UNA VACUNA la mejor maestra, para la
peor experiencia
Hoy más que nunca toca construir.
Construir oportunidades, construir confianza y construir un nuevo futuro, para
todos aquellos que lo están pasando mal y aquellos que viven en conflicto. Para
ello lo que más necesitamos es solidaridad y cohesión. Para los mediadores lo
cierto es que cuanto más incierto es el futuro, más claro vemos el camino.
Es en las peores situaciones es cuando dicen que más crecemos. Pero lo que
realmente estamos buscando, probando, esperanzados, es en encontrar esa vacuna
que nos aleje de la “enfermedad”, que nos proteja ante la maldita pandemia que
asola el mundo.
Y por eso hoy, como
experto en la gestión de conflictos, me pregunto ¿qué vacuna necesitamos? ¿cómo
es una vacuna?, ¿servirá? No solo para la salud, sino para el alma…
Dicen que una vacuna es
una preparación destinada a generar una inmunidad ante una enfermedad,
produciendo o estimulando lo que los expertos llaman anticuerpos. Por ello, una vacuna contiene un agente que se
asemeja a un microorganismo causante de la enfermedad, que estimula nuestro
sistema inmunológico del cuerpo a reconocer al agente como una amenaza,
destruirla y guardar un registro del mismo, de modo que el sistema inmune puede
reconocer y destruir más fácilmente cualquiera de estos microorganismos que
encuentre más adelante.
Hay que decir que de igual
forma se está buscando una vacunación masiva, ya que a efectividad de las
vacunaciones ha sido ampliamente estudiada y confirmada; gracias a ello se ganó
la batalla a enfermedades la varicela, la viruela, el sarampión y así hasta un
total de unas 25 infecciones.
Pero me quiero centrar querido lector en el desarrollo de esa inmunidad,
porque me gustaría como sabéis, compararla siempre con nuestro trabajo de
mediador, que nos ayuda a comprender que hacer, cómo hacerlo y cuando hacerlo.
Conseguir la inmunidad consiste en reconocer gracias a la vacuna los agentes de
la vacuna como extraños, destruyéndolos y recordándolos. Cuando una versión
realmente nociva de la infección llega al organismo, el sistema inmunitario
está ya preparado para responder:
1.
Neutralizando al agente infeccioso antes
de que pueda entrar en las células del organismo (comprobando el respeto al
otro aunque no lo compartas) y
2.
Reconociendo y destruyendo las células
que hayan sido infectadas, antes de que el agente se pueda multiplicar en gran
número (consiguiendo que “los trapos sucios se laven en casa”)
Es por ello, que cuando alguien en conflicto, acude a nuestro proceso de “vacunación”,
busca la inmunidad en el futuro de lo que ellos llaman “problema” y que
nosotros vemos como “infección”.
Desde ese preciso instante, empezamos a entrenar el alma de cada “infectado”
en el gimnasio de las emociones, porque la vacuna que tenemos los mediadores
consigue que no almacenes basura en tu mente, ya que esta afectaría a la eficacia
de la misma, y tenéis que saber “tirarla” o “reciclarla”, pero nunca
acumularla. Es por eso que me gusta decir que las cosas, lo que te suceda,
tiene la importancia que tu le des.
Solo te digo, querido amigo que en este proceso de “vacunación” que supone
mi trabajo podremos viajar al pasado o al futuro si tu quieres, pero cuando
regresemos, vive intensamente el aquí y ahora, para conseguir que “la peor
experiencia se la mejor maestra” (Kovo).
muchísimas gracias Javier.!!!!
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