"La filosofía siempre
estuvo con nosotros y solo tenemos que tener en claro dónde está y cuándo
sucede", dice el filósofo Wolfram Eilenberger. Asi podemos decir que mucho
de lo que hacemos, trabajamos y provocamos en nuestros procesos como
mediadores, está velado por una filosofía de nuestra vida cotidiana.
Como decía el gran filósofo
Sócrates, yo mediador “no puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles
pensar". Por eso mi intención como profesional no es darles soluciones de
ningún tipo, no creo que yo sea nadie para entrar en sus vidas, pero si
hacerles pensar y que vean la luz a su problema mediante el debate y sus
propias reflexiones, no a partir de una propuesta impuesta. La única función del
mediador, sería la de quitar el velo que cubre la posibilidad de acordar una
solución a su problema.
La presencia de la filosofía
en nuestra vida cotidiana es más común de lo que creemos. Todos tenemos una
filosofía de vida, está implícito en nosotros, con ideas muy generales de
quienes somos, lo que queremos, quienes son los otros, porque otros y no yo y
como serán las acciones en el futuro si venimos de un conflicto vivido en
pasado. Por eso no pensemos en la filosofía como algo a estudiar sino mas bien
como una forma de vivir.
No solo tenemos los mediadores
que saber preguntar, sino también saber preguntarnos. La filosofía está en
nosotros y solo tenemos que tener claro cómo lograr que atraviese nuestro
trabajo y nuestra forma de vivir y de alguna forma nuestra filosofía impregna a
nuestros mediados, casi en una labor educativa.
Así también me gustaría
referirme al estoicismo, la filosofía de 2.000 años de antigüedad que se usa
para sobrevivir al caos y preguntarnos, preguntarles ¿Estamos seguros que con
la mediación todo estará bien?, ¿Cómo sabes que estás seguro con las decisiones
a tomar? ¿Existen las razones del conflicto?, ¿Hay algún antecedente que
funcione como guía para lo ocurrido?
Cuando trabajamos en
mediación, es porque surgió un momento de crisis. La crisis siempre es un buen
momento para la filosofía porque se trata de los conceptos más básicos que
conducen nuestras vidas. Cuando hay confusión, angustia de ánimo, con las
inseguridades en torno al problema, ocurre que aquello que conduce nuestra vida
y la vida de los mediados, se tambalea, ya no sirve o se destruyen delante de
nuestros ojos. Entonces es un buen momento para la filosofía.
Y tiene que ver, sobre todo, con
el hecho de que la gente entiende que las relaciones y acciones que les llevó
al conflicto no son sostenibles. Hay algo fundamental y es que tiene que ser
repensada nuestra vida, para ver una oportunidad donde hay un problema.
Si miramos la historia, desde
los griegos con la democracia en Atenas y Sócrates, los cambios siempre se sucedieron
cuando la sociedad estaba en crisis. Por eso la filosofía, nuestra filosofía de
vida, nos puede ayudar a entender que pasó y sobre todo que hacer. Básicamente
porque gracias a la filosofía clarificamos los conceptos en el conflicto: sobre
la libertad de cada uno de decisión, lo que consideran justo o equitativo e
incluso la importancia del acuerdo estable y duradero y pensar que puede estar
bien o mal.
Pensamientos que dan lugar a
acciones y por tanto a soluciones.
Conseguir que, en plena
crisis, pronunciemos la frase “nunca lo pensé de ese modo” o “jamás lo vi de
esa manera”, nos hace crecer y sobre todo avanzar en búsqueda de soluciones,
consensuadas, que respeten las diferencias. Por eso me atrevo a decir que la
filosofía abre horizontes. Vuelve a describir su mundo con el cómo puede ser a
partir de ahora, aprovechando el presente y no de cómo es a través de utopías.
Los que de verdad saben de
filosofía, los filósofos, dicen que nuestra felicidad y bienestar no depende de
las cosas que podemos comprar o perder, sino que se acerca a lo que es un
bienestar personal, a la paz con el otro y con uno mismo.
Por eso yo me preguntaría,
¿podemos los mediadores convertirnos en filósofos? O ¿somos todos filósofos de
alguna forma? Pues pienso que si, porque cualquier debate, diálogo,
conversación, comunicación afectiva o asertividad que es nuestra “herramienta”
de trabajo en mediación. Pregunta y que te pregunten, ahí es donde la verdadera
filosofía comienza a brindar oportunidades, conseguir que las partes saquen la
basura de su mente y sean capaces de ver más allá.
Y para terminar espero haberte
dejado pensando querido lector, porque son muchas las citas famosas que
podríamos debatir y su valor en nuestra profesión, que nos ayuda a entender qué
es la filosofía.
Solo algunas:
Victoria Camps, decía “El
papel de la filosofía y de los filósofos en la sociedad de hoy es ayudar a
hacer preguntas, plantear correctamente los problemas, dar razones de las
decisiones que hay que tomar. En pocas palabras, ayudar a pensar”.
Y mi reflexión es, ¿no es eso
lo que hacemos en mediación?
Emilio Lledó, dice “La
filosofía fue fruto de una curiosidad de los seres humanos al tomar conciencia
de que podían pensar el mundo y decirlo; al darse cuenta de que las palabras
significaban cosas, ideas, sentimientos, deseos; una forma de amor por
interpretar lo que vivíamos, por entender la historia, que consistía en ver y
dar testimonio. La filosofía fue desde sus comienzos una apertura hacia el
futuro de la vida”.
¿Os parece que este sea
nuestro trabajo como mediador?, basarnos en el futuro y no en lo que pasó
Michael J. Sandel, dice “Lo
que me atrajo de la filosofía no fue su abstracción, sino su carácter
ineludible y la luz que arroja sobre nuestra vida cotidiana. Entendida de esta
manera, la filosofía pertenece no solo al aula, sino a la plaza pública, donde
los ciudadanos deliberan sobre el bien común”.
Asi, deliberar, debatir,
comunicar, entender, todo es mediar
Y Marina Garcés, nos indica
que “La filosofía es una práctica de vida que desplaza los límites de lo que es
visible y pensable en cada tiempo y para cada contexto histórico y social, a
partir de la pregunta por una verdad que debe ser buscada con el pensamiento”.
Solo a través del pensamiento
consciente podremos llegar a la solución
Por último, Javier Gomá, nos
lleva a “La ‘filosofía mundana que es la que es capaz de decir algo al corazón
de la persona que vive de una manera consciente, alguien con sensibilidad hacia
el mundo, hacia el problema”
Queridos amigos no puedo decir
para termina mas que, la filosofía es gimnasia de las emociones, de los
sentimientos, de las posiciones, para llegar a intereses y necesidades, pero necesita
también de mucha práctica.
Y no olvidéis nunca seguir
pensando, que la mediación puede ser una filosofía de vida
Tal cual tú lo dices Maestro, la filosofía, como parte en nuestro pensamiento, es la vida en la mediación.Gracias por explicarnos de forma tan sencilla y educativa. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones. Me quedo con tus reflexiones, no sólo para mejorar como Mediador sino para aplicarlas a mi práctica diaria como psicólogo
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