martes, 15 de septiembre de 2020

UNA VACUNA la mejor maestra, para la peor experiencia

 

UNA VACUNA la mejor maestra, para la peor experiencia

Hoy más que nunca toca construir. Construir oportunidades, construir confianza y construir un nuevo futuro, para todos aquellos que lo están pasando mal y aquellos que viven en conflicto. Para ello lo que más necesitamos es solidaridad y cohesión. Para los mediadores lo cierto es que cuanto más incierto es el futuro, más claro vemos el camino.

Es en las peores situaciones es cuando dicen que más crecemos. Pero lo que realmente estamos buscando, probando, esperanzados, es en encontrar esa vacuna que nos aleje de la “enfermedad”, que nos proteja ante la maldita pandemia que asola el mundo.

Y por eso hoy, como experto en la gestión de conflictos, me pregunto ¿qué vacuna necesitamos? ¿cómo es una vacuna?, ¿servirá? No solo para la salud, sino para el alma…

Dicen que una vacuna es una preparación destinada a generar una inmunidad ante una enfermedad, produciendo o estimulando lo que los expertos llaman anticuerpos.  Por ello, una vacuna contiene un agente que se asemeja a un microorganismo causante de la enfermedad, que estimula nuestro sistema inmunológico del cuerpo a reconocer al agente como una amenaza, destruirla y guardar un registro del mismo, de modo que el sistema inmune puede reconocer y destruir más fácilmente cualquiera de estos microorganismos que encuentre más adelante.

Hay que decir que de igual forma se está buscando una vacunación masiva, ya que​ a efectividad de las vacunaciones ha sido ampliamente estudiada y confirmada; gracias a ello se ganó la batalla a enfermedades la varicela, la viruela, el sarampión y así hasta un total de unas 25 infecciones.

Pero me quiero centrar querido lector en el desarrollo de esa inmunidad, porque me gustaría como sabéis, compararla siempre con nuestro trabajo de mediador, que nos ayuda a comprender que hacer, cómo hacerlo y cuando hacerlo. Conseguir la inmunidad consiste en reconocer gracias a la vacuna los agentes de la vacuna como extraños, destruyéndolos y recordándolos. Cuando una versión realmente nociva de la infección llega al organismo, el sistema inmunitario está ya preparado para responder:

1.   Neutralizando al agente infeccioso antes de que pueda entrar en las células del organismo (comprobando el respeto al otro aunque no lo compartas) y

2.   Reconociendo y destruyendo las células que hayan sido infectadas, antes de que el agente se pueda multiplicar en gran número (consiguiendo que “los trapos sucios se laven en casa”)

Es por ello, que cuando alguien en conflicto, acude a nuestro proceso de “vacunación”, busca la inmunidad en el futuro de lo que ellos llaman “problema” y que nosotros vemos como “infección”.

Desde ese preciso instante, empezamos a entrenar el alma de cada “infectado” en el gimnasio de las emociones, porque la vacuna que tenemos los mediadores consigue que no almacenes basura en tu mente, ya que esta afectaría a la eficacia de la misma, y tenéis que saber “tirarla” o “reciclarla”, pero nunca acumularla. Es por eso que me gusta decir que las cosas, lo que te suceda, tiene la importancia que tu le des.

Solo te digo, querido amigo que en este proceso de “vacunación” que supone mi trabajo podremos viajar al pasado o al futuro si tu quieres, pero cuando regresemos, vive intensamente el aquí y ahora, para conseguir que “la peor experiencia se la mejor maestra” (Kovo).

Javier Alés

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