Es posible que nos pongan ya la vacuna, en muchas partes del mundo. Que si será
la de Pfizer, la de Moderna, o quizás de Astrazeneca o la Sputnik. Nunca habíamos
hablado tanto de ellas. Que si tienen una efectividad del 90 por ciento, que si
esta otra no está probada en los mayores de 55 años. Que inseguridad nos
produce tantas noticias, ya que todos nos hemos convertido estos meses en epidemiólogos.
Días, meses y los que están por venir, donde solo se habla de vacunas. En
mis conferencias siempre aposté por esa gran vacuna que es la Esperanza, pero
¿existe una vacuna para nuestras emociones? Creo que hablar de la inteligencia
emocional nos ayuda, pero sobre todo, que los mediadores consigamos que esa Pfizer,
astrazeneca…sean la empatía, la asertividad, la comprensión, la vuelta a los
valores humanos… la resiliencia.
Una vez leí que los psicólogos adoptaron esa expresión de resiliente de la
física, ya que en ésta, existe la capacidad de determinados materiales de
volver a lo que era su forma original, después de que sobre ellos se ejerciera
una gran presión. Por ello los psicólogos se refieren con la palabra “resiliencia”
a la capacidad de las personas para volver a un estado de ánimo positivo
después de haber sufrido una fuerte presión emocional como una enfermedad
grave, la pérdida de un ser querido, un conflicto vivido o como ocurre
actualmente, a una pandemia imprevista que nos ha vuelto irascibles, obstinados,
desconfiados. Creo que fue Ghandi quien dijo que “no podemos evitar el dolor
(el conflicto diría yo), pero si el sufrimiento que ello produce”
Por eso me atrevo a pedir una vacunación masiva de nuestras emociones y
conseguir que lo negativo sea una oportunidad para crecer, tenemos que aceptar
lo que nos está ocurriendo, pero intentar por otro lado disfrutar con los
distintos proyectos que podemos emprender a partir de ahora, una vez nos “vacunemos
de nuestras emociones”. Así he podido ver en estos días, la cantidad de
videoconferencias que nos han unido a compañeros a los que jamás hubiéramos
accedido si no llega a ser por nuestro confinamiento. O los artículos y libros
que han surgido con ocasión de haber tenido tiempo para leer y escribir.
Pintores que no tenían tiempo para expresar su arte, se han encerrado en su
estudio para crear su versión artística de lo que estamos viviendo. Padres y
madres que se han ingeniado en la pandemia para entretener y divertir a sus
hijos, jugando horas y horas, incluso reinventando juegos antiguos.
Profesionales que se han afanado gracias a las redes a seguir formándose
on-line y así conseguir lo que vienen persiguiendo desde hace tiempo para su futuro.
Estamos viviendo no solo una pandemia sanitaria sino en todo caso, una
pandemia emocional, esta pandemia debe acabar con el “vampiro emocional”, aquel
que está cerca de nosotros y que lo ve todo negro.
Creo que podemos conseguir desde la mediación y con los mediadores, una
desescalada emocional, hasta el punto de que la segunda, la tercera, la cuarta
ola sea de optimismo,
Por eso no quiero dejar de pensar que una vacuna, no es más que construir
un “escudo” ante padecimientos concretos. Para ello se fabrica y conseguir eso
que oímos todos los días de generar inmunidad o producir anticuerpos.
Pero, termino mi post, ¿Cómo
se vacuna uno emocionalmente? Pues además de la mencionada resiliencia, no cabe más que
sacar del cajón de nuestra vida, para “vestirnos” de la felicidad que nos puede
dar, practicar la humildad, la bondad, la generosidad, el esfuerzo, la
confianza, el perdón, el sacrificio, la aceptación, la honestidad…
Y por supuesto no te olvides, que quien elabora esa vacuna no es ningún
laboratorio, sino, tú mismo querido lector
Un sinfín de emociones provocadas al leer este post. Excelente aporte Dr. y gracias siempre por hacernos ver la vida con todos sus matices. Saludos desde México, dedde mi bello Tabasco.
ResponderEliminarCuantas palabras y emociones positivas surgen en este post, donde nos haces ver todo lo bueno que ha pasado en este difícil año.... cada parágrafo está cuidadosamente elegido para que cada uno de nosotros se identifique....Un bálsamo de esperanza que espero que "vacune" a todos sin excepción. Simplemente gracias 🙂
ResponderEliminarFelicidades DR. JAVIER muy certero y siempre encuentra las palabras adecuadas para hacernos sentir menor
ResponderEliminarComo dice DR. todos hablan de muchas cosas, pero no de la inteligencia emocional que ha influido en todos de una u otra manera y considero que es importante poder trabajar en ese sentido.
Gracias por la vacuna 🤗
Gracias Javier por esa vacuna llamada esperanza que nos ayuda creer que el mañana será mejor y superemos las dificultades de hoy🤗
ResponderEliminarJavier es verdad ,ser más positivo ,crecer día a día emocionalmente ,tengo que rendir npsra mediadora ,te escribo de Córdoba. Argentina,!!! Saludos y una buena vida mental y emocional!!
ResponderEliminarAsí es Maestro, sólo cada uno de nosotros sabemos si deseamos la vacuna de la felicidad, cómo personas y como mediadores. Vayamos todos por una inmunidad de rebaño llamada " Decidimos ser felices.", Gracias Javier por hacernos reflexionar. Continúas formándonos incansablemente.
ResponderEliminarQuerido gran Maestro DRUIDA, gracias por este espacio de reflexión...
ResponderEliminarEl MIEDO paso a ser la emoción más limitante en estos tiempos, a muchos logró paralizarnos... pero debemos regresar a nuestra esencia del AMOR, primero a nosotros mismos y más como mediadores no podemos ser referentes efectivos si la Resiliencia no nos acompaña... por eso primero nuestra armadura para poder abrirnos a la sociedad e impregnarla con valores y virtudes que NOS HUMANICEN en ese encuentro convocante y reconfortante del PROTAGONISMO.
Día a día, con nuestro alito de respiración "celebrar la vida" teniendo en cuenta que se conectan íntimamente PENSAMIENTOS, SENTIMIENTOS Y EMOCIOMES...
Sostengo que somos en esencia Espíritu Trinitario: AMOR, ENERGÍA E INTELIGENCIA.
Muchas gracias por tú SINERGIA GRAN MAESTRO
Podríamos dudar si nos vacunamos o no contra el COVID, tratando sin conocimiento real alguno, de jugar de epidemiólogos...
ResponderEliminarpero si hay algo que los que amamos la mediacion y vivimos para ella tenemos claro, es que nuestras emociones tienen que estar protegidas!!
Esta vacuna que propones, querido maestro Javier, es indispensable para mantener viva la Esperanza !! Es el antídoto en el que cada día debemos sumergirnos para repelar las malas noticias y cómo bien dices ahuyentar esos vampiros emocionales que nos roban energía . Gracias por recordarnos lo verdaderamente importante y por compartir generosamente la “fórmula” ya probada por ti, de la vacuna para el alma 🌟 💉💝
Que gran ejemplo Javier ! Esta vacuna emocional debería ser obligatoria vas mes y me atrevo a decir cada semana ! Yo me vacuna el año pasado consiguiendo lograr la resiliencia, mis vacunas fuéramos encontrar en tanta gente como.vos la.esperanza y la.motivación para seguir aprendiendo , para disfrutar de lo amo, la mediación , para empezar a caminar juntos con grandes persona el camino a grandes sueños, mi vacuna fueron Uds maestros! La esperanza ,los sueños renovados, la solidaridad, la alegría de encontrar mi lugar en el mundo ,por que así lo siento, mi lugar en la construcción de un camino fértil para sembrar la.semilla de la paz y cuál fue el químico de base para esto ? Partí de la pregunta cómo puedo ayudar ? GRACIAS por estos cofres maravillosos !!! Maria Celeste Trovato
ResponderEliminarGracias estimado Maestro Javier Ales, que gran reflexión, y si, coincido totalmente, nos debemos vacunar cada día de positivismo, de ánimo, de esperanza, de buscar y trabajar a cada instante en buscar en nuestro interior la mejor version de nosotros mismos, es un doble compromiso conseguirlo nosotros como mediadores, pues tenemos el deber de dar testimonio, cada dia, cada momento y con ello generar paz.
ResponderEliminarAmigos, que alegria leeros y vacunemos nuestras emociones para que nunca "enfermemos" en esta maravillosa profesión
ResponderEliminarSimplemente fantástico javier. Muchas gracias, una vez mas cabe la reflexión de este articulo en su totalidad, pero el último párrafo, tenemos que grabarlo en nuestro interior. Felicitaciones querido javier.
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