Hace ya algunos
años, vino a mi consulta de mediador una familia, parecía bien avenida, de impolutos trajes, y
sonrisa franca la de todos sus miembros, pero lo más sorprendente es que eran
diecisiete los hijos de la familia, cada uno aun siendo de la misma familia,
con distintos rasgos, e incluso diría más, con distintas características.
Recuerdo que uno era muy alegre, divertido, otro concienzudo y de apariencia
tosca, la más joven se manifestaba ecologista y asi hasta contarlos a todos.
Pero los padres se encontraban muy preocupados, sobre todo con uno de ellos,
quizás porque había llegado la hora o quizás no. Quizás porque ya no comulgaba
con su forma de educar, o quizás porque tras comenzar a trabajar hace ya años,
pensaba que era el momento de independizarse.
Les pedí que
abrieran su corazón, que explicaran el porque de sus posiciones: Para los
padres no era el momento, para el hijo, a quien miraban de reojo todos los
demás, había llegado la hora de irse de su casa.
Todos eran
consciente de esa “fractura” pero puedo decir que no lo eran de que sus
relaciones continuarían en el tiempo y eso les llevaba inexorablemente a tener
que sentarse a hablar. Cuando alguien es de una misma familia, y aun cuando ya
no vuelvan a vivir juntos, con independencia económica, creando tu propia
familia, o incluso tus propias normas en casa… olvida que a lo largo del tiempo
tendrán que encontrarse.
¿Cómo ayudarles para pasar mejor esta
transición?. Recuerdo que les comenté si eran FIRMES EN SUS DECISIONES, ya que
lo importante era saber que las consecuencias serían definitivas.
Les comenté que
no era bueno HUIR POR HUIR DE CASA, ya que los problemas se van contigo, y era
importante estar bien en el futuro.
Les hablé de la
importancia de PEDIR AYUDA CUANDO LAS COSAS NO VINIERAN BIEN, independizarse
suponía abrirse a los demás, no encerrarse en uno mismo.
Pero donde más
tiempo dediqué fue en la NECESIDAD DE REALIZAR UNA AUTOEVALUACIÓN de ellos
mismos, donde fueran capaces de exponer y reconocer las distintas versiones,
que aunque no compartieras, podrias respetarlas. Decidir por ti mismo que te
quieres independizar, nunca supondría, un rechazo si, con ello, expones tus
verdaderos intereses y necesidades
Pero sobre todo…
se CAPAZ DE NEGOCIAR, te va a permitir definir las reglas, respetar y ser
respetado. No olvidemos que van a necesitar tanto tu como tus padres una etapa
de APRENDIZAJE, donde el tiempo se convertirá en tu aliado o verdadero enemigo.
Durante muchos
años, han convivido bajo el mismo techo y su personalidad así como fuerza, se
forjó gracias al mismo, no lo olvides. Me miraron fijamente. No articularon
palabra y al tiempo, me dijo el hijo… ¿sabe que?... yo quiero seguir mi camino,
pero quizás me quedo con su enseñanza, de disfrutarlo, para conseguir que el
destino sea el ideal, pero el mismo nadie lo sabe.
Por eso hoy…
precisamente hoy y dedicado a mis amigos CATALANES Y A TODOS LOS ESPAÑOLES, ¿Es
que el llamado Estado de Derecho, no permite el diálogo? Si cuando hablamos de
mediación, hablamos de UNA JUSTICIA DE CALIDAD, porque no apostar por ella…
Sevilla 2 de octubre de 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario