Hay que decir que la receta
médica, es el documento legal por medio del cual los médicos legalmente
capacitados prescriben la medicación al paciente para su dispensación por parte
del farmacéutico, (Wikipedia).
Es por esto que como “médicos
de las relaciones humanas” creo que los mediadores debemos tener también nuestra
posibilidad de recetar la mediación (ya en su día escribí en este mismo blog en
abril de 2021, “las instrucciones de uso de este medicamento” llamado
mediación) Dicha prescripción es un proceso que realizaremos de forma
individualizada (caucus) o también conjunta para varios “pacientes”, pero
siempre de forma dinámica
Por eso hoy hablamos de este documento
que os quiero desgranar y que avala el tratamiento de un proceso de mediación,
bajo la prescripción de un mediador profesional.
Antiguamente, la receta era la
nota que por escrito daba el médico o cirujano al boticario para la composición
de un remedio sobre la base de varios ingredientes de origen sintético o
natural, de forma artesanal, algo, que no es lejano a nuestro trabajo, ya que
cuando adaptamos las historias que nos cuentan y pensamos en la estrategia a
seguir en un conflicto, estamos ya desde el primer momento en las posibilidades
del “remedio” que como alquimistas intentaremos crear junto con ellos.
También me gustaría diferencia
entre “Prescribir y recetar” ya que son dos palabras que a menudo se
utilizan como sinónimos. Así, cuando hablemos de prescribir, estamos
refiriéndonos a recomendaciones de estilo de vida, previsiones de recaídas de
futuro, y actitud saludable, para que “la enfermedad” (el conflicto) no vuelva
a aparecer (reposo, ejercicio, dietas…
Por eso cuando hoy hablamos de
“recetar” por parte de los mediadores, me refiero a dar pautas de
comportamiento, instrucciones de uso de la mediación, en definitiva “documentar”
la prescripción del mediador, para lo que supone el tratamiento a seguir en un
conflicto.
Más claro aún: con la “receta”
vamos a prescribir, como será el proceso y el tratamiento, para que el “mediador”
pueda dispensar, como haría un farmacéutico, el “medicamento” según el tipo de
problema que se trae a la mesa de negociación.
La receta son las
instrucciones, la receta son los principios en los que se basa, la receta es la
sesión informativa una vez se realiza la exploración del problema.
Esa es la clave hoy en día
para nosotros.
Se habla de la necesidad de
impulsar la mediación en España, y que, para ello, quizás lo más importante es
poner la sesión informativa como obligatoria, decidiendo posteriormente
las partes si desean o no, ese tratamiento (si lo consumirán para su “dolor”),
pero se antoja fundamental elaborar una buena “receta”
Por eso, las cuestiones
polémicas que están surgiendo de incluir o no esa “obligatoriedad mitigada” en
la mayoría de procesos privados y los consejos prácticos se plantean y surgen
en relación a cómo dar cumplimiento a la receta de la mediación y cómo asegurar
su correcta utilización teniendo en cuenta que el mediador es el garante, es
decir, que avala la dispensación de este “medicamento”, según el caso que está
en sus manos.
Pero vamos a avanzar y pensar,
¿Cuáles sería los elementos de una receta?
Me atrevo a pensar en
primer lugar en un “El volante de instrucciones” para el paciente, para que
sepa de que se trata y los grandes beneficios de este “tratamiento” y sobre
todo que sepa como lo puede utilizar.
Que exista receta o no receta “mediadora”
supondrá el tan mencionado muchas veces, debate entre la mediación natural y la
mediación profesional. Ni que decir tiene que la mediación profesional siempre
con “receta”
Redacción de la prescripción. Cada
caso es un mundo y como artesano que somos, necesitamos que se pueda adaptar el
tratamiento al caso que observemos. Eso necesita de la “botica”, de los
boticarios, como antiguamente, porque la misma receta no sirve para distinto
caso.
Podemos decir que “el médico
prescribe, el farmacéutico suscribe” teoría y práctica de la mediación, van de
la mano ya que la receta “mediadora” debe incluir la forma de preparación del caso,
incluso la mínima cantidad de información que se requiere para una
prescripción.
Es necesaria también, la Identificación
correcta y completa, tanto de uno como otro paciente el sitio y el
momento o sesiones a seguir.
Eso nos llevaría en nuestra
receta, a la cantidad del fármaco a dispensar: una sesión, dos… un mes o dos de
tratamiento… cada caso es un mundo vuelvo a insistir
Por eso la enorme importancia
de nuestra formación como “médicos de las relaciones humanas”, porque es
necesario conocer plenamente este maravilloso medicamento, que no solo se
vale de pasión o emoción, sino de bases reales de formación exquisita para
poder ejercerla. Tenemos que dominar y conocer a la perfección este trabajo
que aunque flexible, está perfectamente estructurado.
-
Debemos saber seleccionar perfectamente que
este es el método adecuado al problema que recibimos y la dosis óptima para
trabajarlo
-
Tenemos que conocer momentos de toxicidad y
posibles efectos adversos en nuestros clientes si comenzamos una mediación y
hay reacción contraria a colaborar o actitud poco negociadora.
-
Debemos saber modificar el tratamiento si no se
da respuesta al proceso que pensamos, o aparecen efectos secundarios.
Y también quiero compartir
contigo querido lector o lectora que hay cuestiones muy importantes a tener en
cuenta al prescribir la mediación:
a.
¿Hay un diagnóstico adecuado?
b.
¿Es realmente necesaria la utilización de la
mediación?
c.
¿Se han definido cuidadosamente los objetivos a
conseguir en el proceso?
d.
¿Se ha realizado una historia completa del
asunto?
e.
¿Hay antecedentes de alergia o reacción adversa
como denuncias, querellas, demandas…?
f.
¿Se ha explicado la mediación claramente a los “pacientes”?
g.
¿Es probable que se genere dependencia al
fármaco y por tanto no se avance en el tratamiento o búsqueda de la solución?
h.
¿Hay un plan para revisar periódicamente?
Sea como fuere amigos, que importante es tener
claro que la prescripción de la mediación como método ideal a seguir según el
caso, requiere de una receta que prescribamos para una correcta aplicación al
conflicto.
Gracias querido Maestro siempre. Continuamos formándonos día a día a través de tu blog. Un abrazo.!
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