Reivindiquemos lo sencillo, la
cultura del acuerdo, lo racional, Trabajemos de la forma mas natural posible,
consigamos acuerdos en la medida de lo posible pero logremos gestionarlos con
gestos simples: Un apretón de manos
Que dos personas se den un apretón
de manos es una forma corta (saludo), generalmente realizado cuando las
personas se encuentran o despiden, o cuando se termina un acuerdo. Su propósito
es demostrar buenas intenciones y posiblemente haya sido originado como un
gesto para mostrar que las manos no tienen nada oculto, ahí están nuestras
verdaderos intenciones, no posiciones ni necesidades.
El origen del apretón de manos es
antiguo. “Hay ciertos indicios, ya en época prerromana, que así lo atestiguan.
Se trata de las denominadas «tesseras de hospitalidad», documento portátil en
bronce o plata del que cada parte comprometida conserva una mitad. Estas
tesseras tienen forma figurada (animal jabalí, delfín, etc., «manos
entrelazadas» o formas geométricas”
Los llamados «pactos de
hospitalidad» con los que surgía un apretón de manos eran una costumbre muy
asentada en determinados pueblos indoeuropeos occidentales y en la península
ibérica un elemento indígena que pervivió tras la conquista romana. Eran
acuerdos de amistad, una vinculación especial por la cual los implicados se recibían y daban en mutua protección, reconociéndose leyes, derechos
y deberes que se plasman sobre tesseras (manos entrelazadas) o cartas tábulas
(tablas de bronce). Hasta entonces los pactos de hospitalidad siempre habían
sido verbales, un rito con presencia de testigos y de los dioses que actuaban
como garantes pero el gesto del apretón de manos se impuso
El apretón de manos también se
utilizó en la Edad Media. Los caballeros para saludarse «daban» la mano
contraria al lugar donde llevaba la espada, que solía ir colgada a la
izquierda. Al ofrecer esa mano el contrincante se aseguraba de que éste no iba
a sacar la espada de repente para atacarlo.
Hoy en día el apretón de manos es
utilizado en todo el mundo, y podemos decir que debe ser junto al “poder de la
palabra” nuestra “arma secreta” cuando terminamos sesiones de mediación, cuando
les proponemos si voluntariamente quieren volver a acudir a alguna sesión o si
se despiden de nosotros que ese apretón de manos lo triangulemos para asi hacer
ver el reconocimiento a los demás.
Bienvenidos sean los gestos
simples, claros y determinantes de que vamos por buen camino. Feliz día de la
mediación.
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