Paciencia y hallaremos la paz a través de la ciencia.
Tras un intenso partido que solo se pudo
ganar a última hora, escuche a Sampaoli, actual entrenador del equipo de mis
amores decir, “hemos tenido mucha paciencia para madurar el encuentro” “y
quiero recordarle a los periodistas que esa palabra se compone de Paz y de
Ciencia”. Y no dude en pensar lentamente en escribir este post.
Si nos vamos al
diccionario se define como “ la actitud que lleva al ser humano a poder
soportar contratiempos y
dificultades para conseguir algo con posterioridad”
Si acudimos al origen latino del concepto, podemos ver que
procede del latín pati, que significa sufrir. Incluso la
palabra “patiens” se introdujo al castellano como
“paciente”, térmico que utilizamos para
hablar de quien de alguna forma está en un hospital porque se encuentra
enfermo.
La paciencia es un rasgo de que
consigue que las decisiones se deban tomar con la perspectiva del tiempo.
Pero en mediación esa gran virtud que supone la paciencia, en
ningún caso puede suponer, dejar que las cosas ocurran sin hacer nada, o
aguantando situaciones adversas, como muchos piensan. Mas bien todo lo
contrario, significa, trabajar de forma más intensa, por conseguir aclarar ese
interés común que llevaría a construir el inicio de un futuro acuerdo. Eso solo
se hace con mucha constancia, esfuerzo, poniendo “lentamente a fuego de
cocción” las emociones, los sentimientos, respetando “cada condimento”.
Reaccionamos en muchísimas ocasiones de forma repentina ante las
adversidades, siempre con el “salvavidas” de decir lo siento si nos equivocamos
u ofendemos, pero en mediación nuestra estrategia debe llevar a conseguir la
suficiente paciencia, para deconstruir el conflicto y reconstruir las
relaciones como dice el Profesor Calcaterra.
La “ciencia” que nos debe llevar a la
“paciencia”, supone un equilibrio entre lo ocurrido en el conflicto, que nos
llevaría a esa otra palabra que tanto usamos y que pocas veces vemos: ser
asertivos; la gran clave en la mediación
Difícil… claro que si. Pero sirve en todos los ordenes de la vida, y se
aprende, por supuesto, al igual que crece el ser humano. Un recién nacido llora
desconsoladamente sin parar para conseguir lo que quiere y los padres nos
ponemos nerviosos porque, no tiene paciencia. Conforme vamos creciendo nos
vamos dando cuenta de esta gran virtud para nuestros días. Mi padre al igual
que otros muchos, me decían… “Javier cuenta hasta diez antes de decidir nada”.
Cuantos árbitros en el deporte se equivocarían menos si tuvieran “paciencia” a
la hora de señalar una infracción y analizaran en breves segundos lo ocurrido,
los gestos de los intervinientes en la infracción y las consecuencias de ello.
Por eso amigos, debeis/debemos tener paciencia, sin que eso signifique
quietud, todo lo contrario, esfuerzo por decidir en su momento lo más adecuado
y con ello ser cada día más libres, y porque no… más “inteligentes” porque
tenemos “mas Ciencia”, los problemas serán más manejables y seguramente durarán
menos tiempo.
Por eso… bienvenido a la Paz y a la Ciencia de la mediación
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