El carnaval es una celebración
que tiene lugar inmediatamente antes del inicio de la cuaresma cristiana. Quienes
me conocéis, sabéis que desde mi perspectiva de mediador, me gusta analizar que
puedo aprender en cada momento y de cada costumbre, para mejorar en mi
profesión y ahora que es carnaval, mi mente vuela a la cantidad de veces que
mis mediados vienen con “una máscara” a las primeras sesiones y debo conseguir que
se la quiten y sean quienes verdaderamente son, sin disfraces, capaces de ser
ellos mismos y así buscar la necesidad de mejorar.
Por eso tengo que analizar que
el carnaval tiene algunos elementos como disfraces, desfiles, y fiestas en la
calle que son muy diferentes depende del lugar en que nos encontremos, aunque
en todas partes tienen una característica común es la de ser un período de mucha
permisividad y cierto descontrol.
Dicen que el origen de la
palabra carnaval se remonta a más de 5000 años de antigüedad, en la época del
imperio romano, donde se celebraban ocasiones especiales grandes comidas y
fiestas. También hay quien piensa que era algo que hacían los pueblos agrícolas
para consumir los alimentos del invierno que conservaban gracias al frío, antes
de la llegada de la primavera y sus temperaturas más altas, cuando los
alimentos corrían el riesgo de echarse a perder.
Lo que si conocemos es que hoy
en día el carnaval en cualquier parte del mundo, es motivo de grandes celebraciones
y fiestas, Rio de Janeiro, Venecia y más cerca de mí, Cádiz… son ejemplos de estas
celebraciones
Por otro lado, hablemos del
disfraz o la costumbre de disfrazarse. Esta costumbre data de muy antiguo. Al
parecer los romanos ya se disfrazaban en lo que ellos llamaban las
“Saturnales”, fiestas en las que durante tres días consecutivos se olvidaban
del orden establecido y se entregaban a fiestas y saraos.
Pero permitirme hablar de Cádiz
Los orígenes del Carnaval de Cádiz se sitúan en el cristianismo y también relacionado
con la Cuaresma. Antes del período que marca el ayuno previo a la semana santa
y el arrepentimiento por los excesos cometidos, la Iglesia solía dejar que la
gente les diese rienda suelta a todas sus emociones, incluso a las más
pasionales y carnales. Tras este periodo sin reglas, la cuaresma tenía como
objetivo el de purificar a la gente de sus excesos, para que llegasen plenos y
puros (sin pecados) al llamado domingo de Resurrección.
El Carnaval de Cádiz, tal como
es conocido hoy en día, denota algunas características del Carnaval italiano,
como las máscaras y los confetis, que fueron llevados a la provincia andaluza
por los mercantes genoveses en el siglo XV
El disfraz es sátira, la
máscara ocultación de la personalidad, la disimulación, el engaño, la burla, el
ser otro durante unos días
¿Y porqué uno estos datos a la mediación? Pues muy sencillos amigos, cuantas veces como dije al principio nos vienen con un disfraz “de buenos” o peor aún, con una máscara que nos impide ver sus verdaderas necesidades e intereses. Durante ese tiempo, que es el proceso de mediación, permitimos que se peleen las palabras, no los mediados, y que puedan sacar la sátira, el desenfado, el engaño o como dicen los jugadores “el farol”. Tanto es así que en muchas ocasiones necesitamos de sesiones individuales para ver sus verdaderas intenciones, ya que en las sesiones conjuntas están “disfrazados”.
Pensad que el disfraz
representa el alma de los malos espíritus y las máscaras del Carnaval,
originalmente, tienen un carácter religioso-espiritual. Disfraces y máscaras
hay en los procesos, quizás por el anonimato y el misterioso aire que rodea al
enmascarado, las personas buscan esa transformación como válvula de escape a
sus intereses y necesidades. Espejismos de lo que eres y lo que querrías ser
Por todo esto, viva el carnaval y descubramos quien está detrás de aquello que nos quieren contar.
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