Por
Gabriela Paz Jara y Javier Alés
Tenemos
especial ilusión de poder transmitir lo que para nosotros es esta apasionante
profesión desde cualquier “orilla del Océano”, porque ya tras la
Pandemia no existen fronteras.
Y así
fue; Gabriela y Javier nos pusimos a escribir. Escribir en un “folio en
blanco”, donde queríamos reflejar lo que es para nosotros nuestros día a día
de mediar.
Gestionar
un conflicto, como nos gusta llamarla, no es fácil. No tenemos datos, no nos
conocen, tienen prisas y nosotros necesitamos paciencia. No saben por dónde
empezar y nos dicen… ¿Qué quiere que le cuente?, a lo que les contestamos,
aquello que piense que debo conocer y que sea importante para usted. Y
comenzamos.
¿Qué
es para ti, cuando medias, un folio en blanco?
En las
diversas profesiones u oficios en las que toca enfrentarse a un folio en
blanco, pareciera inevitable sentirse intimidado/a e incluso asustado/a por él.
En la
mediación no es la excepción y creo que hay que iniciar entendiendo que ese
temor es natural.
Cada
historia que hay detrás de un proceso de mediación representa un folio en
blanco para el mediador/a, y la historia que resulte luego de participar del
proceso de mediación, es la obra escrita en este folio, que ya no será blanco,
sino que estará colmado de tinta, con diversos matices y colores.
El
proceso de mediación nos ayudará tanto a nosotros/as como a nuestros/as
mediados/as a ir descubriendo sus historias, la de uno/a, la del otro/a y la
historia compartida entre ambos.
El
proceso de mediación nos debe permitir encontrar lo esencial para rescatar lo
positivo de la historia común. Es allí donde inicia nuestro trabajo de trazar
las primeras líneas sobre este folio en blanco, líneas que no deben ser
escritas tan solo por el mediador, si no que debemos lograr tomar el bolígrafo
en conjunto con nuestros/as mediados/as para que sean ellos/as los/as
protagonistas de su nueva historia. No debemos forzar la escritura, respetando
siempre la voluntariedad. Debemos ser cautelosos/as a la hora de la redacción
en nuestro folio, debemos evitar forzar a las partes o empujarlas a alcanzar un
acuerdo, eso nos podría llevar a verter toda la tinta sobre nuestro folio y
estropearlo.
Enfrentarnos
al folio en blanco es todo un desafío. Sin
duda que con la aplicación de las habilidades y destrezas de un mediador/a se
hace mas simple el trabajo. Sin perjuicio de aquello, creo que incluso el
mediador/a más experimentado no debiera dejar de sentir esa sensación de
incertidumbre e incluso temor al plantarse frente a un folio en blanco. Esta sensación nos pone en un estado de mayor
alerta, con los sentidos agudizados y la intuición mas a flor de piel.
En nuestra labor buscamos que el resultado de
esta historia sea un folio con nuevas líneas, escritas con tinta de esperanza,
que nos permita avanzar en la búsqueda de la pacificación de la sociedad. Sin
embargo, no debemos decaer cuando el folio resulte con un tinte desteñido, pues
los mediadores somos responsables del proceso de mediación, no así del
conflicto de las partes o del resultado del proceso.
Nuestra
labor se centra en poner a disposición de nuestros/as mediados/as un folio
deseoso de construir soluciones colaborativas, que les permita abordar el
conflicto de manera autónoma y responsable.
Pero
también queridos amigos, aquellos que vayáis a leer este post, podemos hablaros
para terminar de lo que llamaríamos el “síndrome del folio en blanco”.
Con esta frase nos referimos a aquellos mediadores, que al igual que los
escritores, se enfrentan a como comenzar una mediación; que hacer ante las
historias cruzadas de los mediados. Por eso podemos incluso bloquearnos, no
saber que preguntas utilizar o que dirección tomar, más apropiada para ir
creando esa historia alternativa que necesita “nuestro folio en blanco”,
nuestra mediación, que nos permita escribir el futuro tras el conflicto.
Por
eso nos atrevemos a decir, la enorme importancia que tiene para nosotros la
creatividad, porque es difícil ver cada caso como algo nuevo, y hacerles sentir
la importancia de cada punto, de cada renglón. Solo a través de ella, somos
capaces de ver más allá y pensar en la estrategia a seguir para rellenar los
siguientes “folios” en sus vidas, con sus aportaciones, con sus miedos, con sus
reconocimientos. Podemos perder la capacidad para crear nuevo material en este
proceso flexible y amoldable a sus situaciones.
Ante esta situación, no podemos más que
recomendaros, seguir una rutina, un mapa mental, que os permita tener
perfectamente estructurado como hacer una mediación. Sin olvidarnos que ellos
son los que nos dan el material para escribir una nueva página. Nos animará a
crear, un listado de preguntas, un calendario de temas a tratar o una selección
de material desechable según el caso.
Confía
en tu espontaneidad, que no está reñida, con el buen trabajo y preparación
previa, porque si nos faltan ideas quizás quiera decir que debemos
documentarnos o informarnos mejor sobre el conflicto o la cuestión de la que debemos
tratar, para ir rellenando ese folio en blanco.
Pablo
Picasso decía, “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte
trabajando”.
Muchas GRACIAS Gabriela y Javier ! Una joya este cofre ! Y como siempre es un placer leer tus post querido Javier. Un abrazo sin fronteras para ambos . María Celeste Trovato
ResponderEliminarMuy buena publicación Maestro,excelente enseñanza. Gracias a ambos.!!!!
ResponderEliminarExcelente publicación. Merece un desarrollo en extenso en un artículo de revista. Mis felicitaciones a ambos.
ResponderEliminarQue gusto leerles. Inspirador. Felicitaciones por los aportes de cada uno que hicieron de esta publicación un nuevo folio y un aporte a la reflexión!
ResponderEliminarCariños desde Temuco, Chile.