Son muchos los lugares,
encuentros, foros, cursos de formación, en los que a la hora de explicar la
exploración de los mediados, en aras a conocer que es lo que ocurrió en el
conflicto, que traen a la mesa de negociación, nos referimos al iceberg como
algo, a lo que solo le vemos la punta, pero hay que mirar mucho más abajo para
conocer la realidad de los motivos que llevaron a esa situación.
Existe una teoría del iceberg
de Hemingway, que a lo largo de la historia se ha aplicado a diferentes
ámbitos. Esta teoría viene a decir que solo atendemos aquello que
percibimos a simple vista. El resto no nos es conocido y pasa inadvertido,
comparándolo con un iceberg. Es decir, que hay una parte que se muestra de
la información, en la que somos plenamente conscientes de ello por lo que nos
cuentan, pero también otra debajo de la línea que nos mostraron, inconsciente,
y que hemos de descubrir solo con nuestra única “arma” de comunicación: la
pregunta.
Imaginaros lo que ocurrió con
el Titanic, cuando viajando por el océano. Divisó en el horizonte un iceberg,
algo que pensaban podía ser de escasa importancia (como la información que nos
muestran), pero que debajo de ese iceberg, una vez se acercaron, se encuentra
escondida a la simple vista del navegante, otra masa de hielo gigantesca, que
es la que consigue mantener a flote (lo que verdaderamente paso y solo saben
los mediados) y sirve de base al iceberg.
Ahí esta la importancia de nuestro trabajo, ver esa parte que es invisible a
nuestros sentidos.
Es más, podemos incluso dar un
porcentaje aproximado de esa información, de ese iceberg, de lo que vemos.
Según los científicos, lo que asoma no es más que un 20% de lo que hay debajo.
Entonces, ¿Qué hacer? Si nos quedamos con ese porcentaje mínimo, difícilmente
podremos alcanzar un trabajo estable y equitativo, mientras que si somos
capaces de poder ver, ese porcentaje oculto a la vista y al reconocimiento de
las partes implicadas ( y digo bien, reconocimiento porque muchas veces no
reconocen lo que “hay debajo), podremos alcanzar una mediación justa.
Trabajemos todo aquello que no
vemos o que no nos muestran, aunque sean conscientes de ello.
Y si han venido a que les
ayudemos, ¿Por qué nos muestran un porcentaje solo?
Muchas veces me encontré la
respuesta, en que las partes no reconocen parte de lo que surgió de las cenizas
del conflicto. No son conscientes, o no quieren serlo, de las aristas que hubo
tras el problema.
Otras veces es la misma
negación de lo ocurrido, hasta el punto que te muestran una realidad que no es,
como si hubieran construido en su mente una historia alternativa, donde se
encuentran más seguros en su relato.
Algunos expertos manifiestan que
“los seres humanos, solemos funcionar con un programa de economía
cognitiva por el cual escogemos aquella información que menos esfuerzo nos
provoque y que esté relacionada con nuestra forma de ver la vida”. Así lo
ocurrido muchas veces escapa a lo que pensamos que en realidad pasó, por más
que nos preguntemos ¿qué ¿cómo? ¿Cuándo?. Es nuestra idea y no vemos más allá.
No me olvido que La metáfora
del iceberg también se utiliza en la filosofía de Sigmund Freud como recurso
visual, usado para entender la teoría de lo inconsciente, muy importante para
lo que denominamos psicoanálisis. En este sentido podría tener interés en
nuestro trabajo, para entender la diferencia entre lo consciente y lo
inconsciente, lo que se ve y lo que no se ve, lo que creo que paso y lo que en realidad
pasó.
Evidentemente sea lo que
fuere, es una magnífica metáfora en la mediación, pero ¿os imagináis en estos
grandes pensadores incluir la creación del iceberg por culpa del calentamiento
global? Pues me imaginaría poner ese conflicto que flota en mitad del océano,
precisamente en el mundo que vivimos, en el que las nuevas tecnologías
consiguieron también crear una realidad de lo consciente, que lleva a personas
a enamorarse o desenamorarse por internet o acariciar móviles, más que a las
personas.
Solo puedo deciros, que todos
los conflictos que vivimos tienen una parte de “iceberg” y que “Ni siquiera el
mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que
desciende a las profundidades de su corazón” (Julien Green) a lo que yo
añadiría, mediador, bucea y conoce la realidad ya que te dará una carta de
navegación distinta para que no se hunda como aquel barco histórico, tu proceso
de mediación y verás no solo las posiciones, sino los intereses y las
verdaderas necesidades.
Gracias querido Maestro.!!!!!
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