No se nos olvida, que en
mediación, nuestra principal misión es saber traducir mensajes y otorgarle
el valor que merece a la palabra. Nos encontramos ante personas que por una
u otra razón, ante el conflicto, hablan “idiomas” distintos y no por ello están
abocados a no entenderse.
Por eso hoy pensando en el
valor de la palabra y el poder de los mediadores como traductores de sus
mensajes, intenté buscar el origen de tan laborioso trabajo, en nuestras mesas
de negociación, adentrándome en la comunicación y el origen de las lenguas, que
si no me equivoco, están en la base de la famosa leyenda bíblica de la torre
de Babel.
Desde el origen de los
tiempos, uno de los principales problemas, que ha tenido el hombre ha sido la
incomunicación con el otro. Esa incomunicación, por diferentes lenguas, diferentes
culturas y diferentes mensajes hace muchas veces, que el conflicto derive de su
falta de comprensión, al igual que la leyenda que llevó a la imposibilidad de “construir
aquella torre que les acercara a Dios”
“Cuenta la leyenda que
inicialmente en la tierra se hablaba un único idioma y que todas las personas
se entendían”. Fue entonces cuando los hombres de la
tierra emigraron desde Oriente y llegaron a un lugar que bien pudiera ser
Babilonia, para establecerse y allí decidieron construir una torre para ascender
al cielo, algo que enojó a Dios y por ello, decidió crear distintas lenguas
para que no pudieran entenderse y traducir los mensajes y por tanto no continuaran
con aquella labor “faraónica” de construir la Torre de Babel. Así el Señor
pidió a sus ángeles que bajaran a la Tierra y confundieran el idioma
de los babilonios
Pero… ¿fue real la leyenda?
Como todo lo que rodea a la religión, tan solo podemos decir que la torre de
Babel aparece en la tradición cristiana, pero sorprende que también se
mencionara en algún caso en la tradición griega o en algunas tribus de áfrica. Por
eso determinados autores, opinan que la torre de Babel pudo ser una
construcción real de la antigua Babilonia.
A lo que a nosotros respecta,
mediadores, la torre de Babel representa la difusión de las diversas lenguas
que se hablan en el mundo y el inicio de algo tan importante para los humanos
como la comunicación y por tanto, la confusión de la lenguas. Pero como bien
sabemos en mediación, la confusión implica la posibilidad de volver a aprender,
de las cenizas de un conflicto, se pueden superar las diferencias y eliminar el
odio. Solo así podrá superar la confusión y aprender un nuevo idioma que lo
identifique con el prójimo. Ese nuevo idioma es el que se trabaja en mediación:
un nuevo espacio de comunicación donde “ambas lenguas” comparten un fin común,
el acuerdo y para ello somos nosotros los mediadores, los traductores.
El relato de la Torre de Babel,
es del libro del Génesis en el Antiguo Testamento, pero encontré otras
leyendas y asi por ejemplo en américa, existe un relato acerca de un “hombre
llamado Coxcox y una mujer llamada Xochiquetzal, que luego de naufragar juntos
encima de un trozo de corteza de árbol, llegaron a tierra firme y engendraron
muchos hijos. Sin embargo, esos hijos no podían hablar hasta que un día llegó
una paloma que les otorgó el don del habla, pero en diferentes idiomas y de
igual forma no se podían entender.
O, por seguir con la historia,
en un pueblo bantú de África, tienen una historia acerca del principio de
los pueblos de la tierra. Así se cuenta que existía un solo idioma, pero que
durante una severa hambruna la locura hirió al pueblo, haciendo que la gente
vagase hacia todas direcciones, farfullando palabras extrañas y dando forma a
los diferentes idiomas.
Y de nuevo vuelvo a
reflexionar, ¿no es eso lo que vemos en mediación? La locura por lo ocurrido
(leyenda africana), la aparición de la paloma, que para los mediadores significa
paz (leyenda americana), yo creo que si.
Confusión. Esa
es la palabra que define lo que nos encontramos cuando deconstruimos un
conflicto y de ahí surge nuestro apasionante trabajo como “traductores” y ser
el eslabón invisible entre las personas, lenguas y culturas.
Por eso dicen los expertos que
“desde tiempos inmemoriales, el hecho de conquistar un territorio llevaba
también consigo la necesidad de imponer la lengua del dominador sobre el
subyugado”. Eso hacía que conquistador y conquistado necesitaban entenderse y
no ya solo la barrera lingüística sino la costumbrista, lo que hacía necesario
un “proceso de mediación”.
Los mediadores al traducir,
para que el proceso no se convierta en una “torre de babel” necesitamos no solo
la traducción literal de los mensajes, sino una paráfrasis que consigue
poner el mensaje en espacio y tiempo. Adecuamos los mensajes para encontrar
puntos de unión, que nos permita viajar en el diálogo, abandonando la discusión.
El término traducir no es
bien interpretado y muchas personas desconocen la diferencia entre traducción e
interpretación. Por eso la
traducción es el acto de cambiar del idioma en el que se recibe el
mensaje, a un idioma que necesita conocer el mismo. Por eso, no significa que
se va a traducir literalmente palabra por palabra. Si se traduce palabra
por palabra el mensaje final no tendrá sentido. Es importante traducir con el
significado que el autor del mensaje original quería darle. Cada idioma
es diferente y por eso la traducción literal no funciona en este caso. Por
eso los mediadores somos “traductores”, capaces de conectar dos realidades distintas
ante un problema.
Y como nuestro trabajo
consiste en hacerles acreedores del éxito que alcancen de llegar ab un acuerdo,
un buen traductor, un buen mediador es el que se puede mantener invisible ante
los ojos de los mediados tras su labor de traducción. Nos permite resolver
problemas que surgen al no conocer “otros idiomas”, de la torre de babel, que
es el conflicto. No lo olvides nunca querido lector.
La traducción nos ha hecho la
vida más fácil y ha permitido que el mundo se haga más pequeño. Acerca a
las personas que viven distintas realidades y por eso los mediadores ayudamos a
una comunicación fluida.
Así es querido Maestro, nuestra tarea debe ser invisible para lograr desde la confusión un nuevos relato que aclere el conflicto. Gracias siempre por tu constante formación y capacitación para los mediadores.!!
ResponderEliminarGracias Mary por tus palabras
ResponderEliminarASI ES JAVIER SIEMPRE HAY QUE DESPOJAR DE AGRESIVIDAD EN EL VOVABULARIO Y TRAMITIRLO CON FALTA DE VIOLENCIA
ResponderEliminarExcelente artículo.
ResponderEliminarYa escribía Antonio de Nebrija en su prólogo a la Gramática de la Lengua Castellana en 1492
"Cuando bien comigo pienso, mui esclarecida Reina, i pongo delante los ojos el antigüedad de todas las cosas, que para nuestra recordación y memoria quedaron escriptas, una cosa hállo y: sáco por conclusión mui cierta: que siempre la lengua fue compañera del imperio; y de tal manera lo siguió, que junta mente començaron, crecieron y florecieron, y después junta fue la caida de entrambos."