Sabéis quienes me leéis habitualmente, que me gusta mucho profundizar en
la raíces de la mediación, hacer de lo sencillo algo extraordinario y no solo
aprender mediación, sino comprender la mediación.
Por eso siempre que pienso en mi profesión, intento conocer la “literatura”
de la misma, la ciencia. Y siempre me encuentro con algo inequívoco, el llamado
«arte de la expresión verbal», teniendo en cuenta que nos
referimos a nuestra gran herramienta, el llamado poder de la palabra y que por
tanto nos servimos de ella para negociar. Palabra que abarca tanto textos escritos
(literatura escrita) como hablados (literatura oral).
Y de esa necesidad de comunicación, de esa “literatura” en nuestro
trabajo, me gustaría llevaros al diálogo, algunas veces como debate, otras como
discusión, en algunos casos con el detonante de la argumentación y siempre
dentro de un discurso.
Pero… ¿nos hemos parado los mediadores a pensar en que tipo de diálogo
nos encontramos?
Si es un discurso o exposición, debiera consistir, en la presentación
ordenada por parte de cada mediado de sus ideas, pensamientos o conocimientos
sobre el conflicto y lo ocurrido, con el fin de tratar de informar o convencer de
su posición, así como de cuestionar otras ideas sobre el problema expuesto.
Si por el contrario nos encontramos ante un debate entre los mediados,
tenemos que tener claro que en nuestro trabajo vamos a conseguir un intercambio
de opiniones entre ellos, sobre el problema y nuestro rol se convierte en una
especie de moderador. Este tipo de comunicación oral nos permite tratar
cualquier asunto a través de la confrontación de diferentes posturas, los
conocimientos y las opiniones de los interlocutores, que ejercen en ambos casos
los papeles de emisor e interlocutor. El debate es oposicional. Dos partes se
oponen entre sí, intentando probar que el otro está equivocado. Una parte
escucha a la otra para encontrar fallas y contra-argumentar.
Y todo, porque en el debate se reafirma los propios puntos de vista de
los participantes, se defiende los presupuestos como verdades, se induce a la
crítica de la posición del otro y se defiende la propia posición como la mejor
solución y excluye otras.
Por el contrario la discusión, nos lleva a un punto álgido de debate,
donde las partes en conflicto, principalmente exponen sus posturas, pero no
escuchan la postura del otro. ¿sería bueno no permitir este tipo de diálogo?. A
quien dice que automáticamente para como mediador, la discusión entre los
mediados, y hay quien por el contrario, permite, siempre que no haya “agresión
verbal” que pueda surgir, porque con ello y tras ello, los mediados se dan
cuenta de la necesidad del cambio de actitud, porque esa situación es la que
les llevó a estar ante nosotros los mediadores y es más útil que callarles
desde el primer momento.
También me gustaría, querido lector, que la discusión tiene sinónimos
que pueden significar disputa, altercado, desavenencia, disentimiento, polémica
o controversia. Palabras que los mediadores conocemos muy bien.
Y por último me gustaría descender al concepto más útil en mediación: El diálogo.
Lo entiendo así porque, es una manera de comunicación verbal o escrita en
la que se comunican dos o más personas en un intercambio de información,
alternándose ese papel de “emisor y receptor”, pero teniendo en cuenta lo siguiente:
Para que se produzca el diálogo, es indispensable un intercambio de
papeles entre los denominados interlocutores. Este
cambio de papeles entre emisor y receptor se denomina turnos de
palabra o intervenciones,
que moderamos nosotros, los mediadores
Estrictamente el diálogo es oral, pero también puede encontrarse y se
utiliza con signos no verbales, la llamada comunicación no verbal de la que
tanto os he hablado en otros post y que son los signos paralingüísticos y
los signos cinésicos.
Entre los signos paralingüísticos destaca la intensidad de la voz, y entre los
signos cinésicos destacan los gestos y las posturas.
No olvidemos que el diálogo necesita de tres características claras:
- - Una alternancia de la réplicas a la
exposición de cada parte, llamado refutación
- - Un intercambio de información entre las
partes.
- - Cohesión y coherencia en las exposiciones de cada uno
De ahí que vuestra principal herramienta sea el diálogo.
Por eso no olvidemos que tipo de diálogo según el caso que atendemos, es
el ideal entre nuestros mediados, ya que existen diferentes clases de diálogos:
- - Un diálogo espontáneo. Aquellos que no están
pactados previamente, es un diálogo improvisado, libre y amistoso.
- - Un diálogo organizado, son aquellos que sí están pactados previamente. Asi podemos reconducir los diferentes conceptos
En un debate, un grupo de personas discuten un tema del conflicto que
traen a la mesa y nuestra finalidad como mediadores, es respetar el orden del
turno de palabra y su duración. Aquí es donde surge muchas veces la necesidad
de un portavoz si los mediados o alguno de ellos son varias personas las
implicadas en el conflicto.
Tras el debate, en la discusión, los mediadores somos quienes proponemos
los temas y cedemos la palabra a los participantes.
Por último, ante la necesidad en un proceso de caucus o reuniones
individuales, el diálogo es formal, cuya finalidad es conseguir información de
interés sobre el problema, el punto de vista del mediado, su postura e interés.
Se hace el uso de preguntas y respuestas
Queridos amigos, no olvidéis nunca la necesidad de dominar el discurso,
el diálogo, el debate y la discusión, os hará mejores mediadores.
Interesante la perspectiva del debate y la discusión sin duda grandes herramientas en el proceso comunicacional.
ResponderEliminarGracias Cinthia, son conceptos claros, pero que cuando los mezclamos muchas veces confundimos. Un abrazo
ResponderEliminargracias Maestro.!!!!! Cuán importante la claridad del diálogo y la comunicación.!!!!
ResponderEliminarResalto la idea de dominar el discurso, para dar lugar al dialogo, que importante es tomarnos del tiempo justamente en el discurso de apertura y crear las atmósfera aunque estamos a distancia para lograr la confianza y tranquilidad suficiente para que los mediados puedan empoderarse y sentirse relajados para expresar sus posturas, con respeto y tranquilidad de que tendrán todos el tiempo necesario para hacerlo. Aquí es cuando la mediación se toca con el arte....
ResponderEliminarMillones de gracias,a perfeccionar las técnicas de comunicación,toca!!Bonito martes.
ResponderEliminarDiscurso, dialogo, debate... son nuestras herramientas
ResponderEliminarMe encantaron las distinciones que hiciste Javier!! Gracias por generar estas cercanías y encuentros entre estás herramientas!!! ☺️ Abrazos gratos!!
ResponderEliminarMe encantaron las distinciones que hiciste Javier!! Gracias por generar estas cercanías y encuentros entre estás herramientas!!! ☺️ Abrazos gratos!!
ResponderEliminarInteresantísima reflexión. Muchas gracias, Javier! Un saludo desde Galicia!! Marisa Peña
ResponderEliminarGracias Nora, Marisa, Sumaya, Mary, Cinthia es un lujo que estéis ahí y vuestra opiniones. Un abrazo
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