Siempre que hablamos de
mediación nos olvidamos de nosotros mismos. Ofrecernos a los demás para poder
ayudarles ante un conflicto en la búsqueda de la solución, nos hace muchas
veces necesario, parar y pensar en nuestro trabajo, nuestras competencias,
nuestras habilidades, que muchas veces confundimos con los principios básicos
que debemos sumir.
¿Cómo soy yo en realidad ante
un conflicto ajeno?
La verdad que hoy quiero que
tengáis ese tiempo de reflexión.
Si hablamos de competencias,
yo podría resumirla en 4 tipos:
Por un lado en primer lugar
debemos tener competencias adquiridas desde el campo intelectual; ello
nos va a permitir tener una gran visión estratégica del asunto que nos confíen y
saber planificar y evaluar los conflictos
En segundo lugar, referirnos a
cierta competencia personal; para conseguir que nos legitimen y con ello
conseguir la credibilidad y creatividad necesaria para mediar
En tercer lugar competencias
interpersonales; para en el trato con los demás conseguir y adquirir la
capacidad suficiente para dirigir conversaciones y saber comunicar y expresar
de forma correcta las traducciones que realicemos al conflicto.
Y en cuarto y último lugar,
reflexionaría sobre la necesidad de acumular experiencias; ello nos permitiría
cierta madurez profesional para ir creando nuestra propia marca
personal.
¿Y en cuanto a las habilidades?
Si siempre hemos defendido que
en las mediaciones lo importante es el camino que recorremos y no el destino al
que llegamos, de forma automática me irían saliendo una serie de habilidades
que son imprescindibles para crear nuestro “traje de mediador”. Sin querer ser
exhaustivo pues me gustaría conocer sobre todo tu opinión, diría que son:
-
La paciencia
-
El ser natural
-
La constancia en el trabajo
-
Tener pasión en lo que hacemos
-
Ser generosos a la hora de ayudar
-
Ser honestos con nuestras limitaciones
-
Reinventarnos para este nuevo perfil
-
Acumular experiencias
-
Tener una buena planificación para el
desarrollo profesional
-
Confiar en nosotros mismos
-
Ser un buen traductor de sentimientos y
mensajes
-
Ser artesano pues cada caso es distinto
-
Potencia por encima de todo la creatividad
-
Y siempre mantener la calma
Ahora me gustaría que fueras
tu quien nos dijeras las dificultades que puedes llegar a tener en competencias
o habilidades o en su caso amplies este listado que te propongo.
Si gamos construyendo nuestro
perfil de mediador o mediadora
Dicen que los abogados vivimos de los problemas, preferibemente de los ajenos, aunque a veces nos toca lidiar con los propios. En este sentido la mediación tambien volcamos nuestra energía en el conflicto del otro, olvidando que también nosotros, como profesionales, somos parte activa del proceso. El ejercicio de parar, mirarnos y evaluar nuestras competencias es fundamental para mantener la autenticidad y la calidad de nuestra intervención. Me ha resonado especialmente la idea de ser “artesanos”, porque cada caso es único y exige una respuesta humana, no automatizada. Como habilidad imprescindible, yo añadiría "LA EMPATIA": no solo como capacidad de ponerse en el lugar del otro, sino como actitud constante de escucha profunda (debemos de escuchar par entender , no para responder), respeto y conexión emocional que da verdadero sentido a lo que hacemos. Sin empatía, difícilmente puede haber mediación efectiva.
ResponderEliminarEn mi experiencia como abogada, siempre he estado enfocada en resolver problemas, casi como si fuera una carrera contrarreloj para encontrar la solución correcta. Pero sé que en mediación esto cambia: aquí no se trata de ganar o perder, sino de entender y acompañar.
ResponderEliminarPara mediar se necesita aprender a escuchar de verdad, con paciencia y sin prisas, para poder conectar con las personas que tenemos delante.
Sé que no es fácil dejar de lado esa necesidad de reaccionar rápido, pero creo que la escucha activa es clave para que las personas se sientan realmente comprendidas y puedan abrirse con sinceridad.
Escucha activa para que sientan las partes su empoderamiento.
ResponderEliminarCapacidad analítica para identificar posibles diques comunicacionales, los intereses en juego y posibles opciones de acuerdo que le lleven a comprender la naturaleza del conflicto
Manejo del lenguaje que permita una mejor comprensión y cree un ambiente propicio a la mediación a traves de reformulación de preguntas o que estas sean abiertas.
Tener el carisma que le permita alcanzar el reconocimiento de los mediados para liderar el posible acercamiento y respeto de las partes hacia él y entre ellas y garantizar el equilibrio de fuerzas.
Aptitud y etica profesional para que las partes tengan el asesoramiento adecuado.
Gestor de emociones para promover la empatía.
MANUEL GARCIA CHICA
Buenos días, en relación a las competencias quizás fueran tres las que nos podríamos encontrar con dificultades, cuales son la personal, la interpersonal y la madurez profesional.
ResponderEliminarLa primera de ellas, que es la adquirida desde el plano intelectual, depende de nosotros mismos. Las otras tres, desde mi punto de vista, van relacionadas incluso con la forma de ser del mediador, me explico, no toda persona es creíble y creativa pues estos aspectos los ha de tener el propio mediador aunque, bien es cierto, que con la experiencia puede ir desarrollándose esta competencia. Las interpersonales de las cuatro competencias quizás sea la que pudiera costar más al mediador que no tiene capacidad de ser empatico, de saber traducir los gestos, las palabras, saber llevar la mediación por el camino correcto, el saber elegir el tono adecuado en el momento adecuado. En cuanto a la última de las competencias, la madurez profesional viene inexorablemente unido a la práctica habitual en la actividad de mediación, circunstancia que a día de hoy es una materia incipiente a la cual no se le da la importancia que, quizás, debiera tener.
En cuanto a las habilidades es importante tener claro al asunto que nos encontramos y llevar estudiado no sólo el asunto, sino el perfil de cada uno de los clientes si es posible, toda vez que, desde mi punto de vista, cada cliente o mediado es diferente y, como tal, hay que tratarlos de una forma u otra si se pretende llegar a buen fin. Desde mi punto de vista, y en relación a las dificultades en la habilidades que pudiera ver en mí serian las siguientes:
- Ser honesto en las limitaciones: a priori las limitaciones en una mediación la pone uno mismo pero, ¿qué tipo de limitación estoy dispuesto a asumir? Desde el punto de vista técnico es clara las limitaciones que pudiéramos encontrarnos para que los mediados llegaran a una conclusión idónea, sin embargo si la solución a la controversia es algo que no es necesario una solución técnica pudiéramos ir rompiendo barreras de limitaciones.
El tema de ser buen traductor de sentimientos y mensajes, este punto es muy importante porque no todas las personas son capaces de traducir sentimientos y mensajes, de coger una ironía, de ponerse en el lugar de otro… entiendo que esta habilidad es muy difícil aún trabajándola.
Y otra habilidad que pudiera costarme quizás fuera la creatividad, aunque la creatividad está unida íntimamente con, quizás, búsqueda de soluciones a los conflictos y si le hacemos partícipes a los clientes de esas soluciones nos ayudarían a potenciar la creatividad y, con ello, nos enriqueceríamos en la búsqueda de soluciones, potenciamiento de la creatividad, acumulación de experiencias, etc.
Respecto de las competencias propias del mediador citadas en el artículo, realmente no encuentro diferencia respecto de las necesarias para ejercer la abogacía, son procedimientos distintos pero en los que se exige preparación intelectual en sentido amplio, no basta con conocer leyes es preciso tener conocimientos de todo aquello que rodea o condiciona el proceder de quien acude a nosotros y/o suplir nuestro desconocimiento con la ayuda de quienes saben más que nosotros de una materia concreta. Ganarse la confianza de quien acude a tí es básico en mi forma de entender la abogacía y la mediación, para mi no existe nada sin confianza mutua. La creatividad , incluso la osadía, en la resolución de conflictos puede ser el arma con la que desatascar problemas y posturas personales que de seguir caminos trillados solo hacen que enquistarse. Las dos últimas competencias entiendo que se encuentra ligadas, es la madurez quien enseña si establecer una relación con el cliente mas cordial o afectiva o menos, enseña, igualmente quien acude a ti sin doblez, en suma en quien puedes o no confiar, para mi esta es la clave , como he dicho, confianza mutua.
ResponderEliminarLas habilidades creo que se pueden resumir en empatía en todos los órdenes, con su corolario de esfuerzo en comprender a cada persona, encontrar sus sentimientos, reconducir posturas personales, olvidarse de posiciones rígidas en todos los aspectos de la situación, usar lenguaje accesible con quien lo precise, olvidar superioridades morales, intelectuales o de cualquier tipo, entender que hay personas que entienden como un tesoro lo que para uno es despreciable etc.
La imaginación y/o creatividad en la búsqueda conjunta de soluciones, supone ser más artista que artesano, para mí el artesano repite lo que sabe hacer con más o menos excelencia, el artista crea caminos, procesos, visiones nuevas, la base de ello es todo lo anterior; conocimientos, confianza, empatía etc.
Desde mi punto de vista, en general pienso que quizás no tendría demasiada dificultad en llevar a cabo estas habilidades que se nos plantean a la hora de resolver un conflicto porque de hecho, muchas de ellas (aunque no todas como es lógico) a día de hoy las aplico en la resolución de conflictos.
ResponderEliminarPero sin embargo hay una de las habilidades en las que puedo presentar cierta dificultad a la hora de llevarla a cabo y es la de potenciar la creatividad por encima de todo ya que pienso que hay momentos que por un motivo u otro, no logro tener esa creatividad que puede requerir un problema teniendo por lo tanto que mejorar en lo que respecta a esa habilidad aunque también pienso que con la práctica y el tiempo es una habilidad que se va adquiriendo o mejorando.
Aparte de eso, como han dicho otros compañeros, añadiría tanto la empatía como la escucha activa puesto que son dos habilidades que nos hacen conectar tanto con las personas implicadas como con el problema en cuestión.
Las habilidades del mediador que debemos desarrollar serían:
ResponderEliminarEscucha activa. Aquí nos encontramos dificultades como la tendencia a interrumpir o formular respuestas mientras el otro habla, los prejuicios que bloquean la escucha o la dificultad para captar el lenguaje del lenguaje no verbal.
Empatía. La dificultad radica en confundir la empatía, con la simpatía o tomar partido, debemos conocernos emocionalmente y evitar la resistencias personales a valores que nos resultan ajenos.
Comunicación clara: Debemos evitar el miedo al conflicto que pudiera generar pasividad, el uso de un lenguaje poco preciso y la tendencia a imponer un punto de vista en vez de proponer.
Imparcialidad. En este punto, nos podemos identificar personalmente con alguno de los involucrados, tener presiones externas o internas y la dificultad de manejar emociones propias cuando se presentan temas sensibles.
Gestión emoción. Aquí la dificultad está en la reacciones impulsivas, el mantenimiento de la calma y quizás la falta de herramientas de autorregulación emocional.
Capa síntesis. La dificultad radicaría en confundir la síntesis con la simplificación excesiva, la pérdida de detalles al resumir y la falta de atención durante largos diálogos.
En la creatividad en la resolución de conflictos la dificultad está en un enfoque rígido estándar o legal, la falta de entrenamiento en pensamiento lateral y el miedo al error o al rechazo de una propuesta que quizás pudiera ser novedosa..
Capacidad de facilitar acuerdos. Aquí debemos guiar a las partes hacia soluciones consensuadas realistas y sostenibles. La dificultad radicaría en la impaciencia por cerrar el proceso rápidamente la dificultad para manejar la resistencia de las partes o la falta de agilidad para generar un compromiso auténtico.
Flo. Francisco Sánchez-Pece Salmerón Col.800
Creo que la principal dificultad que nos podemos encontrar a la hora de mediar es salir del rol de abogado, pues tenemos muy arraigada la profesión que será difícil poder disociar ambas profesiones.
ResponderEliminarEn cuanto a las habilidades, creo que es fundamental la empatía, la gestión de emociones, la comunicación, el saber transmitir así como la capacidad de generar confianza en el otro, el carisma.
María Moscoso Cordero.
Como abogados hay ciertas habilidades que encajan con la figura del mediador, tales como la empatía, , el análisis jurídico y lógico, la visisón estratñegica y la ética profesional.
ResponderEliminarSin embargo, hay otras habilidades que son propias de la figura del mediador y que a los letrados se nos dificulta debido a nuestra forma de ejercer la profesión. Estas habilidades que pueden resultarnos complicadas, en un primer momento, son la escucha activa sin emitir juicios de valor, debido a que como letrados escuchamos para luego poder rebatir y profundizar en nuestra postura, no siendo asi en la mediación donde se escucha con el objetivo de comprender para poder guiar a las partes hasta llegar a un entendimiento; renunciar a tener el control sobre cuaalquier resultado, en este sentido el mediador no busca una respuesta en concreto, sino que deja a las partes que sean ellas quienes lleguen a un acuerdo, resultandonos dificil a los letrados, ya que estamos acostumbrados a intervenir estratégicamente para conseguir un resultado ajustado a la postura que defendemos; y la neutralidad, debido a que nuestra forma de actuar es posicionándonos en favor de una de las partes, siendo completamente diferente en la mediación debiendo el mediador actuar con inparcialidad absoluta y respetando en todo momento la autonomía de las parte.
En definitiva, aunque algunas habilidades propias de la mediación pueden ser un reto para los abogados, con práctica y actitud se pueden desarrollar. La formación jurídica, la ética profesional y la capacidad de análisis jurídico y lógico hacen que el abogado sea un profesional con una base excelente para convertirse en un buen mediador.
PRACTICA CURSO. DE MEDIACION
ResponderEliminarCOMPETENCIAS Y HABILIDADES DEL MEDIADOR: DIFICULTADES
Entiendo que las dificultades que podemos encontrara a la hora de desarrollar habilidades, creo que tienen que ver con cambiar de forma de actuar y de mentalidad al ponernos en el papel del mediador. Ayudar a dos partes en conflicto a que encuentren una solución donde las dos partes están conformes aunque no sea la solución idónea o acorde con la Ley.
Hay que conseguir abstraerse y tratar el asunto desde un plano equidistante, no tomando partido ni intentando resolver el asunto particularmente ni que beneficie a una parte frente a otra, si no hacer para que sean las partes las que encuentren la solución en la que ambas estén de acuerdo. Habría que conseguir abstraerse para ver el conflicto desde un plano superior.
Habría que trabajar mucho hay habilidades como la paciencia, la empatía, la diplomacia para saber reconducir situaciones que se pueden volver complicadas. Es como cambiar de traje para una fiesta diferente
Félix Campos-Guereta Gómez
Colegiado 819 ICABJerez
Al evaluar las habilidades propicias que puedo tener para ser un buen mediador, llego a la conclusión que cada una de ellas puede tener su reverso de la moneda, en forma de déficit de una debilidad asociada a la fortaleza en cuestión. Por ejemplo, me considero una persona muy constante, paciente y que puede tomar el tiempo necesario para atender las circunstancias del problema, pero esta paciencia puede desbordar mi capacidad para entender cuando dar un cambio de ritmo a cada situación. De la misma forma, soy una persona calmada y a la que no le gusta el conflicto y se sabe mantener firme en una disputa, por eso creo que me motiva ejercer esta profesión; pero esta tendencia puede sumergirme en una especie de pasividad para detectar los sentimientos de las partes en cada momento, precisamente por eso, por una conducta evitativa. Para esto, considero una habilidad la tan manida y a veces malinterpretada, presencia de mente, o mindfulness, para estar en permanente contacto de manera consciente en el proceso de mediación y atendiendo a las circunstancias y estadíos concretos del proceso con plena atención al detalle. Por otro lado, será preciso trabajar conforme a la experiencia, el ir desarrollando una fortaleza en mi posición de mediador y tener juicios firmes que me anclen en el proceso cuando este estancado, y dotarme de un timón firme para dirigir la práctica.
ResponderEliminarEn cuanto a la primera de las competencias, el campo intelectual, pienso que no se diferencia mucho de las que necesitamos para la profesion de la abogacia, puesto que, aunque en la mediacion no podamos tomar un papel mas activo en la resolucion del conflicto, siempre sera necesario que conocer del asunto al que te enfrentas para poder ayudar, en la medida de lo posible, a los clientes.
ResponderEliminarEn cuanto a la competencia personal, entiendo que con la practica poco a poco iras ganando la credibilidad necesaria, asi como la creatividad, para que no te suponga ningun tipo de incoveniente.
En cuanto a la competencia interpersonal, bajo mi punto de vista, es la que mas problema puede causarnos puesto que necesitamos cambiar la mentalidad que tenemos de abogados y del trato con nuestro cliente. Ahora somos "abogados" de las dos partes y debemos mediar por encontrar la solucion mas satisfactoria para ambas.
En cuanto a la madurez profesional, solo se sabrá con el tiempo.
En lo que respecta a las habilidades, como ya se ha comentado en el blog, veo fundamental la escucha activa y la diplomacia.
Con carácter general, la imagen que a priori se presenta de un letrado puede estar un tanto distorsionada y lo mismo ocurre con la figura del mediador (aún más desconocida para el público en general). A priori podemos parecer profesionales asépticos desprendidos de toda emoción, dándole normalidad a cuestiones que para el cliente en cuestión tiene un calado esencial y, en parte, considero que en este tipo de profesiones debemos mantener parte de esa neutralidad pero sin desprendernos del carácter humano, personal y de la capacidad de empatizar.
ResponderEliminarSi un mediador (o un abogado) pierde todo contacto con lo personal, las relaciones sociales, lo humano, etc. respecto a un asunto en cuestión posiblemente no alcance el conocimiento total del mismo y, por ende, tampoco lo encamine a un buen proceso mediador que resulte fructífero.
Por ello considero que esa capacidad de balancear ese carácter profesional, neutral incluso teórico de lo personal, humano y social, al fin y al cabo, empatizar, es esencial en estos ámbitos.
Por último una cuestión que igualmente considero relevante (relacionada con lo anterior) y que a veces, sin darnos cuenta pasamos por alto, es hacer el procedimiento accesible a todos sus intervinientes teniendo en cuenta las capacidades, formación, conocimientos, limitaciones y, en general las capacidades de los intervinientes para que, verdaderamente se sientan parte del proceso y no que el proceso los arrolla.
EVA M. RIVEROL RODRÍGUEZ
La mediación es una tarea que requiere de una profunda reflexión sobre nuestras competencias y habilidades. Es fundamental considerar en qué áreas podemos mejorar para ser más efectivos en nuestra labor. En cuanto a las competencias, se pueden identificar varias dificultades que pueden surgir.
ResponderEliminarPrimero, la competencia intelectual es esencial para poder evaluar y planificar adecuadamente un conflicto. Sin embargo, es posible que en ocasiones se presenten retos al intentar captar la complejidad del asunto, lo que podría dificultar una visión estratégica clara, además si a esto le añadimos la dificultad de los jóvenes al introducirse en el ámbito laboral con poca experiencia, puede ser una dificultad severa, pero siempre rodeándote de buenos compañeros no hay nada imposible.
En relación con la competencia personal, la legitimación ante las partes en conflicto es crucial. A veces, surgen dudas que afectan la capacidad de transmitir credibilidad, lo que puede impactar en el proceso de mediación.
Las competencias interpersonales también juegan un papel central. Dirigir conversaciones efectivamente y comunicar los sentimientos y necesidades de las partes puede ser un desafío. La habilidad para traducir estos elementos de manera adecuada es vital para facilitar la comprensión mutua.
Asimismo, ser honesto con nuestras limitaciones y aceptar que no siempre se tienen todas las respuestas es crucial para el desarrollo personal y profesional. La confianza en uno mismo juega un papel significativo; la inseguridad en la toma de decisiones puede afectar la dinámica de la mediación.
Por último, se podría añadir la empatía como habilidad clave, así como la flexibilidad para adaptarse a las particularidades de cada caso. Reconocer y trabajar en estas dificultades puede ser un camino hacia un crecimiento significativo, contribuyendo a convertirse en un mediador más eficaz.
Mi querido y llorado maestro, Luis Ferrer Monforte siempre nos decía a los pasantes que, en una reunión de una hora de duración con un cliente, cincuenta minutos deben estar dedicados a dejar que la persona que acude a nosotros se desahogue y se exprese con libertad. Le llamaba los cincuenta minutos de la "psicología". Al terminar éstos empezaban los diez minutos "jurídicos", durante los que el cliente espera que el abogado le transmita el análisis de las cuestiones planteadas y la exposición de las posibles soluciones. Capacidad de escucha, empatía, intuición, experiencia vital y profesional, sensibilidad jurídica y competencia profesional son las cualidades apetecidas en el abogado. Las del mediador deben ser exactamente las mismas.
ResponderEliminarComo abogada en ejercicio, este texto me invita a una reflexión esencial sobre el rol que desempeñamos en procesos de mediación. A menudo, centramos nuestra atención en los conflictos de los demás sin detenernos a evaluar nuestras propias competencias y habilidades. Desde el punto de vista jurídico, estamos acostumbrados a operar desde la lógica, el análisis y la norma; sin embargo, la mediación exige de nosotros no solo conocimiento técnico, sino también una profunda inteligencia emocional, paciencia y capacidad de autocrítica.
ResponderEliminarLa mediación consiste en que las partes sean las que propongan y consigan el acuerdo, como abogada, creo que la parte que más me costaría es la de "morderme la lengua" y no decirles lo que me parece correcto que hagan, ese impulso es el que se debe frenar y aprender como hacerlo, aparte de ser rápidos de mente para desviar el foco cuando se esté enquistando uno de los objetivos a conseguir.
ResponderEliminarMaría Luisa Márquez.
En cuanto a las dificultades que considero se puede llegar a tener es el cambio que hay que llevar a cabo dado para realizar mediación ya que que nuestra profesión hasta ahora ha sido la abogacía.
ResponderEliminarAdemás de las habilidades del mediador que se indican en el listado que nos ha sido facilitado sería, la empatía hacia las personas que se van a someter a mediación, la comunicación fluida, mantener la imparcialidad durante todo el proceso de mediación, saber gestionar adecuadamente nuestras emociones para poder llevar a cabo correctamente el proceso de mediación y facilitar el poder alcanzar acuerdos.
En cuanto a las dificultades que considero se puede llegar a tener es el cambio que hay que llevar a cabo dado para realizar mediación ya que que nuestra profesión hasta ahora ha sido la abogacía.
ResponderEliminarAdemás de las habilidades del mediador que se indican en el listado que nos ha sido facilitado sería, la empatía hacia las personas que se van a someter a mediación, la comunicación fluida, mantener la imparcialidad durante todo el proceso de mediación, saber gestionar adecuadamente nuestras emociones para poder llevar a cabo correctamente el proceso de mediación y facilitar el poder alcanzar acuerdos.
En cuanto a las dificultades que considero se puede llegar a tener es el cambio que hay que llevar a cabo dado para realizar mediación ya que que nuestra profesión hasta ahora ha sido la abogacía.
ResponderEliminarAdemás de las habilidades del mediador que se indican en el listado que nos ha sido facilitado sería, la empatía hacia las personas que se van a someter a mediación, la comunicación fluida, mantener la imparcialidad durante todo el proceso de mediación, saber gestionar adecuadamente nuestras emociones para poder llevar a cabo correctamente el proceso de mediación y facilitar el poder alcanzar acuerdos.
Como dificultades en competencias, personalmente creo que tengo bastante capacidad para analizar y evaluar información de manera objetiva, teniendo pensamiento crítico.
ResponderEliminarComprendo y reflexiono lo que me dicen las otras personas, sus mensajes, escuchando activamente lo que me dicen.
Tengo el defecto de ser demasiado empático, lo que me implica a entender y compartir los sentimientos de los demás, sufriendo muchas veces por ello.
Intento ser claro a la hora de expresarme y transmitir información, pero no siempre lo consigo, y utilizo a veces un lenguaje jurídico complicado.
Creo que sería capa de buscar un terreno común a las partes, a través el intercambio de concesiones.
Tengo capacidad para ajustarme a circunstancias no previstas y modificar enfoques cuando es necesario, adaptándome a la evolución el conflicto.
En cuanto a las dificultades en habilidades, peco de ser un poco impaciente, pues al creer que mi solución es la idónea a veces desespero.
Al tener que trabajar en diferentes jurisdicciones no soy honesto en mis limitaciones, accediendo a veces a lo que se dice vulgarmente “meterme en charcos”. Ello conlleva a no tener una buena planificación profesional.
Por último, no siempre mantengo la calma, sobre todo a veces no me soporto.
Desde mi punto de vista el principal problema y dificultad que nos podemos encontrar a la hora de realizar una mediación, es tener la capacidad de poder desconectar del papel de abogado ya que llevamos muchos años ejerciendo y realmente pienso que es complicado en la práctica salir del rol de jurista. Obviamente es una dificultad, pero a la vez es un gran apoyo y fuente de conocimiento y de experiencia que nos facilita la labor de mediación.
ResponderEliminarRespecto a las habilidades, creo que es fundamental la empatía, la gestión de emociones, la comunicación, la escucha activa, y generar confianza.
Realmente, el ser mediador implica muchas habilidades. Una cosa es la teoría y otra enfrentarse a conflictos reales porque corremos el riesgo de tomar partido o empatizar más con una de las partes por ejemplo, en definitiva, es difícil ser imparcial. Por ello entiendo que hay que ser tolerante, guardar silencio a veces, inspirar confianza, escuchar no solo lo que se dice, sino cómo se dice y lo que no se dice, tener humildad profesional si vemos que no somos capaces y derivar el caso, es lo que marca la diferencia. Creo que la experiencia que dá al mediador cada conflicto, es lo que hace que vaya mejorando en habilidades.
ResponderEliminarNuestra profesión implica siempre, tanto si lo queremos como no, una implicación emocional. Pero dicha implicación no puede afectarnos, ya que somos profesionales. Esa implicación no puede ser tal que dejemos la imparcialidad, ya que perderíamos la profesionalidad. Sobre todo en la materia del derecho de familia. Asimismo, también hay una implicación mayor cuando las partes son familia o amistades. Igualmente, hay una implicación mayor cuando hay intereses de menores que pueden resultar afectados por las medidas. De hecho me ha ocurrido alguna vez al llevar asuntos de familiares con carga emocional alta entre todas las partes, donde debemos valorar nuestra implicación o afectación para llevar al acuerdo correcto para las partes.
ResponderEliminarEn cuanto a las habilidades descritas en el artículo todas me parecen correctas y considero que se puede ampliar la lista teniendo en cuenta las cualidades propias de cada profesional. Considero que es fundamental la empatía, ponernos en el lugar de cada una de las partes. Asimismo, tener capacidad de escucha activa es de suma importancia, ya que el escuchar el problema y reaccionar al mismo activamente proporciona al cliente seguridad, para proporcionar al cliente las herramientas adecuadas para que el mismo pueda resolver su conflicto.
ResponderEliminarConsidero que la experiencia del mediador es algo que cada día hará que se tenga más habilidades en la profesión.
Ser mediador exige muchas capacidades y no siempre sera fácil mantener la imparcialidad frente a los conflictos reales. Hay que saber escuchar más allá de las palabras, ser paciente, y generar confianza . La experiencia con cada situación ayuda a mejorar en el rol como mediador
ResponderEliminarQue duda cabe que el mediador debe tener una serie de habilidades para manejar las sesiones de mediación.
ResponderEliminarDe todas las expuestas, las de “traducir” y la paciencia quizás sea las que más domine, ya que, son numerosos los casos en los que he buscado ese acuerdo que contenten a todos, incluido a la parte contraria.
Lo más complicado (que habrá que trabajar) es la creatividad, aún más complicado si deber ser rápida.
Como todo en la vida, la experiencia te va dando mayor solvencia para resolver situaciones complicadas.
Habilidades que debemos desarrollar:
ResponderEliminarSaber escuchar a los clientes a fin de entender el problema y los sentimientos que pesan sobre el mismo.
Temple, para las sesiones con los clientes, a fin de calmar las emociones fuertes que se expresen en las sesiones.
Poder de comunicación, a fin de comunicarnos debidamente con los clientes en las sesiones.
Poder de resumir y sacar conclusiones de los comentarios de los clientes en las sesiones, a fin de avanzar para la siguiente sesión.
Al pensar en mi papel como futuro mediador, me doy cuenta de que una de mis mayores dificultades está en escuchar sin anticiparme. A veces tengo el impulso de querer resolver antes de entender del todo. También reconozco que necesito trabajar más la creatividad para proponer soluciones fuera de lo habitual y mantener siempre la calma, sobre todo en situaciones tensas.
ResponderEliminarPor otro lado, creo que tengo fortalezas como la constancia, la empatía y una actitud abierta para seguir aprendiendo. También valoro ser natural y honesto/a con mis límites.
Añadiría al listado la capacidad de adaptación, porque cada conflicto es distinto, y el autoconocimiento, que me parece clave para no proyectar emociones propias en el proceso.
En resumen, este ejercicio me ha hecho ver que no se trata solo de técnicas, sino de cómo estoy yo para acompañar a otros.
Sara Barba
Bajo mi punto de vista considero que hay que tener todo ese listado que indicas y quizás me resulta de gran importancia la capacidad de extraerse del conflicto lo máximo posible, para que la opinión o la forma de entender las cosas del mediador no empañe la posibilidad de un buen acuerdo.
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