entrenamiento en la persona acerca de la autoconfianza ya que para la intuición es clave. Y, por último, otra sería compartir nuestros pensamientos e intuiciones con otros para así conocer diferentes opiniones, formas y perspectivas para practicarlo.
En este artículo podemos reflexionar sobre el concepto de “sexto sentido” como una forma de intuición que todos llevamos intrínsicamente. Nos hace ver que, aunque a menudo ignoramos nuestras corazonadas, cada uno de nosotros tiene el poder de percibir situaciones más allá de lo evidente. Este texto sentido puede funcionarnos como una herramienta poderosa en el ámbito profesional que estudiamos, la mediación. Esta habilidad la llevamos todos dentro gracias a la evolución de la mente humana y la genética es algo que sin quererlo, todos la poseemos y que con el tiempo y la experiencia, podemos trabajarla, permitiéndonos tomar decisiones más acertadas y conectar con las personas.
Para aprovechar este sexto sentido, me parece esencial la opción de combinarlo con habilidades como la escucha activa y la empatía. En una mediación, captar los pequeños detalles, como el lenguaje corporal o las emociones que no se expresan con palabras, puede ser clave para entender lo que realmente se está tratando. Al trabajar estas habilidades, con el tiempo nuestra intuición se agudizará y será más efectiva. Además, me parece interesante que, como todo en esta vida, con el tiempo y la experiencia, en este caso, en cuanto a las veces que hemos utilizado y trabajado nuestro sexto sentido, toda mejora y podemos aprender de ello. Es decir, podremos identificar patrones y ver en que situaciones nuestras corazonadas fueron correctas, lo que nos ayudará a confiar más en ella en el futuro.
En resumen, desarrollar nuestro “sexto sentido” no se trata solo de seguir impulsos, sino de combinar esas sensaciones con una observación cuidadosa y reflexión. Al hacerlo, no solo enriqueceremos nuestra práctica profesional, sino que también haremos que el proceso de mediación sea más humano y efectivo. Confiar en nuestra intuición, cuando está bien cultivada, puede hacer una gran diferencia en cómo abordamos los conflictos y ayudamos a las personas a encontrar soluciones.
Hay varias claves que pueden ser útiles para desarrollar la capacidad intuitiva:
1. Escucha activa: aprender a escuchar, tanto a los demás como a uno mismo, puede ayudar a identificar patrones y señales internas que pueden ser indicativas de intuiciones más profundas.
2. Registrar las experiencias: llevar un diario donde anotar las intuiciones y decisiones puede permitir identificar patrones en nuestros aciertos y errores, lo que fortalecerá la confianza en nuestro sexto sentido.
3. Aprender a diferenciar emociones: a menudo, nuestras emociones pueden nublar nuestro juicio. Aprender a reconocer y separar lo que es una emoción intensa de lo que es una intuición puede ayudar a tomar decisiones más claras
4. Exposición ante nuevas experiencias: salir de nuestra zona de confort y exponernos a diferentes situaciones, culturas o entornos puede enriquecer nuestra perspectiva y, por ende, nuestra intuición. Cuantas más experiencias acumulemos, más información tendremos para procesar.
5. Prueba y error: no tener miedo de cometer errores, ya que también son una oportunidad de aprendizaje.
6. Feedback y reflexión: buscar retroalimentación de otros expertos sobre nuestras decisiones, así como reflexionar sobre las decisiones que tomamos en el pasado y su resultado, puede mejorar nuestra capacidad de confiar en nuestra intuición en el futuro.
7. Educación continua: estar abierto al aprendizaje y la formación constante en áreas que nos interesen o que sean relevantes para nuestra profesión, nos permitirá combinar el conocimiento técnico con nuestra intuición.
Para mí, la intuición no es solo una voz interna, sino que también se nutre cuando prestamos atención a detalles externos, como el lenguaje corporal o las expresiones faciales. Al observar estos matices en las interacciones cotidianas, creo que ya estoy aprendiendo a captar información valiosa que las palabras no siempre expresan. También siento que recordar experiencias personales pasadas puede ayudar a identificar patrones y a anticipar reacciones en momentos de tensión. Además, creo que mantener la neutralidad emocional, o al menos intentarlo, es una forma de permitir que la intuición nos guíe sin tanto ruido interno. Aunque confío en mis percepciones, soy consciente de que la intuición puede verse influida por experiencias personales, por lo que busco ser objetivo y flexible. Practicar esta habilidad en contextos cotidianos, desde conversaciones hasta pequeñas negociaciones, me está ayudando a ganar confianza. Confío en que esta práctica, aunque indirecta, me preparará para participar en una mediación formal cuando llegue el momento, y espero que mi “sexto sentido” sea una herramienta útil en esos espacios.
A lo largo de los años se ha investigado sobre el significado y la función de la intuición. Esta es un sentimiento de incomodidad que hace que nos alerte de algo sin haber hecho un juicio previo. La función que nos aporta es confianza y ayudar con las tomas de decisiones. Para conseguir manejar la intuición se debe de lleva a cabo una serie de pautas.
En primera instancia es importante escuchar tu voz interior, es decir, pon atención a tus pensamientos. En cuanto a las emociones hay que tener cuidado con ellas, debido a que, se puede tomar decisiones que a largo plazo no serán buenas. Por ello, hay que saber reconocerlas y controlarlas para así llegar a una conclusión adecuada. Además, es adecuado tener una buena práctica en la atención plena, ya que ayuda a uno mismo a reconocer que sucede a su alrededor y en su interior, para así no pasar por alto algunos puntos importantes. Otro aspecto significativo, es que hacer preguntas abiertas, ya que de este modo exploramos más afondo los sucesos. Algo de que las personas tienen miedo es de cometer errores, cosa que es muy humano, y gracias a ellos la gente puede aprender a avanzar y ser mejores en la intuición entre otros aspectos. Por último, es bueno crear una agenda en donde apuntar las experiencias acertadas y fallidos por la intuición, con el fin de aprender de los errores y de los éxitos.
Con todos los aspectos anteriormente mencionados, se puede llegar a un mejor manejo de la intuición.
Como bien dices, nuestra mente es poderosa y tiene almacenada una gran cantidad de aprendizajes y experiencias que a nuestros antepasados le fueron de gran ayuda. La intuición es una gran herramienta que posee el ser humano capaz de advertirnos y ayudarnos en nuestra vida cotidiana. Lo bonito de la intuición es que hace una análisis global de la situación y de forma muy rápida, imperceptible, sentimos la "corazonada" de ir hacia una dirección o hacia otra. Hemos aprendido que todo comunica, desde la forma de sentarse hasta las micro-expresiones faciales, por eso cuando decimos "Tengo la intuición de que no me está diciendo la verdad", aunque aparentemente no se nos ocurra una explicación para justificar ese pensamiento, lo que queremos decir en realidad es que ha habido indicios que nos han llevado hacia esa conclusión y que al igual que a nuestros antepasados les funcionó su intuición, ahora nos esta diciendo a nosotros que no nos fiemos.
Este post me provoca sentimientos encontrados y me ha llevado a plantearme el papel de la subjetividad en la práctica profesional.
Por un lado, estoy convencida de que la intuición es absolutamente necesaria para poder tomar decisiones basadas en nuestra lógica propia y personal, nuestras experiencias pasadas y observaciones. Debe existir un espacio reservado a la subjetividad, ya que las personas no actúan por razones matemáticas ni siempre de forma estructurada.
Por otra parte, el carácter subjetivo de la intuición lleva a que sea un aspecto poco estudiado de la mediación y no seamos conscientes de que la empleamos durante el proceso. Personalmente, no me había planteado que este "sexto sentido" como se menciona en el blog fuese algo relevante, y ni siquiera que tuviese impacto en nuestro ejercicio profesional, sea el que fuere. Por ello, considero que, al dejarnos guiar por la intuición, debemos ser precavidos, a la vez que confiados en que sabemos lo que hacemos.
Sin embargo, leyendo el post, veo que muchas decisiones en mi vida se basan en pistas subjetivas y en la intuición. Esto me lleva a confrontarme con la idea de que la teoría y el estudio no son las únicas herramientas en la mediación, y que debemos dejar un espacio a la intuición y ser conscientes de ella para poder aprovecharla al máximo.
Hablemos del "sexto sentido" y su papel en la mediación. A menudo, sentimos esa intuición que nos dice que algo no cuadra o que debemos confiar en alguien, pero, ¿Cuántas veces la ignoramos? Personalmente, creo que la intuición es un recurso invaluable, especialmente en situaciones tensas.
Cuando estamos en medio de una negociación, captar las emociones y los gestos de los demás puede ser clave para lograr un acuerdo. La intuición nos brinda pistas que las palabras a menudo no expresan.
Para desarrollar este "sexto sentido", me parece fundamental:
1. Practicar la atención plena: La meditación y la reflexión nos ayudan a escuchar nuestra voz interior.
2. Crear un diálogo interno positivo: Fomentar la confianza en nuestras corazonadas es esencial para tomar decisiones más seguras.
3. Observar activamente: Prestar atención no solo a las palabras, sino también al lenguaje corporal y las microexpresiones.
4. Documentar experiencias: Llevar un diario de intuiciones y decisiones puede ayudarnos a identificar patrones y mejorar nuestra capacidad intuitiva.
5. Fomentar espacios de confianza: Crear un entorno seguro donde todos se sientan cómodos compartiendo sus intuiciones enriquecerá el proceso de mediación.
Así que, la próxima vez que sientas esa corazonada, no la ignores. Escúchala y déjala guiarte. Después de todo, nuestra intuición puede ser una de nuestras mejores aliadas en el camino hacia una mediación exitosa.
La intuición es una herramienta que utilizamos en el día a día de manera inconsciente, ya que escuchamos a nuestro cuerpo, sensaciones y sentimientos que guían nuestras decisiones. Es importante tener un buen autoconocimiento para saber cuáles son aquellas cosas que nos mueven y para interpretar de manera adecuada aquellas pistas que nos da la intuición. Debemos conocer nuestro cuerpo para saber aquellas sensaciones que nos indican que estamos tomando una decisión correcta o en las que deberíamos pararnos a reflexionar.
Otro aspecto que creo que es importante es la confianza y la autoestima, de esta forma independientemente de las decisiones y consecuencias, siempre hay que estar seguros y decididos con la decisión que tomamos, de la misma manera, si las consecuencias no son las que esperábamos, será un aprendizaje positivo para nosotros y una oportunidad de crecimiento.
Estoy de acuerdo con que es importante tener una base de conocimiento que ayude a respaldar nuestras decisiones y analizar más profundamente cualquier escenario.
En conclusión, considero que la intuición es una primera llamada que nos guía hacia una dirección y el conocimiento/ técnica permite refinar esta dirección. Ambas son importantes para poder desarrollar un buen ejercicio profesional en cualquier ámbito.
Para poder mejorar el sexto sentido podemos llevar a cabo las siguientes técnicas:
-Prestar atención al mínimo detalle: mediante esto podemos ver las pequeñas diferencias de las cosas o personas que nos rodean pudiendo llegar a prever lo que va a ocurrir.
-Escucha activa: al prestarle una total atención a la persona con la que estás hablando puedes llegar a captar pequeños detalles casi indetectables que nos puede indicar que es lo que realmente esa persona piensa o siente.
-Desconectar de las tecnologías: esto nos permite dejar todo a un lado y centrarnos en nosotros y en nuestros pensamientos o instituciones, cosa que muchas veces con las tecnologías no las tenemos en cuenta, ya que para cualquier cosa vamos a usar las tecnologías en lugar de usar nuestro sexto sentido.
A mi parecer, existen un conjunto de claves, las cuales arrojan una gran importancia a la hora de desarrollar este "sexto sentido":
En primer lugar, la conexión con uno mismo, pues la meditación, la preocupación por las emociones; e incluso el llevar un diario de sueños, son relevantes si uno quiere mejorar en cuanto a "la intuición".
En segundo lugar, la conexión con el entorno también es importante, debido a que el simple hecho de observar lo que sucede alrededor contribuye positivamente a "la intuición".
En tercer lugar, la confianza en uno mismo, aceptando, de esta manera, la incertidumbre; celebrando los aciertos y aprendiendo de los errores.
En cuarto y último lugar, el desarrollo de las habilidades cognitivas; siendo creativo, curioso y combinando "la intuición" con el análisis.
Desde mi punto de vista, como estudiante, considero que el "sexto sentido" o la intuición se basa en gran medida en nuestra habilidad para interpretar señales sutiles y patrones. Estas no siempre son tan obvias a simple vista, pero nuestra mente las reconoce considerando experiencias pasadas,tanto las propias como las transmitidas por generaciones anteriores. A lo largo de la asignatura, me he percatado de cómo esta intuición nos auxilia en la anticipación de reacciones o emociones en las partes involucradas, incluso si las palabras aún no las transmiten explícitamente. Para cultivar esa intuición de forma efectiva, es beneficioso capacitarnos no solo en técnicas formales de gestión de disputas, sino también en la autoconfianza y la identificación de señales emocionales y no verbales. Este proceso puede dar inicio con los pasos que mencionas: experimentar y explorar la intuición en situaciones cotidianas, evaluarla y complementarla con el conocimiento técnico de cada disciplina. Además, se nos recuerda que la intuición no es una habilidad aislada ni mágica, sino que es una mezcla de conocimiento de uno mismo y vivencias conscientes, potenciadas por nuestras interacciones sociales y laborales. En conclusión, la intuición es algo que nos permite conectar con nuestra "sensibilidad humana" en cada elección, haciéndola más empática y efectiva.
La intuición, ese "sexto sentido" que muchas veces pasa desapercibido, es especialmente valiosa en una sesión de mediación. En un proceso donde las emociones, las tensiones y los intereses juegan un papel súper importante, la capacidad del mediador para captar señales sutiles para mí, es lo que hace que algunos destaquen por encima de otros. No siempre es evidente lo que cada parte realmente quiere o necesita, y es ahí donde la intuición permite al mediador leer entre líneas, detectar cambios en el tono, el lenguaje corporal o pequeñas señales que indican resistencias o apertura al diálogo. Considero que para mejorar este sexto sentido, hay que trabajar este sexto sentido y mejorarlo es importantísimo saber escuchar realmente a las partes, tratar de ver la profundidad en aquello que nos cuentan y estar atentos a los detalles. Cuando se consigue tener esta percepción interna ayuda a guiar la conversación en la dirección adecuada, generando preguntas o intervenciones precisas que fomentan el entendimiento y la colaboración. Al combinar esta habilidad con las técnicas que hemos visto en clase de mediación, el mediador puede facilitar acuerdos más sólidos y satisfactorios para ambas partes, logrando que el proceso fluya con mayor naturalidad y efectividad.
El concepto del sexto sentido, me parece de lo más interesante y creo que pasa mucho despercibido en temas teóricos.
Me resulta de gran importancia aprender a reconocer la la diferencia entre intuición auténtica y sesgos o prejuicios que podrían distorsionar nuestro juicio.
Creo que el sexto sentido está muy relacionado con la empatía, puesto que me parece que al trabajar nuestra sensibilidad y percepción sobre el entorno, también trabajamos la intuición.
Por otra parte, otra de las prácticas que piens que puede ser interesante es el trabajo consciente o también llamado Mindfullnes. El estar presente es una de los esfuerzos más grandes a día de hoy, suponiendo que cada vez estamos más alejados del presente. Con la meditación o mindfullnes se podría reducir ese ruido mental constante con el que lidiamos sin darnos cuenta, escuchando más, así a nuestra voz interna más genuina.
Aparte de los difernetes procesos mentales, también resulta muy poderoso escuchar nuetsro propio cuerpo, como este reacciona ante diferentes estímulos, si se tensa o se relaja, aprender a escuchar estas señales también resulta muy poderoso.
Como conclusión, creo que la intuición es muy poderosa, sin embargo es importante conocer como funciona la propia, a través de la autoconciencia y sin olvidarnos de trabajarla.
Como muy bien has definido en este blog, podemos considerar la intuición como ese “sexto sentido” que todos alguna vez hemos vivido, un sensación interna que en muchas ocasiones se apodera de nuestros pensamientos y opiniones.
Para guiarnos a través de la intuición a parte de confiar en nosotros mismos, debemos confiar en esa primera impresión que vivimos, siempre tratando de dejar prejuicios atrás y que estos no influyan en nuestra intuición. Pero en las situaciones que no tenemos toda la información o consideramos que no tenemos la información necesaria, debemos guiarnos por ese primer pensamiento, esa sensación automática que hemos sentido ante la situación.
La intuición juega un enorme papel en la toma de decisiones, es ese "sexto sentido" que nos dice que hacer o que dirección tomar. No siempre nos basamos en datos cuantitativos u objetivos a la hora de resolver conflictos, también, tenemos en cuenta datos intangibles que nos dan información sobre lo que está pasando.
Cuando nos enfrentamos a un conflicto, ya sea en el ámbito personal o profesional, nuestras emociones y experiencias pasadas influyen en nuestras percepciones. La intuición nos permite acceder a este conocimiento de manera rápida y a menudo inconsciente, ayudándonos a identificar patrones y conexiones que podrían no ser evidentes de inmediato.
Además, la intuición nos ayuda a comprender el ambiente y a entender las dinámicas interpersonales. Por eso, los hechos no son lo único que importa; las emociones y las motivaciones de las personas involucradas son igualmente relevantes. La capacidad de percibir estas sutilezas puede marcar la diferencia entre resolver el problema de forma satisfactoria o de agravarlo más.
Tal y como dice este post, todos nacemos con ese "sexto sentido" pero hay quien lo tiene más desarrollado que otros. Por ello, además de prestar atención a los instintos y sentimientos, reflexionar sobre experiencias pasadas o confiar en tus instintos, debemos de tratar de comprender las perspectivas y emociones de los demás e interactuar con personas que contemplen distintas perspectivas para enriquecer la comprensión y agudizar la intuición al exponerte a nuevas ideas y experiencias.
En mi opinión la intuición, o "sexto sentido", es una herramienta poderosa en la mediación y en la negociación, ya que, nos permite tomar decisiones más acertadas y trascendentales, basadas en una combinación de conocimientos adquiridos y la sabiduría innata que llevamos en nuestros genes, todo esto desarrollado a través, también, de nuestras experiencias vitales. Por tanto, en esta reflexión y comentario del blog acerca de la intuición, se va a dividir en distintos apartados relacionando lo que dice el artículo y contestando al ejercicio mandado la vez, de forma que voy a desarrollar apartados importantes (en mi opinión) acerca de los ámbitos de la mediación y de la intuición y su complementariedad. Para ello es importante hablar primero de todo de cómo y cuáles son las claves para desarrollar la intuición (en mi opinión), para ello propondré unas ideas creativas para ello, ya que esta semana en el blog hemos dado la creatividad.
Claves para desarrollar el sexto sentido
Para empezar cabe decir que hay que empezar poco a poco, es decir, en situaciones profesionales, muchas veces es de utilidad el cerrar los ojos, respirar y sentir desde tu interior cuál es la opción más adecuada. En resumidas cuentas, deja que tu corazón y tus impulsos/emociones te guíen.
Seguidamente, otra clave para desarrollar tu intuición y es de las más importantes sería la de confiar en ti mismo. Esto es debido a que la autoconfianza es crucial en situaciones desafiantes. Por tanto, es fundamental en que confíes en que vas a hacer las cosas bien y para ello, deja las dudas de lado.
Otro paso para dar, el cual es muy importante, es el de probar tu habilidad en situaciones aleatorias, ya que, esto verifica tu habilidad para confiar en tu intuición. Un ejemplo, sería el intenta encontrar una ruta en una parte desconocida de la ciudad basándote solo en tus sentidos.
Por último y no menos importante, hay que combinar la intuición con técnica. Para ello una forma sencilla de practicar, sería participar y realizar juegos como el póker, dominó o ajedrez, ya que, estos, son excelentes para practicar la intuición combinada con técnica. Por tanto, terminando, con este apartado, se ha de decir que en la vida real, confía en tus decisiones, pero también deja que el razonamiento les dé una base sólida.
Seguidamente voy a desarrollar otro apartado que considero necesario para complementar lo que dice el articulo y responder a lo que se debe de hacer en este foro según se ha pedido. Para ello hablaré de:
La importancia de la intuición en la mediación
Primero de todo hay que nombrar su importancia en las decisiones rápidas y acertadas, ya que, la intuición nos ayuda a tomar decisiones rápidas y acertadas en situaciones de alta presión, donde el análisis racional puede ser lento o insuficiente.
Seguidamente conviene hablar de su importancia en cuanto ser refiere a la conexión emocional que se debe aplicar en la mediación, ya que, nos permite conectar emocionalmente con las partes involucradas, entendiendo sus verdaderas preocupaciones y motivaciones más allá de lo que expresan verbalmente.
Por último, decir que la intuición es sumamente clave en mediación para la detección de mentiras, ya que, la intuición puede ayudarnos a detectar incongruencias y mentiras, permitiéndonos abordar problemas subyacentes que podrían obstaculizar la mediación.
Para finalizar con el tercer y último apartado de mi comentario del blog, voy a decir que aplicación tiene la intuición en la mediación, concretamente en las técnicas y habilidades que se usan en la mediación, de las cuales hablamos en el anterior foro del blog. De tal forma que así complementaremos los dos blogs de mediación con todo el temario visto en estas tres últimas semanas, ya que voy a recopilar la información para aprender de forma conjunta, (de forma holística) lo visto hasta ahora en estas semanas en la asignatura, juntando en este mismo comentario, creatividad, habilidades y técnicas de mediación e intuición, explicándose todo esto por ende de forma teórica y práctica y en su redundancia también creativa.
Aplicación en la mediación
En cuanto al desarrollo de este apartado, primeramente, hay que decir, que la relación y complementariedad entre estas técnicas de mediación y la intuición es fundamental para lograr una mediación efectiva, debido a que la intuición actúa como una guía interna que ayuda al mediador a aplicar cada técnica en el momento adecuado, basándose en la percepción y el entendimiento profundo de la situación y las emociones de las partes involucradas. En resumen, la intuición complementa estas técnicas al proporcionar una comprensión más profunda y una aplicación más precisa, mejorando la efectividad de la mediación.
Por tanto, aquí dejo su relación y complementariedad con cada una de las técnicas y habilidades de la mediación que escogí personalmente en el anterior foro del blog.
1. Escucha activa: La intuición permite al mediador captar matices y emociones no expresadas verbalmente, mejorando la comprensión y empatía hacia las partes.
2. Gancho emocional: Utilizando la intuición, el mediador puede identificar los elementos emocionales que resonarán más con las partes, facilitando una conexión más profunda.
3. Romper la tensión: La intuición ayuda a detectar el momento preciso para aplicar técnicas que alivien la tensión, manteniendo un ambiente propicio para la mediación.
4. La pregunta: La intuición guía al mediador a formular preguntas que revelen información crucial y promuevan la reflexión en las partes.
5. Reencuadra/El re-encuadre: La intuición permite al mediador identificar oportunidades para cambiar la perspectiva de las partes, ayudándolas a ver la situación de manera más constructiva.
6. Caucus: La intuición ayuda a decidir cuándo es el momento adecuado para realizar reuniones privadas, permitiendo una discusión más abierta y sincera.
7. Responsabilizar a las partes: La intuición facilita el reconocimiento de momentos clave para asegurar que las partes asuman la responsabilidad de sus acciones.
8. El espejismo: La intuición permite al mediador identificar qué concesiones no cruciales pueden hacer las partes para sentir que han logrado un avance significativo.
9. Lluvia de ideas: La intuición ayuda a fomentar un ambiente creativo y abierto, donde las partes se sientan cómodas generando múltiples soluciones.
10. La persuasión racional: La intuición guía al mediador en la presentación de argumentos lógicos que resonarán más con las partes, aumentando la probabilidad de aceptación.
11. Entre la espada y la puerta: La intuición permite al mediador crear la ilusión de una salida viable del conflicto, motivando a las partes a seguir adelante.
12. El intercambio o regalo: La intuición ayuda a identificar qué ofertas serán más valoradas por las partes, facilitando la negociación y el acuerdo.
A modo de conclusión y cierre de este comentario de blog, se ha de decir que confiar en nuestra intuición y desarrollarla nos permite acceder a un poder ilimitado que puede mejorar significativamente nuestras habilidades en la mediación y en la negociación.
Estas herramientas a menudo son esenciales, ya que permiten al mediador captar matices más profundos y no siempre evidentes.
Identificación de emociones que no han sido verbalizadas, evaluar cual es la dinámica del poder y la confianza entre las dos partes. También podemos utilizarla para anticiparnos a posibles escenarios de conflictos, así como a que tenemos no entrar (semáforo).
Así podemos enriquecer la practica de la mediación al agregar profundidad, empatía y sensibilidad a las técnicas tradicionales.
Me parece muy interesante la idea de la intuición o mejor llamado sexto sentido y cómo esto puede ayudarnos en situaciones de mediación, debido a que normalmente pues solemos aplicarlos em ámbitos no profesionales. Creo que es cierto que, a veces, sentimos cosas sin razón aparente, pero luego comprobamos que teníamos razón; esa corazonada puede ser muy útil en nuestro trabajo.
Además, me gustó la parte sobre confiar en nosotros mismos. Muchas veces, durante la mediación, estamos tan concentrados en los métodos y técnicas, que dejamos a un lado lo que nuestra intuición nos dice.
Me quedé pensando en cómo podríamos aprovechar esto en la práctica, quizás tomar un momento para leer el ambiente al empezar una mediación, respirar y conectar con lo que sentimos de los participantes y del conflicto en sí que nos comentan.
Esta publicación sobre el sexto sentido y la intuición como herramienta personal y profesional es bastante impresionante, sobretodo la forma en la que vinculas el instinto con la toma de decisiones estratégicas en mediación o negociación.
Se me ocurren algunas ideas adicionales como:
1. "Distanciamiento emocional": aunque seamos empíricos, me parece importante no absorber todas las emociones o expectativas de las personas que estén involucradas, ya que un estado más equilibrado nos permite escuchar nuestra intuición sin dejar que las emociones nos distorsionen el mensaje.
2. Se puede desarrollar un diario de intuición: en el que registremos los momentos en los que la intuición nos ha resultado acertada y haya sido un recurso muy útil. Muy importante también porque nos puede ayudar registrar las características físicas o mentales que tuvimos en el momento de la intuición y que nos sirva como recordatorio y aprendizaje.
3. Observar los detalles "no verbales": la intuición se nutre mucho de lo que no se dice, es decir, de los pequeños detalles en la comunicación no verbal. Si entrenamos nuestra capacidad de observación de estos detalles, podremos llegar a captar las señales en el lenguaje corporal, expresiones faciales, el tono de voz o las pausas o silencios en la conversación.
Es decir, la intuición es innata, sin embargo hay prácticas a través de las cuales podemos aprender a aprovechar este "sexto sentido" para convertirlo en un recurso enriquecedor y confiable. Especialmente cuando se precisa de una respuesta rápida y fundamentada en la intuición dentro de la mediación, puede hacer una gran diferencia.
La intuición nos guía hacia decisiones acertadas, incluso cuando los datos parecen ser ambiguos. Es una capacidad innata que se nutre de nuestra experiencia, conocimiento y emociones, permitiéndonos tomar decisiones rápidas y efectivas. En un mundo en constante cambio, la intuición nos permite responder rápidamente a nuevas situaciones y adaptar nuestras estrategias sobre la marcha. Muchos problemas estratégicos son demasiado complejos para ser analizados de forma exhaustiva así que la intuición nos ayuda a sintetizar grandes cantidades de información y a identificar patrones que podrían pasar desapercibidos en un principio.
Para poder pontenciar la intuición y que así sea una herramienta útil durante el proceso de mediación, sería conveniente: 1. Conocer y gestionar nuestras propias emociones nos ayudaría a poder tener un mejor nivel de empatía y saber interpretar correctamente las emociones y reacciones de los otros; 2. Reflexionar sobre experiencias de mediación previas puede ayudar a identificar patrones y reacciones que hayan ocurrido con anterioridad para que así podamos utilizar la información en el caso actual; 3. Practicar la escucha activa, tomando conciencia de lo que se dice y cómo se dice (lenguaje corporal, tonos, pausas, silencios, etc.); 4. Evitar prejuicios y sesgos, ya que así se mantiene la mente abierta, sin ideas preconcebidas, permitiendo que la intuición opere sin limitaciones.
La intuición, al igual que en el día a día, también surge en contextos laborales. Es una capacidad que permite adelantarnos a posibles conflictos, saber detectar el impacto emocional que un tema puede tener en una persona, al igual que nos permite conocer intereses ocultos en las personas. Estas tres cosas pueden ser de gran utilidad en la mediación, por tanto, es una capacidad muy importante para desarrollar y emplear durante las mediaciones.
Me gustaría añadir que cultivar el sexto sentido en mediación es más que confiar en la intuición, es aprender a leer y comprender las señales no verbales y emocionales que pueden influir en las decisiones y actitudes de las partes. Desarrollar esta habilidad permite anticipar posibles conflictos o reacciones, y actuar en consecuencia. La intuición, entonces, no solo es un recurso que surge de nuestra experiencia y evolución, sino que se nutre de la observación y la empatía profunda hacia el otro.
Al combinar la intuición con técnicas específicas, como la escucha activa y la lectura de lenguaje corporal, el mediador puede tener una visión más completa de la situación y responder de forma más efectiva y humana. Así, confiar en nuestro sexto sentido implica no solo escuchar nuestro interior, sino también interpretar y entender mejor a los demás para facilitar soluciones pacíficas y constructivas.
Tras la lectura de este artículo del blog me cuesta encontrar otros aspectos o claves que puedan definir el sexto sentido ya que las cuatro citadas concuerdan muy bien con mis ideas acerca de este. Añadiendo otra clave, podría mencionarse la percepción de patrones que son similares en los mediados. Cuando detectamos un patrón en algún mediado y conocemos el significado de este, podemos trasladarlo al de otro mediado. Otra clave a mi parecer muy importante a mi parecer para el desarrollo del sexto sentido sería la flexibilidad y la adaptación. Esto se debe a que el sexto sentido se debe en parte a la capacidad de responder de forma espontánea y flexible a situaciones inesperadas. Además, es importante la capacidad de adaptación para moldearte a nuevas informaciones sin aferrarte a tu enfoque inicial.
Estas serían mis tres claves para complementar las expuestas anteriormente:
1. Escucha activa, en muchas ocasiones es necesario escuchar a la otra persona y por ello debemos escuchar a nuestra voz interior cuando nos diga que no hablemos y que dejemos hablar a la persona. En ocasiones esto ayuda a que la persona se dé respuesta a ella misma.
2. Patrones, a medida que ganamos experiencia vamos notando que ciertos patrones se repiten entre los que acuden a nosotros. Es esencial notarlos y anticiparnos a los que nos van a solicitar.
3. Crear un espacio seguro, en ocasiones la inspiración y la intuición ocurren cuando nos sentimos tranquilos y tenemos todo bajo control. Por ello, debemos contribuir a generar un buen ambiente de trabajo.
La intuición en la mediación es una herramienta poderosa y a menudo subestimada. En un entorno donde las emociones son intensas y las dinámicas interpersonales pueden ser complicadas, confiar en ese “sexto sentido” puede hacer una diferencia significativa. La intuición permite a los mediadores captar matices que pueden no ser evidentes en la superficie. Muchas veces, lo que realmente se necesita no se expresa verbalmente; está en el lenguaje corporal, en el tono de voz, o incluso en silencios que hablan más que las palabras.
Cuando un mediador escucha con atención y se sintoniza con la energía de la sala, puede anticipar tensiones o preocupaciones que las partes pueden no estar dispuestas a verbalizar. Esta habilidad para leer el ambiente permite intervenciones más precisas, creando un espacio seguro para que las partes se expresen de manera auténtica.
Además, la intuición fomenta la empatía, un componente crucial en la mediación. Al confiar en su instinto, un mediador puede conectar más profundamente con las emociones de las partes, lo que facilita una comprensión más rica de sus perspectivas. Esta conexión no solo ayuda a construir confianza, sino que también puede ser el catalizador que permite a las partes ver más allá de sus diferencias.
El papel de la intuición también se manifiesta en la toma de decisiones. En momentos críticos, cuando el tiempo es limitado y la tensión es alta, un mediador intuitivo puede hacer elecciones que parecen impulsivas, pero que están profundamente arraigadas en una comprensión más amplia de la situación. Esta capacidad de actuar con confianza, basada en la intuición, puede ser vital para mantener el flujo del proceso de mediación.
Sin embargo, es esencial recordar que la intuición no debe estar aislada de la razón. La mejor práctica en mediación combina la intuición con el análisis racional. Esta sinergia permite que el mediador no solo confíe en sus instintos, sino que también respalde esas decisiones con una comprensión clara de los contextos y las estrategias de mediación.
En última instancia, la intuición en la mediación no es solo un recurso personal, sino una habilidad que se puede cultivar y perfeccionar con la experiencia. A medida que un mediador se convierte en más consciente de sus propias reacciones intuitivas y las integra en su práctica, no solo mejora su efectividad, sino que también enriquece el proceso de mediación en su conjunto. La intuición, por tanto, se convierte en un aliado indispensable en la búsqueda de soluciones significativas y duraderas en el ámbito de los conflictos.
La intuición es un gran instrumento, que cuando no la aporta la experiencia, la aporta el sentido común propio.
En profesiones tan personales como sucede con la mediación, resulta esencial, facilitando el proceso. Sin embargo, no debe caerse en el error de que la intuición se convierta en nuestro juicio profesional.
Si no que, nos sirva de medidor, identificador y dirección y de abanico que desglosa diferentes posibilidades, que pueden darse, o no. La intuición no es determinante ni absoluta, únicamente como comentaba, debería ser ese abanico de posibilidades que pueden darse, o no.
Para ejercitarla, buscaría una especie de álbum o diario, donde poder agrupar la experiencia, buscando hilar o buscar patrones para identificar los puntos en común de los diferentes casos.
A su vez, la intuición, como bien dice la palabra, es muy intuitiva, muy natural e innata, por lo que apostaría a seguir esa voz interna que busca predecir y ahorrarnos tiempo. Pues, aunque conscientemente no creamos que tenemos intuición o un sexto sentido, de forma inconsciente estamos muy entrenados y acostumbrados a hacerlo.
Y con ello, uno con la primera idea, cuando la intuición no la proporciona la experiencia, la proporciona el sentido común propio.
El sexto sentido en mediación es clave, y además de lo técnico, creo que hay formas de conectar más con esa intuición que todos tenemos. Para empezar, observar bien cada gesto o reacción , los microgestos, esos movimientos que pasan desapercibidos, nos pueden dar muchas pistas sobre lo que realmente siente la otra persona.
Luego, escuchar de verdad no solo lo que dicen, sino cómo lo dicen y hasta los silencios, nos ayuda a entender mejor a los mediados. Es como ir más allá de las palabras y captar lo que realmente está pasando.
También pienso que el autoconocimiento es esencial. A veces creemos que estamos siguiendo nuestra intuición, pero en realidad son nuestras propias inseguridades o miedos los que hablan. Conocernos bien nos ayuda a saber cuándo la intuición es real y cuándo no.
Estar presente en el momento es otra herramienta útil. Practicar mindfulness, aunque suene a tópico, ayuda a estar en el aquí y ahora, y eso nos permite captar mejor las señales sutiles en la mediación. Algo que me ha servido también es hacer una especie de registro mental de cuándo he seguido mi intuición y qué tan bien salió; así, con el tiempo, es más fácil confiar en ese sexto sentido
Considero que el concepto de intuición (o sexto sentido) ha quedado muy bien explicado en la lectura inicial del blog. Resulta fundamental contar con un buen autoconocimiento para poder interpretar correctamente las señales que nos ofrece nuestra intuición. Para ello, también es muy importante la confianza en uno mismo y la autoestima, pues debemos ser firmes en nuestras decisiones, aunque no sepamos con certeza las consecuencias que pueden acarrear. No obstante, como ya se menciona en la lectura, la intuición no excluye la posesión de cierta base de conocimientos. Por tanto, la intuición será muy útil siempre que cuente con otros aspectos que puedan respaldarla.
Cuando nos enfrentamos a un caso en mediación, debemos tener en cuenta que cada uno es único en características y en dificultad. Aunque la experiencia es importante para guiarnos en ciertas ocasiones, no siempre es suficiente. En esos momentos, la intuición o “sexto sentido” puede ser herramienta de gran utilidad. Ser tú mismo tratando de enfatizar las habilidades que en ti destaquen.
La atención a los detalles verbales y corporales que manifiestan los mediados, y los nuestros propios. Porque a través de nuestro cuerpo también podemos presentir si estamos tomando un buen camino en el proceso o si la pregunta que vamos a hacer a continuación es acertada.
Para ello, empatizar con los mediados es fundamental, porque si somos capaces de ponernos en los zapatos del otro, seguiremos siempre la vía con mejor desenlace para todos.
Lucrecia Phillipps Guardia
Considero que la intuición esta muy ligada con tomar riesgo, ya que entre más experimentas y mas te pones a prueba a ti mismo, empezaras a ver tus resultado y de ahí nacerá tu autoconfianza en ti mismo, y de igual manera y conectado con lo anterior, es crucial trabajar el autoestima, reconocer se a uno mismo los méritos, para poder considerarse lo suficientemente bueno como para básenos en nuestra intuición.
Nicolás Durán López.
Como ya se ha comentado la intuición es un factor a tener en cuenta en la toma de decisiones, esta intuición puede ser cada vez mejor gracias a las vivencias y experiencias adquiridas. Es importante confiar en la intuición propia, ya que, en ocasiones no se le da el valor que tiene, aunque puede salvarnos de muchas situaciones complejas.
En un proceso de mediación es inevitable que el mediador intuya características personales de los clientes, eso no es para nada malo, el profesional puede confiar en su intuición y crear un perfil en su mente de cada parte. Esto ayudará a adaptar la mediación a cada persona y tener un rango de flexibilidad mayor. La intuición no es algo matemático, en ocasiones puede fallar, por este motivo hay que ser cuidadosos a la hora de actuar en base a la intuición.
Para mejorar nuestra intuición y desarrollar ese “sexto sentido” que a veces sentimos pero no sabemos cómo usar, hay algunas cosas que podemos hacer en nuestro día a día.
Primero, la meditación y el mindfulness son geniales para ayudarnos a desconectar del ruido mental. Nos permiten estar más presentes y, en ese estado, las señales de nuestra intuición son mucho más claras. Es como darle un descanso a nuestra mente para que pueda “escuchar” mejor.
Otra práctica súper útil son los ejercicios de visualización. Antes de una situación importante, podemos imaginar diferentes escenarios y ver cómo nos hace sentir cada uno. Al practicar esto, nuestra mente se va entrenando para reconocer esos “sentimientos” cuando las cosas se den en la vida real.
Además, es una gran idea escuchar nuestras corazonadas y llevar un pequeño registro de ellas. Si anotamos las veces en que sentimos algo fuerte y luego vemos cómo resultaron, empezaremos a reconocer cómo se siente cuando es una intuición real.
También, desarrollar la empatía es clave. Practicar la empatía nos ayuda a entender mejor a los demás, y esto hace que nuestra intuición sea más precisa en situaciones sociales. Al ponernos en el lugar de otros, captamos más señales sutiles de lo que está pasando.
Algo que muchas veces se subestima es el poder de pasar tiempo en la naturaleza. Cuando estamos al aire libre, sin distracciones, nos relajamos y abrimos nuestros sentidos. Esto ayuda a reconectar con nuestra intuición de una forma súper natural.
Otra cosa que funciona es practicar la toma de decisiones intuitiva en cosas pequeñas. Por ejemplo, decidir qué camino tomar o si queremos hacer algo solo porque nos “late”. Es como un entrenamiento, y con el tiempo, estas decisiones intuitivas se vuelven más seguras.
Por último, es muy importante la autoevaluación emocional. Si aprendemos a identificar nuestras emociones, será más fácil que estas no interfieran con nuestra intuición. Así sabremos diferenciar entre una reacción emocional y una intuición real.
Con estas prácticas, podemos conectar más con esa parte de nosotros mismos que muchas veces ignoramos, y darle a nuestra intuición el espacio que merece en nuestras decisiones.
A veces, la intuición necesita ejercitarse en decisiones cotidianas para luego aplicarla en temas mayores. En situaciones pequeñas, como qué libro leer, qué ruta tomar o qué actividad dedicar tiempo, permite que tu intuición te guía sin interferencias racionales. Así, podemos entrenar la capacidad para escuchar ese impulso y aumentar la autoconfianza.
También, la practica de ejercicios de reflexión personal o diario sobre valores, metas y de propósitos son importantes. Cuando sabemos hacia dónde queremos ir y qué nos definen, la intuición opera como una brújula que nos recuerda el camino cuando tenemos dudas.
Al incorporar estos pasos, poco a poco, se podrá lograr una mayor autoconfianza en las decisiones que tomamos intuitivamente, respaldándolas con la experiencia y el análisis reflexivo.
La intuición en la mediación puede jugar un papel fundamental en la toma de decisiones estratégicas, ya que nos pueden ayudar a captar pequeños puntos o matices y así poder profundizar en las dinámicas entre ambas partes. Aunque la intuición o sexto sentido es un término bastante abstracto no es un simple impulso, sino es el resultado de leer entre líneas y reaccionar ante las señales que pasan desapercibidas.
- La intuición tiene la capacidad de poder conectar con las emociones y las necesidades que no son expresadas por las partes. Ya hemos visto que las sesiones de mediación varían en función de las partes, los intereses y las necesidades de los mediados. Un mediador puede percibir a través de la intuición si lo que se esta diciendo lo siente realmente o es controlado por las emociones en ese momento. Esto permite que se pueda hacer ajustes durante la sesión ofreciendo por ejemplo una pausa.
- Ya hemos visto que la mediación no siempre se utiliza una estrategia que garantice el éxito. Al evaluar las señales sutiles, el mediador puede intuir el momento adecuado para proponer soluciones, indagar en temas que pueden ser sensibles para las partes o inclusive utilizar el silencio como una herramienta eficaz.
- La escucha activa es una de las herramientas fundamentales en la mediación y esta junto a la intuición pueden ser un arma potente. Un mediador que utiliza la intuición puede percibir la carga emocional de las palabras, lo que permite captar tato el lenguaje verbal como el no verbal de las partes. En este sentido permite al mediador ofrecer diferentes respuestas mas allá de la superficie favoreciendo una comunicación.
En definitiva, La intuición permite al mediador adaptarse de manera dinámica, respondiendo a las situaciones con sensibilidad y flexibilidad, lo que puede favorecer a la resolución del conflicto de manera exitosa. El sexto sentido se convierte así en un recurso estratégico, facilitando una mediación más humana, empática y efectiva.
Es importante prestar atención a pequeños gestos, expresiones que puedan pasar desapercibido en un principio, cambios de postura, y usarlos para comprender aquellos que no se expresan con palabras. La observación de los pequeños detalles puede delatar cierta incomodidad de las partes o tensiones, dando la oportunidad de actuar a tiempo.
También veo importante, hacer reflexión sobre la sesión una vez acabada y hacer caso en ocasiones a la intuición, reflexionar sobre si hubo señales que captaste antes de que fueran evidentes, cómo llevar a cabo la sesión siguiente... Esto ayudará a agilizar las próximas sesiones, siendo capaz de captar cosas sutiles que finalmente resulten importantes para las partes.
Nuestras propias emociones también pueden nublar la intuición. Considero que es importante ser neutral emocionalmente y analizar fríamente el contexto, sin dejarte guiar por las propias emociones. Esto, al igual que la anterior puede ayudarte a captar matices en el conflicto de forma más fría y objetiva y así que las decisiones que tomas en base a la intuición sean más efectivas.
La intuición en el contexto de la mediación, creo que puede ser muy valiosa para aspectos como reconocer emociones no verbalizadas e intereses ocultos, identificar señales de resistencia, así como para manejar y anticipar reacciones.
Por ello la idea de confiar en tu primera impresión es realmente interesante. A menudo, nuestras primeras sensaciones pueden ofrecer pistas importantes sobre una situación o persona. Es como si tu intuición estuviera tratando de decirte algo. Así que, tomarte un momento para reflexionar sobre esas "vibras" iniciales puede ser muy útil.
A veces, lo que sentimos al principio puede ser más revelador de lo que pensamos. ¡Es una buena práctica prestar atención a esas sensaciones! . Por ello para desarrollar nuestro sexto sentido en la mediación, debemos empezar con prácticas que fortalezcan nuestra autoconfianza y conexión interna.
Hablar de intuición es referirnos a una característica innata del ser humano, sin perjuicio de que su efectividad y precisión podrán mejorar significativamente a través del aprendizaje y la experiencia. En otras palabras, es la capacidad de ir más allá y ver algo que el resto no puede. En todo caso, deberá existir un equilibrio entre la intuición y esta experiencia que nos permitirá reflexionar sobre qué pálpitos se revelaron ciertos o falsos, permitiendo calibrar la intuición para futuras situaciones.
La intuición será de gran utilidad en la toma de decisiones y en la resolución de problemas de nuestro día a día. No se debe considerar como un proceso arbitrario, sino como un proceso cognitivo respaldado por la ciencia, que está intrínsecamente vinculado a nuestra capacidad de asimilar información y a las experiencias previas que hemos vivido.
Mediante la intuición, nuestro cerebro procesa datos de forma eficiente y nos permite enfrentarnos a situaciones complejas con la suficiente rapidez y agilidad, siendo uno de sus objetivos simplificar los problemas.
Las personas intuitivas suelen ser muy buenas observadoras y prestan atención a todos los detalles del entorno. Ésto les permite ser más empáticas y conectarse fácilmente con las emociones de los demás y con las suyas propias. Por otro lado, suelen mostrar una gran flexibilidad cognitiva al adaptarse a las situaciones novedosas o cambiantes.
Estas aptitudes serán de gran utilidad para el mediador en caso de que las presente, pues le ayudarán a entender si las partes deben ceder, retroceder o proceder, detectando también a qué soluciones están dispuestas a llegar. Es cierto que con el paso del tiempo se irá desarrollando esta habilidad, pues los errores servirán para aprender y mejorar, de manera que acaben permitiendo al mediador reconocer patrones o comportamientos parecidos en clientes o partes de un conflicto. Así, podrá saber cómo actuar, de una manera que previamente ya haya sido efectiva. Ningún proceso es idéntico a otro, por lo que el mediador valorará si las estrategias son válidas según la situación.
Por último, cabe destacar que la intuición se puede fortalecer mediante una serie de estrategias:
- Practicar la meditación para facilitar la conexión con el entorno y con uno mismo y, de esta manera, poder desarrollar nuestra intuición. Si se logra calmar la mente y “cerrar los ojos y tomar una pausa para respirar”, se podrán detectar realidades con mayor claridad.
- Dedicar tiempo a escuchar nuestras emociones y no ignorarlas, ya que pueden dirigirnos hacia el camino que debemos tomar. En ocasiones, es útil mantener un criterio para sopesar las decisiones, ya que la intuición no es infalible y, a veces, puede estar teñida por prejuicios inconscientes. Por tanto, podría afirmarse que es importante combinarla con un análisis racional, especialmente si son decisiones sobre asuntos más trascendentales.
- Estimular la creatividad, pues está íntimamente ligada con la intuición y permite ver lo que no todos ven, pensar lo que nadie más ha pensado y hacer lo que nadie se ha atrevido a hacer. Para ello, deberá existir un conocimiento previo que pueda respaldarlo, pues la experiencia se adquiere mediante situaciones reales, leyes y principios empíricos.
- Mejorar la confianza y la seguridad en uno mismo, ya que sin ellas será complicado confiar en la propia intuición. En numerosas ocasiones, las primeras impresiones pueden ser de gran valor y se les deberá dar la consideración que merecen.
En definitiva, como resumen, para intentar ser mejor orientador y mejorar la relación con los clientes “déjate guiar por ti mismo y deja las dudas de lado”.
Laura Jurado Blanca
Es importante destacar que la intuición debe complementar, no reemplazar, el conocimiento técnico y la experiencia, aún así, la intuición podría ayudarnos en:
1. Lectura del ambiente emocional: permite captar tensiones no verbalizadas, además de ayudar a anticipar reacciones de las partes.
2. Adaptabilidad en tiempo real: facilita ajustes rápidos en la estrategia, además de que permite responder a cambios sutiles en la dinámica.
3. Identificación de intereses subyacentes: ayuda a descubrir motivaciones no expresadas, además de que permute profundizar en las verdaderas necesidades de las partes.
4. Ritmo de la mediación: indica cuando avanzar o hacer pausas.
5. Detección de oportunidades de acuerdo: permite identificar puntos de convergencia no evidentes, además de ayudar a reconocer el momento perfecto para cerrar acuerdos.
6. Manejo de crisis y bloqueos: guía en la gestión de momentos de alta tensión, además de sugerir formas creativas de superar estancamientos.
Al leer sobre la intuición como un “sexto sentido”, me hizo reflexionar sobre cuánto confiamos realmente en nuestra voz interna al tomar decisiones importantes. Aunque es algo que todos poseemos, me doy cuenta de que muchas veces subestimamos este recurso o lo dejamos de lado por querer basarnos solo en datos racionales. Escuchar esas pequeñas señales internas, junto con lo que sabemos, podría darnos un enfoque más humano y completo. Siento que aprovechar esta percepción no es ir en contra de la lógica, sino que puede ser un complemento perfecto para decisiones más acertadas.
Creo que a lo largo de nuestra vida hemos tenido muchas situaciones en las que hemos notado que algo estaba fuera de lugar, que lo que estaba sucediendo no lo acabábamos de comprender o simplemente no nos gustaba sin saber por qué o estábamos excesivamente tranquilos.
A esto le llamamos intuición, es esa pequeña vibración en tu interior cuando presientes que algo está a punto de ocurrir y en muchas ocasiones no le prestamos atención o no la suficiente.
Desde mi punto de vista, para mejorarla el primer paso que deberíamos llevar a cabo es prestar atención nuestro cuerpo. Muchas veces nada más conocer a alguien, nos entra ansiedad, o cuando nos están contando algo y no acabamos de confiar en ellos nuestro cuerpo nos lo indica, en estas situaciones ya sea por un nudo en el estómago o la sensación de tranquilidad nuestro sexto sentido está actuando.
Deberíamos también cultivar el autoconocimiento y la autoconfianza, nuestra intuición se debilita cuando dudamos de nosotros mismos es por esto que deberíamos trabajar primariamente esta cualidad.
Además es importante preguntarnos a nosotros mismos con toda sinceridad y conociendo cómo reaccionamos normalmente, cómo va a afectarnos la situación y por qué creemos estar sintiendo esas emociones.
Unido a esta última cuestión está el conocimiento del funcionamiento social humano y de las costumbres de nuestro entorno y de las personas con las que nos encontramos, no se trata de prejuzgar a la gente por aquellas personas que las rodean, pero sí se debería estar más atento en aquellas situaciones en las que por experiencia sabemos que las cosas no suelen salir como esperamos.
La intuición es un sentido que como bien se explica todos tenemos, pero es muy importante trabajarla, ya que igual que la creatividad, si no la ponemos en práctica no será útil, desperdiciando gran parte de las capacidades que tenemos para enfrentarnos a diferentes situaciones.
Es por ello que, además de todos los consejos expuestos anteriormente, sería adecuado rodearnos de personas con gran capacidad de intuición, ayudándonos a reflexionar y a ser conscientes de que podemos “llegar a saber” lo que va a ocurrir. Para ello es muy importante tener una gran escucha activa y visual, percibiendo todos los estímulos y eventos dados para llegar a una rápida reflexionar y así pensar qué puede ocurrir y cómo es la mejor forma de abordarlo.
Por estas razones, rodearnos de personas con dichas características y trabajarlas continuamente no sólo nos ayudará en nuestra vida profesional, sino que nos “salvará” en más de un acontecimiento de eventos cotidianos.
Ana García Breva
1. Escucha activa: así podremos prestar atención no solo a las palabras, sino también al lenguaje corporal y las emociones de los demás puede hacernos ver las cosas de forma más clara y ayudarnos a intuir y agudizar más nuestra percepción y puede que nos ayude a captar señales que podrían no ser evidentes a primera vista.
2. Reflexión: Dedicar tiempo a reflexionar sobre las decisiones pasadas y cómo nos sentimos al tomarlas. Esto puede ayudarnos a saber en qué momentos nuestra intuición ha sido acertada y cuando no.
3. Visualización: Antes de una mediación o negociación, intentar visualizar el proceso y los posibles resultados. Quizás esto nos ayude a sentirnos más seguros y confiados, dejándonos llevar por nuestro instinto en una situación real.
4. Feedback de otros: Busca la opinión de colegas o otros profesionales sobre tus decisiones. A veces, tener una segunda opinión puede hacernos ver aspectos que no se habían considerado, lo que puede fortalecer nuestra intuición en futuras situaciones.
5. Aceptar la incertidumbre: Aprender a convivir sabiendo que no lo sabes todo y que es probable que te falte información antes de tomar una decisión puede facilitar el uso del sexto sentido, permitiéndonos tomar decisiones más fluidas y menos rígidas.
Desarrollar del sexto sentido requiere tiempo, paciencia y práctica. Se trata de algo individualizado a cada uno y que cada persona ha de seguir las pautas que mejor se ajusten a su personalidad.
Sara Martín Huguet
1.Escucha activa: La intuición se fortalece cuando somos realmente capaces de escuchar no solo las palabras, sino también los matices emocionales y el lenguaje corporal de la otra parte. En mediación, captar estos detalles sutiles permite entender mejor las necesidades no expresadas de cada parte.
2. Mindfulness: La meditación y el mindfulness son herramientas que ayudan a agudizar la conciencia de uno mismo, lo cual refuerza nuestra intuición. Cuando practicamos la atención plena, aprendemos a observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, lo que puede darnos una claridad adicional en decisiones complejas o ambiguas.
3.Anotar y reflexionar sobre decisiones pasadas en las que sentimos haber seguido o ignorado nuestra intuición puede ser muy útil. Esto permite identificar patrones y situaciones en las que nuestra intuición fue certera o errónea, y así podemos refinar la manera en que usamos esta habilidad en el futuro.
4. Algo que considero interesente sería entender los sesgos cognitivosSesgos Cognitivos. Muchas veces confundimos intuición con patrones sesgados de pensamiento, como el sesgo de confirmación o la disponibilidad de información. Ser conscientes de estos sesgos y cómo nos afectan nos ayuda a filtrar la intuición genuina de respuestas condicionadas, mejorando la toma de decisiones.
4. Casos prácticos: En profesiones como la mediación, realizar simulaciones o participar en casos prácticos nos permite entrenar la intuición en un entorno controlado. Al simular conflictos, uno puede explorar distintas reacciones, practicar la escucha de su intuición y ver cómo reaccionan las otras partes, sin riesgos reales.
Para desarrollar nuestro sexto sentido en la mediación, es útil comenzar con ejercicios que fortalezcan nuestra autoconfianza y conexión interna. Además de los pasos recomendados, sugiero practicar la autoobservación consciente durante las negociaciones, lo que implica estar atentos a nuestras reacciones emocionales y físicas ante las palabras o gestos de la otra persona. Esto nos ayuda a identificar patrones intuitivos. Esta práctica nos enseña a ir más allá de lo verbal y a captar detalles que a menudo pasamos por alto. También es beneficioso combinar nuestra intuición con conocimientos técnicos y estratégicos, al igual que en los juegos de estrategia, para lograr un equilibrio entre la intuición y el análisis racional en decisiones importantes.
- Reflexiona sobre las decisiones pasadas y las intuiciones que tuviste en esos momentos. Identifica cuándo fuiste efectivo y cuándo no y qué factores contribuyeron a cada resultado.
- Expón tu mente a situaciones nuevas y desafiantes para ampliar el conocimiento y aumentar la confianza para tomar decisiones aun en temas desconocidos.
- Busca la retroalimentación de otros colegas de la profesión para conseguir una segunda opinión tanto de nuevos casos como de casos pasados.
A partir de lo expuesto en el blog sobre ese “Sexto Sentido”, expondré lo siguiente:
Un punto esencial del que la intuición se empapa es el acto de observar. El practicar nuestra observación es fundamental, pues la relación que hay entre nuestra percepción y la intuición es intrínseca. Por lo tanto, ser observadores y curiosos son cualidades esenciales para desarrollar nuestra intuición.
El esencial aprender a diferenciar cuando estamos ante un prejuicio o ante este sexto sentido del que estamos hablando. Para ello, es necesario un trabajo de introspección en el que busquemos identificar que prejuicios tenemos y, por consiguiente, identificarlos a la hora en el que estos se activen.
La estimulación de la creatividad, tal y como se indica en el blog, es un punto importantísimo, pues esta nos ayuda a configurar ideas nuevas esenciales para la construcción de la intuición.
La escucha activa nos permite y facilita a desarrollar nuestra intuición interpersonal, siendo especialmente importante prestar atención a las señales no verbales que nos tramitan la persona.
Para finalizar, trabajar en nuestra empatía es otro pilar esencial para un correcto desarrollo de nuestro sexto sentido, pues este en consecuencia nos permite interpretar correctamente las emociones y sentimientos ajenos.
La capacidad de saber escuchar a nuestra intuición es necesaria puesto que está viene de elementos que percibimos de una manera menos consciente pero que residen en nuestro imaginario.
Probablemente si cogiéramos una lupa para observar de dónde vienen esas intuiciones se resaltarían el lenguaje no verbal de las personas, experiencias previas, sesgos cognitivos (que están diseñados para hacernos más adaptativos, funcionales y aumentar la rapidez de procesamiento). También conceptos del conocimiento popular heredado con el paso de las generaciones y que está instaurado en nuestras culturas.
La intuición puede ser muy útil en la mediación de conflictos ya que podemos observar emociones por parte de las personas, las cuales pueden mantener interiorizadas ambas partes y nos ayudan a suponer desde una visión mas reflexiva la gravedad del problema que puede tener la persona. Además, la intuición puede ayudar al mediador a mantener un ambiente más profundo y de conexión con ambas partes ya que esta herramienta permite tomar conciencia sobre las necesidades de las partes involucradas. Por otro lado, tener intuición en un proceso de mediación, le permite al mediador anticiparse a la reacción de los individuos ante ciertos comentarios.
La intuición es una herramienta clave la cual se puede combinar con las habilidades del mediador, enriqueciendo la capacidad para entender mejor las emociones y dinámicas en la mediación, lo cual capacita para dirigir a las partes hacia soluciones más efectivas y cooperativas.
El desarrollo de la intuición en el contexto de mediación puede ser muy interesante y útil, confiar en tu intuición y aplicarla de forma estratégica permitirá tomar decisiones más rápidas y certeras.
Entre las prácticas que podemos encontrar para desarrollar el sexto sentido se encuentran.
- La escucha activa y la autopercepción: Esto se basa en estar presentes en el momento, observando tanto lo que sucede en nuestro entorno como nuestras propias reacciones. Esta capacidad se puede desarrollar observando los pensamientos y sensaciones sin juzgarlos.
- Relación con el cuerpo y emociones: Una forma importante en la que la intuición se manifiesta son como reacciones físicas. Es esencial aprender a identificar estas señales para utilizar la intuición.
- Diálogo interno consciente: Puede ser útil reflexionar de manera constructiva sobre tus decisiones, tanto las acertadas como las equivocadas. Esto puede fortalecer tu autoconfianza y ayudar a afinar la intuición.
-Practicar ejercicios de proyección y anticipación: Esto consiste en anticipar los posibles resultados de tus decisiones y luego evalúas cómo fueron tus pronósticos.
Seguir a tu intuición puede ser clave en situaciones de negociación en mediación. Podemos utilizar los siguientes ejercicios para poder desarrollar este sexto sentido como:
Escucha activa de emociones, durante las negociaciones, en lugar de enfocarte solo en las palabras del otro, presta atención a las emociones que percibes en su tono de voz, lenguaje corporal o expresiones faciales, analiza si lo que te surgiere es tensión, entusiasmo o duda, e intenta identificar cómo esas emociones podrían influir en el progreso de la conversación.
Diario de intuiciones: Lleva un registro diario de momentos donde confiaste en tu intuición. Al revisar tus decisiones, podrás reconocer patrones en los que tu intuición fue acertada y dónde mejorar. Este ejercicio te permitirá afinar tu "sexto sentido" con el tiempo.
Practica la visualización antes de decisiones difíciles: Antes de una negociación o mediación, visualiza las posibles reacciones y resultados, lo cual te llevará a prepararte a nivel mental y abrirte a respuestas más intuitivas durante el proceso.
En primer lugar creo que el sexto sentido es algo que indudablemente se afianza con la experiencia, y es algo que puede ayudar mucho no sólo a resolver el conflicto en sí sino también a preveerlo, es decir, si usamos bien nuestra intuición podemos adelantarnos a posibles puntos de discrepancia que pueden tener las partes implicadas y así impedir que se agrave la situación.
Además el ambiente de confianza es muy importante para que la mediación se desarrolle positivamente, y esta intuición puede generar un mejor ambiente con los clientes, al ser capaces de anticipar lo que necesitan.
Algo que ya hemos visto y que ayuda mucho en este sexto sentido es el lenguaje corporal, es algo en lo que sería bueno basarse y que nos podría ayudar en este aspecto.
El sexto sentido es algo que practico en mi vida diaria y puedo observar que es un proceso fascinante que conecta con nuestra experiencia con nuestra instinto. Creo que en primer lugar es necesario practicar la empatía y la escucha activa, para aprender a conectar y centrar nuestra atención no en lo que nos dice la otra persona, sino en lo que transmite. En mediación esto podría ayudar a detectar intereses ocultos por ejemplo o temas de los que la persona no está queriendo hablar. Durante este proceso, es importante hacer pausas reflexivas para evitar entrar en piloto automático.
En segundo lugar, considero que el cuerpo es una potente fuente de sexto sentido, pues se presenta a veces de forma física, como puede ser un dolor de barriga cuando estás nervioso por algo pero no sabes por qué.
Me gustaría ademas hacer hincapié en el proceso de escenificación de situaciones, es decir, el hecho de pensar en todas las posibilidades probables que pueden ocurrir. En conclusión, el sexto sentido es una habilidad que se debe de ejercitar diariamente, además de ser una herramienta que podemos utilizar en diferentes procesos, como en este caso, la mediación.
Para mejorar mi intuición, me enfocaría en escuchar de verdad a las personas, prestando atención a sus gestos, miradas y pausas, y utilizando la paráfrasis para asegurarme de que estoy entendiendo bien. También creo que es clave dedicar tiempo a reflexionar sobre mis propias emociones para poder distinguir entre intuición y reacciones emocionales. Aprender más sobre patrones de comportamiento humano, como la psicología y la comunicación no verbal, me ayudaría a anticipar cómo las personas reaccionan.
Las claves que considero importantes para desarrollar el sexto sentido en la mediación podrían ser las siguientes:
- Tener en cuenta y reflexionar acerca de decisiones pasadas: al reflexionar sobre lo que en ocasiones pasadas funcionó o no nos volvemos más preciosos al enfrentar situaciones similares en el futuro.
- Poner en práctica la empatía: practicar la escucha activa y esforzarnos en comprender la perspectiva de la otra persona
- Prestar atención plena: centrarse en el momento presente, intentando no distraerse.
Lo que estás diciendo sobre el sexto sentido y la intuición me parece muy interesante. Es cierto que muchas veces decimos "sabía que esto iba a pasar" o "algo me decía que no debía hacer esto", y a veces no le prestamos atención a esa sensación. La intuición no es algo antiguo, sino una capacidad que todos tenemos porque nuestra mente ha ido aprendiendo a lo largo de miles de años. Esa sabiduría acumulada está en nosotros, aunque no siempre somos conscientes de ella. En situaciones como negociaciones o mediaciones, esa intuición es súper útil, porque nos permite captar cosas que no se ven a simple vista, como el lenguaje corporal o los sentimientos de la otra persona. Para mejorarla, como nos dices que pensemos en algo, es importante practicar y confiar en uno mismo. Pero también es clave combinar esa intuición con un análisis lógico, para que las decisiones sean más completas y acertadas. Es como un equipo de trabajo: la intuición nos guía y la razón nos da la base.
Para fortalecer esta intuición, considero fundamentales algunos aspectos adicionales: escucha activa para percibir tonos y lenguaje corporal; conexión emocional que permita a las partes sentirse comprendidas; autoconocimiento, que nos ayuda a distinguir nuestras emociones de las ajenas; flexibilidad y apertura para adaptarnos a lo inesperado, y finalmente, experiencia y reflexión tras cada caso, para afinar nuestra percepción en el futuro. Estos elementos, combinados, nos permiten desarrollar ese "sexto sentido" que marca la diferencia en nuestra labor mediadora.
Nuestra intuición o "sexto sentido" puede llegar a ser una herramienta muy poderosa con la que todos contamos, la cual subestimamos. Esta intuición es consecuencia de nuestra experiencia a lo largo de los años pero si nos centramos en el ámbito profesional, ya no solo en el ámbito de la mediación sino en general, puede marcar la diferencia ya que vamos a poder captar cosas que por medio de las palabras se nos pueden escapar.
Es clave a la hora de poder adquirir y desarrollar correctamente esta habilidad, la confianza en uno mismo. La confianza debe de mezclarse con técnicas de toma de decisiones, para conseguir que estas seas mas completas y efectivas, y con la practica ya que esto puede ayudarnos a perfeccionar este sexto sentido para poder convertirlo realmente en una ventaja.
Lo único que yo añadiría sería que reflexionáramos sobre estas decisiones que tomamos de forma intuitiva, lo que nos ayudará a empezar a reconocer algunos patrones y llegar a aprender realmente cuando hay que hacer caso de este sexto sentido y cuando no.
Resulta muy interesante la reflexión que realizas. Por mi parte podría aportar la conexión cuerpo-mente para afinar la intuición. Las sensaciones físicas (un "nudo en el estómago", un pulso acelerado) son mensajes de tu intuición que pueden llegar a reflejar la percepción de una amenaza, una oportunidad o una mentira. Con la práctica de la meditación y respiración consciente la claridad mental mejora, se reduce el ruido interno y te ayudan a distinguir entre un "impulso emocional" y una verdadera intuición.
Como bien has mencionado, desarrollar y utilizar de forma efectiva nuestra intuición, especialmente en contextos de mediación y negociación, podría ser clave. De este modo, es fundamental la educación emocional, que mejora la empatía y el autocontrol, fortaleciendo así nuestra capacidad intuitiva. A su vez, la práctica constante y la reflexión sobre experiencias pasadas afinan este sentido, permitiéndonos adaptarnos a diversas situaciones. Por otro lado, la observación activa de señales no verbales nos brinda una comprensión más profunda de las intenciones y emociones ajenas.
Considero que, a través de la experiencia acumulada, se habría de encontrar un equilibrio entre la lógica y la intuición, de modo que nuestras decisiones sean sólidas y bien fundamentadas.
Además, desenvolverse de manera adecuada dentro del ámbito psicológico podría darnos una ventaja a la hora de conseguir una buena intuición. Por último, como dijiste el primer día de clase, "lanzarse a la piscina", es decir, participar en entornos desafiantes podría tener un papel fundamental a la hora de enriquecer nuestro repertorio intuitivo.
La intuición en mediación es una herramienta clave que nos permite captar aquello que no siempre es evidente en las palabras, como emociones, tensiones o intereses ocultos. Para cultivarla, es fundamental desarrollar una escucha activa profunda y la observación detallada. Esto implica prestar atención no solo a lo que se dice, sino también al lenguaje no verbal, como gestos, posturas o silencios significativos. Al hacerlo, empezamos a conectar con patrones y señales sutiles que guían nuestras decisiones estratégicas en la mediación, ayudándonos a identificar cuándo intervenir, ceder o explorar más a fondo.
Además, para potenciar este "sexto sentido", es importante combinar la intuición con el conocimiento técnico y la experiencia. Un mediador efectivo utiliza su bagaje profesional como base para interpretar y validar lo que intuye. Por ejemplo, si una corazonada sugiere que una de las partes no está siendo completamente honesta, el mediador puede apoyarse en preguntas abiertas o técnicas de parafraseo para confirmar sus sospechas de manera estructurada. Al integrar la intuición con herramientas prácticas, se logra una mediación más precisa, empática y alineada con las necesidades de las partes.
Me apasiona este tema! La intuición es sin duda una de las herramientas mas fascinantes y poderosas que nos ha dado la evolución.
Personalmente, considero que mi sexto sentido ha sido una guia constante en mi vida en muchas de las decisiones que he tomado, incluso en las más importantes, aún no viniendo de un análisis demasiado lógico o detallado, esa voz que llega sin avisar para decirte "estas en el camino correcto" o la de "sal de ahí ya" es el radar mas poderoso y preciso que tengo.
Creo que el sexto sentido no es solo una herencia de la evolución, sino que tambien se refuerza de nuestras vivencias y aprendizajes, además del ensayo-error. Cada vez que seguimos esa intuición y acertamos, fortalecemos esa conexión interna con nosotros mismos. Por eso, para mi, la intuición no es un misterio inexplicable (aunque a veces si que lo piense) sino que es una habilidad que está profundamente conectada con nuestra capacidad de observar los detalles, procesar la información de manera rápida y de anticiparte a los sucesos, aunque muchas veces lo hagamos de manera inconsciente.
Algo que he notado, y que refuerza mi confianza en este sentido y a la vez en mí misma, es cómo la intuición se manifiesta en momentos críticos. Recuerdo varias ocasiones en las que, sin tener toda la información que en ese momento tal vez necesitaba, supe que debía actuar de una determinada manera, arriesgando al tomar alguna que otra decisión aparentemente sin fundamento.
Me gustaría añadir algo a lo que usted menciona sobre el desarrollo del sexto sentido: la conexión con nuestras emociones. Creo que la intuición está íntimamente ligada a nuestra capacidad de entender lo que sentimos. Cuando somos conscientes de nuestras emociones, estas se convierten en una brújula que nos orienta en la toma de decisiones. Además, algo que no solemos considerar es el papel del entorno: nuestros sentidos no trabajan aislados, sino que reciben información constante de los estímulos que nos rodean. Afinar la intuición, para mí, implica estar atentos no solo a lo que sentimos, sino también a lo que sucede a nuestro alrededor.
Finalmente, creo que el mejor consejo para quien quiera desarrollar su sexto sentido es simple: escucharse más. Vivimos en un mundo donde todo es ruido y velocidad, pero si nos detenemos, nos damos cuenta de que esa voz interna siempre ha estado ahí. No es algo mágico ni místico; es pura humanidad en su forma más instintiva y refinada.
Gracias por traer a debate un tema tan apasionante y con tanto potencial. La intuición, bien trabajada, puede ser la diferencia entre una decisión buena y una extraordinaria.
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