Querido lector o lectora…
bueno, quien esté ahí detrás, leyendo, seguro que han sido muchas veces las que
me habéis escuchado esta historia. La descubrí hace muchos, muchos años y mis
alumnos “han sufrido” esta historia una y otra vez, pero, para los que
empezamos a mediar hace años, es el más recurrente de todos los cuentos
clásicos. Es más, yo, con las gafas de mediador, le hubiera titulado: Peter
Pan: ADOLESCENTES EN CONFLICTO.
¿Recuerdan ustedes la película
Peter Pan?; creo que nunca una película infantil ha tenido
mas relación con el papel de la mediación con menores o adolescentes que la
mencionada película
¿Recuerdan como de forma
imaginaria unos hermanos viajaban al PAIS DE NUNCA JAMÁS?. Tras
irse a dormir, tres hermanos de una misma familia sueñan como por la ventana de
su dormitorio, pueden volar, atraídos por el malvado Capitán Hook. En su
imaginación, desean huir de su casa, su familia, sus padres, en plena post-guerra
mundial, en la batalla, en el conflicto, en el que se ven afectados unos niños,
la única forma de huir de ello es mediante la imaginación.
El argumento que estuvo en la
mente del escritor escocés James Matthew Barrie, parte de ese primer momento: Los
Darling eran una familia compuesta por el siempre preocupado por las
apariencias señor Darling, la dulce señora Darling y sus tres hijos Wendy, John
y Michael, y también de Nana, un perro niñera que no tenía nada que
envidiar a ninguna otra niñera.
Wendy era la hermana mayor y
en sus sueños vivía historias de aventuras en las que aparecía un personaje
llamado Peter Pan, un niño volador, que vivía en la isla de Nunca Jamás. No era
casual esa situación, ya que la madre era una gran contadora de cuentos, ya que
cada noche antes de dormir leía día tras día, diversas historias a los niños.
En esta situación, mi pregunta
siempre fue la misma: ¿Cuántos niños conoces querido lector que les gustaría
viajar al País de Nunca Jamás? Yo pienso en esos niños de familias
desestructuradas, crisis familiares, situaciones de abandono, desgraciadamente
en algunos casos incluso de maltrato, muchos ¿verdad? Están junto a
nosotros, en nuestros barrios, en las puertas de los vecinos, de amigos, de
familias conocidas y desconocidas.
Pero continuo. ¿Recuerdan
como sentían la atracción de lo prohibido… de los piratas… su referente era
Garfio?. Los menores y sobre todo los adolescentes que se revelan ante
cualquier situación, desean enfrentarse a aquello que no pueden alcanzar, y la
mejor forma de hacerlo es mediante todo aquello que para los adultos no está
permitido. ¡Mamá déjame un poco más ver la tele! ¡no quiero comer eso! ¡porqué
nunca me tenéis en cuenta!... cualquier dia ¡me voy de casa!. Estas y muchas
frases oímos una y otra vez, sobre todo en esos adolescentes rebeldes que están
intentando encontrar su identidad. Por eso, en mis clases siempre hablo de los
piratas y de su capitán, el temible y admirado Garfio, como el ejemplo a seguir
de la rebeldía, ya que los piratas duermen cuando quieren, en cualquier lugar y
juegan contra lo prohibido. ¿Quién no soñó, alguna vez, en convertirse en
pirata en esta vida?
Pues, coincidiendo con un
enfado del señor Darling, y con una salida nocturna del matrimonio, Peter (que
cada noche se quedaba junto a la ventana escuchando los cuentos), volvió a por
su sombra (la habían escondido cuando descubrieron que alguien más escuchaba
los cuentos nocturnos) con el hada Campanilla (la conciencia, nuestra
conciencia) para recuperar su sombra. Sin embargo, una vez que la consiguió no
pudo volver a “ponérsela” (que importante es querido amigo, lo que somos y lo
que realmente reflejamos de nosotros al exterior, por eso digo tantas veces que
seáis auténticos), y se echó a llorar. El llanto de Peter despertó a Wendy,
quien tras oír su problema, cosió la sombra de Peter a sus pies.
Peter Pan quedó encantado de
las habilidades de Wendy y le pidió que viajara con él y Campanilla al país de
Nunca Jamás, donde podría vivir aventuras y ser la mamá de los Niños
Perdidos. Y así, enseñó a volar a los tres niños con la ayuda del polvo de
hadas de Campanilla, y todos viajaron a Nunca Jamás.
¿Recuerdan ustedes quienes se
encontraban allí en comunidad?: LOS NIÑOS Y NIÑAS PERDIDOS. Cuantos de estos
“niños perdidos” se encuentran a nuestro alrededor como
antes os mencionaba. Cuantos son objetos de abusos, de utilización como “armas”
arrojadizas en supuestos de crisis matrimonial en nuestros dias; o peor, si
conocemos las cifras estadísticas que nos hablan de abandono, acogimientos
temporales o retiradas de la patria potestad por no procurarles la formación
integral necesaria. Pero quiero referirme, en este caso no a las situaciones,
que ya las mencioné, sino a los lugares: “la comunidad de los niños perdidos”
son las “viviendas tuteladas”, “las casas-cuna”, los centros de acogida de
menores no acompañados”… Hay muchas comunidades de niños perdidos ¿verdad?
En nuestra historia, tras
llegar al País de Nunca Jamás, aunque Peter Pan no quería saber nada de madres
ni de adultos, los Niños Perdidos pensaban a menudo en sus madres y estaban
encantados de tener una.
Wendy aceptó de buen grado su
papel de madre, cuidando a los niños, dando medicinas, poniendo tareas, fijando
normas, cosiendo, cocinando y contando cuentos. Y así pasaron felices, bastante
tiempo, viviendo las aventuras que siempre habían soñado, propias de una isla
tan fantástica, y comenzando a olvidar a sus padres y a su pasado,
especialmente John y Michael, los más pequeños. Wendy se acordaba más de ellos,
sobre todo de lo que estarían sufriendo, pero estaba tan segura de que sus
padres tendrían siempre abierta la ventana para recibirles con alegría el día
que decidieran regresar, que no se preocupaba demasiado.
Una historia, tras otra, de
indios y vaqueros…así fue pasando el tiempo hasta que una noche Wendy, temerosa
por llegar a olvidar a sus padres y por lo que estarían sufriendo, decidió que
debían volver a casa con sus
hermanos… y lo que es más, después de probar lo que era una madre, los niños no
querían perder a Wendy, y deseaban seguir con ella, así que esta se ofreció a
que sus propios padres adoptaran a todos. Los Niños Perdidos aceptaron
ilusionados, pero Peter no quería saber nada de ninguna madre, ni hacer nada de
lo que obligan a hacer los mayores, ni crecer, y se negó a volver y ser adoptado.
Así, se despidieron y se marcharon. Todos, absolutamente todos, queridos
amigos, tenemos ese niño o niña dentro de nosotros.
Pero un nuevo imprevisto, ya que precisamente Garfio, había preparado un ataque pirata ese día a la comunidad de los niños perdidos, y preparó una emboscada para capturar a Wendy y a los niños, a quienes no protegía Peter porque entonces actuaba como si no le importara su marcha. Garfio tenía todo tan planeado que pudo incluso llegar al escondite de Peter mientras dormía, y envenenar su medicina.
Campanilla descubrió lo que había ocurrido y corrió a despertar a Peter. Este,
antes de ir a salvarlos quiso tomar su medicina para agradar a Wendy, pero la
pequeña hada lo salvó de morir envenenado en el último momento, bebiendo ella
el contenido del frasco. Campanilla estuvo a punto de morir entonces, pero
un hada puede salvarse cuando los niños creen en las hadas, y cuando se lee
este cuento, siempre hay un niño que cree en las hadas y salva la vida de
Campanilla.
En el barco pirata Garfio ya
había decidido acabar con los niños haciéndoles caminar por el tablón. Pero
entonces se escuchó el “tic-tac” del cocodrilo y el capitán pirata se
aterrorizó. Sin embargo, solo era un engaño de Peter, que acudía a salvar a
Wendy y a los niños. Peter fue acabando con los piratas de uno en uno
hasta conseguir la llave de los grilletes y liberar a los niños, y entonces
comenzó una feroz lucha en el barco, marcada por el enfrentamiento entre Peter
y Garfio. Pero esta vez el niño venció sin dificultad, y de una patada en el
trasero envió al pirata a las fauces del cocodrilo, que había estado siguiendo
el “tic-tac” de Peter. Gracias a la gran victoria los niños se hicieron
con el barco de los piratas, y tras las celebraciones, al día siguiente
pusieron rumbo de vuelta a casa.
Por eso, cuando pienso en este
pasaje, siempre me vendrá a mi mente ¿Recuerdan cómo recuperaba Peter Pan a
sus “hijos”?: pensando como ellos, viviendo como ellos, SINTIENDO COMO ELLOS,
como Wendy. Solo es posible entrar en su mundo, si cerramos los ojos e
imaginamos como ellos.
PUES ESO SUPONE LA MEDIACION
FAMILIAR con menores o adolescentes.
Y termino mi post. Tras la vuelta,
en casa de los Darling las cosas habían cambiado. El señor Darling, arrepentido
por sus errores del pasado; la madre se aseguraba de que la ventana estuviera
siempre abierta, para el regreso de los niños.
Querido amigo o amiga,
conseguir cada vez que tengáis encima de vuestra mesa de negociación un
conflicto en los que se encuentren involucrado menores, “viajar al país de
nunca jamás”, sacar el niño que tiene el adulto dentro, para que comprendan lo
ocurrido desde los ojos de un niño y podamos conseguir que exista un acuerdo,
con la “ventana abierta” de nuestro trabajo.
Peter Pan, es madurez dentro
de poder mantener nuestro niño que llevamos dentro; es familia, colectivo, lo
más importante que tenemos; es imaginación, algo que sobra en los menores y
falta en los adultos.
Peter Pan, eres tú
Me has emocionado inmensamente con tu historia Maestro, y tan real esta mirada. Gracias siempre.
ResponderEliminarRealmente interesante esa mirada.
ResponderEliminarGracias.