El ser
humano tiene cinco órganos de los sentidos: la piel, que permite el tacto; los
ojos, que proporcionan la vista; los oídos, que además de captar los sonidos
controlan el equilibrio; la nariz, mediante la que se perciben los olores; y,
la lengua, con la que se distinguen sabores con el sentido del gusto.
Hoy,
en una conversación para el programa argentino “Voces y Palabras” de mi querida
amiga María Estela Palumbo, hablábamos de la influencia hoy en día de los
avances tecnológicos en el campo de la mediación. Una de las conclusiones a las
que llegamos es la importancia de saber adaptarnos los mediadores y utilizar
todas y cada una de los medios y métodos que las nuevas tecnologías nos
proporcionen, pero automáticamente salió a nuestro pensamiento, como imaginar
este trabajo con la importancia de poner nuestros cinco sentidos al servicio de
nuestra profesión.
El
sistema nervioso del mediador o mediadora debe recibir y procesar información
sobre el mundo exterior y sobre lo que verdaderamente están viviendo las
personas enfrentadas en un conflicto que no han logrado resolver por si mismos,
a fin de reaccionar, comunicarnos y establecer estrategias en nuestro trabajo.
Mucha
de esta información que vamos a recibir proviene de los órganos sensoriales:
los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel. Células y tejidos
especializados en estos órganos reciben los estímulos sin procesar y los
traduce en señales que el sistema nervioso puede utilizar. Dicen los
científicos que los nervios transmiten las señales al encéfalo, que las
interpreta como imágenes (visión), sonidos (audición), olores (olfato), gustos
(gusto) y percepciones táctiles (tacto).
Así los
ojos traducen la luz en señales de imágenes para que el encéfalo las procese y
vea más allá de lo que nos quieren mostrar en la negociación, a eso le llamamos
observación; El oído transforma las ondas sonoras de un mensaje en señales
sonoras que debemos interpretar, porque muchas veces tenemos que no solo
traducir el mensaje que nos envían los mediados, sino, el tono con el que lo
hacen
Pues
bien, uno y otro sentido bien puede trasladarse a las mediaciones on-line,
incluso si lo hacemos mediante el metaverso y otras tecnologías que están por
venir, pero ¿y los otros tres sentidos, el tacto, el olfato y el gusto?
Nuestra
piel es la que muestra la capacidad de ser receptores del tacto. Por eso muchas
veces en estado de nerviosismo se nos eriza la misma o se calienta en exceso
por la tensión del momento. Somos “animales” de contacto. Por eso en más de una
ocasión un cliente me dijo: prefiero que nos veamos y nos reunamos
presencialmente, cuando en realidad lo que quiere es que hablemos y negociemos.
¿Porqué? Quizás porque necesita sentir que lo que hablamos, su piel verifique
con el tacto la veracidad de lo que pactemos.
Y que
decir del olfato: Sustancias químicas en el aire estimulan señales que el
encéfalo interpreta como olores
El
sentido que detecta los olores se llama olfato. Cuando olemos o inhalamos por
la nariz, algunas sustancias químicas que se encuentran en el aire se unen a
estos receptores. El olor, nos permite quizás
cierto bienestar. Es más, existen múltiples fragancias en función de lo que
quieras vivir en ese momento. La tensión, la indignación, el enfado y la
felicidad de llegar a un encuentro en la medida de lo posible, también tiene su
“olor”
Y por
último el gusto. Las pailas estimulan células gustativas especializadas, con lo
que activan receptores nerviosos. Los receptores envían señales al igual que
cuando probamos algo, alguna comida, que nos gusta o no nos gusta, también
podemos hablar de esos momentos en los que con un simple caramelo nos sube el
azúcar y el ánimo y que os aseguro que siempre tendré en mi estudio por si las
partes quieren saborearlos antes, durante o después de una mediación.
En
definitiva, querido mediador, no te olvides nunca de poner los 5 sentidos en
todo lo que hagas y si es posible una mediación presencial, te será más fácil
adaptarte y dedicarte a ello, y si es virtual, recicla cada uno de tus cinco
sentidos para adaptarte al medio.
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